TODO ESTÁ EN CONTRA MÍA Y NO SÉ POR QUÉ
RENARD SANS
O no quiero darme cuenta. Los masones, creyentes y nacionalistas me temen y desprecian.
Se unen en contra mía: aceptan mejor a miembros de distintas religiones que a un ateo. Un israelí se identifica más con un palestino que con alguien como yo: que desprecia los localismos y nacionalismos.
Para ajuste de penas, ni tengo muchos filtros sociales, ni me gusta el fut o me atengo al que dirán; mi moral es relajada y tiro a la anarquía.
Aparte de ello, he triunfado relativamente, y parezco más joven de lo que soy. La vestimenta formal me constriñe, las asociaciones me aburren y no entiendo bien la relatividad de los horarios y compromisos. Ni comprendo del todo la burocracia ni la corrupción. No me gusta que me impongan, etiqueten o esperen mucho o poco de mí.
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