Documental sobre la guerra en El Salvador sorprende en Biarritz
'El lugar más pequeño', de la mexicana-salvadoreña Tatiana Huezo, hace revivir el horror de la guerra civil salvadoreña, con toda su secuela de dolor y hasta de locura.
Biarritz. El Festival de Biarritz acogió con aplausos El lugar más pequeño, de Tatiana Huezo, que con hermosas imágenes y un clima poético filma la aldea de Cinquera, en el norte de El Salvador, que fue arrasada por el ejército durante la guerra de ese país, que dejó 70 mil muertos.
El documental de la realizadora mexicana-salvadoreña, que compite en el Festival de Cines y Culturas de América Latina, que anunciará el sábado sus premios, evoca la sublime Nostalgia de la luz, del realizador chileno Patricio Guzmán, coincidieron fuentes del público y críticos.
La meta de ambas películas es el mismo: explorar la memoria de sobrevivientes, de una guerra civil, en el caso salvadoreño, y de una salvaje represión, el caso de Chile.
Ambos largometrajes cuentan esa historia instaurando un clima poético, de magia y horror al mismo tiempo, con hermosas imágenes y testimonios cotidianos, íntimos.
Las dos cintas luchan contra el olvido, pero apartándose de discursos políticos y recurriendo más bien a la metáfora. Y ambas son películas que hay que ver sin prisa, sin ninguna prisa.
La ópera prima de Huezo, que nació en El Salvador y creció en México, hace revivir el horror de la guerra civil salvadoreña, con toda su secuela de dolor, y hasta de locura.
"El lugar más pequeño" recorre los hermosos bosques llenos de verdor, plantas, flores... y también de huesos, que rodean Cinquera, una aldea en la montañas de Chalatenango que fue arrasada, como lo fueron también tantas otras, en esos terribles años de violencia y represión.
En Cinquera nació la abuela de la joven realizadora, que en este su primer largometraje habla del dolor del pequeño país centroamericano, pero también de la capacidad de su gente para aprender a vivir con ese dolor para reconstruirse, reinventarse, renacer.
Pero las cicatrices siguen muy abiertas. Prueba de ello, y de que por suerte en ocasiones se traducen en arte, es la presencia en el Festival de Biarritz de otro documental, María en tierra de nadie, escrito y dirigido por la salvadoreña Marcela Zamora.
Esa película sigue las historias de tres mujeres salvadoreñas en territorio mexicano: Inés, que busca a su hija desaparecida al pasar indocumentada por México rumbo a Estados Unidos, y de dos vecinas, Marta y Sandra, que para huir de la violencia y la pobreza se van en búsqueda del llamado sueño americano, con sólo 30 dólares en el bolsillo.
Lastimosamente, ninguna de las dos jóvenes realizadoras pudo viajar a Biarritz. “El Festival las invitó, y les paga su estadía aquí, pero no podemos pagar los pasajes de avión. Y ellas no pudieron financiarse el viaje", explicó uno de los organizadores.
En el apartado de documentales concursan también en Biarritz El Hombre de las serpientes, de Colombia; Abuelos, de Ecuador; El Tren de las moscas, de México y Confesiones, de Brasil, entre otros magníficos documentales.
El premio en esta categoría será anunciado el sábado por la noche, en la velada de clausura de este Festival, que celebró en esta edición su vigésimo aniversario.
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