Lisboa despide a Tabucchi
El escritor italiano, fallecido el domingo a los 68 años, ha sido enterrado en el cementerio dos Praçeres, en Lisboa
Antonio Tabucchi, el escritor italiano de alma portuguesa, descansa ya en el viejo cementerio dos Prazeres, en Lisboa, la ciudad que acabó siendo suya y en la que murió, el pasado domingo, a los 68 años, de un cáncer de pulmón. Fue incinerado por la mañana en una ceremonia privada. Después, tras un acto público y laico, sus cenizas quedaron para siempre depositadas en el pequeño panteón de los escritores de este cementerio antiguo que, en 1935, acogió también los restos del escritor que cambió la vida para siempre de Tabucchi, Fernando Pessoa: en un viaje a París en los años sesenta, el joven Tabucchi descubrió un poema traducido al francés del escritor portugués que le conmovió lo bastante como para decidir aprender la lengua de Pessoa y viajar al poco tiempo a Lisboa tras el rastro de las huellas del poeta. Ahora, ese italiano que se casó con una portuguesa y que tiene dos hijos italiano-portugueses, que escribió su última novela, Réquiem, en portugués, reposará para siempre en la ciudad de Pessoa. Aunque, para seguir jugando a perseguirse, no estarán en el mismo cementerio, ya que los restos de Pessoa fueron trasladados en 1985 al Monasterio de Belem, a una tumba más ilustre.
A la ceremonia asistieron un centenar de amigos del escritor, llegados de muchas partes de Europa. Había escritores, traductores, estudiosos de su obra y de la obra de Pessoa, amigos italianos, portugueses y españoles, editores (como el español Jorge Herralde, de Anagrama, la editorial que publicó los libros de Tabucchi en español).
Frente al panteón, el traductor de su obra en francés, Bernard Communt evocó en francés la figura de Tabucchi, al que definió como un hombre “tiernamente anarquista”, aseguró que desde el domingo el mundo “es más frío, menos divertido”. Y afirmó que sus amigos irán al cementerio dos Praçeres a buscar su fantasma como él mismo busca el fantasma de Pessoa en la citada novela Réquiem. Después habló el escritor e intelectual António Mega Ferreira, en portugués, y después una tercera persona cerró el acto con un discurso en italiano.
Alguien dijo que sus libros siguen vivos y eso es cierto, por lo menos en Lisboa. Desde el domingo se han sucedido en la prensa portuguesa los artículos y comentarios sobre una figura de la literatura europea que los portugueses consideraban, y con razón, muy suyo. Los homenajes se sucederán: mañana, en el Espacio Nimas, en Lisboa, se exhibirá la película Réquiem, basada en su novela homónima. El día dos, en la casa de Fernando Pessoa, también en Lisboa, se efectuará, precisamente, una lectura pública de este libro delirante en el que Tabucchi, convertido en personaje, pasea, precisamente, por el cementerio dos Praçeres.
Mientras, la editorial portuguesa Don Quixote ultima la publicación de la traducción del último libro del escritor, aparecido en 2009 en italiano, un conjunto de cuentos con un título profético: El tiempo envejece deprisa.
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