Deportistas más sexis.

Jugadoras más 'sexys' para ganar audiencia

El espectáculo en la cancha no se limita a la parcela deportiva. Así lo entiende, al menos, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA). A partir de octubre obligará a las jugadoras en la Euroliga femenina –la máxima competición europea de clubes- a llevar pantalones al menos 10 centímetros por encima de la rodilla, además de ser más ceñidos.

También las camisetas deberán ser más entalladas: no podrá haber más de dos centímetros de separación entre el cuerpo de las deportistas y las camisetas; al contrario de las que, como los hombres, lucen hasta ahora, más holgadas. La medida, que ha enfadado a gran parte de las baloncestistas, nació de la propia Comisión de la Mujer de la FIBA, formada en su mayoría por exjugadoras.

Entre ellas está Elisabeth Cebrián –en cuyo palmarés relucen un oro y dos bronces europeos con la selección española-, que rechaza las críticas de machismo: “Queremos reivindicar la mujer deportista y de cuerpo atlético. Creemos que nos merecemos un trato diferenciado respecto a los chicos y no ir como payasos. Nos merecemos tener nuestra propia indumentaria”.

La FIBA justifica su decisión en un intento de hacer más atractivo el juego. “La comisión trata de mejorar la imagen desde todos los aspectos y lo único que queríamos era darle un toque femenino. Igual que cuando vas a comprarte ropa a una tienda, vas a la sección de mujeres, no a la de hombres. Además, no entiendo tanta polémica. En jugadoras de 1,80 metros, 10 centímetros no son nada. No son medidas drásticas”, afirma Cebrián.


Sin embargo, la Asociación de Jugadoras (españolas) emitió un comunicado a principios de junio en el que se oponía frontalmente a la medida, asegurando que asumía el “concepto del espectáculo del deporte”, pero sin “que se pueda plantear a costa del sesgo sexista”. Aseguraba sentir un “profundo rechazo a este tipo de decisiones, que lo único que consiguen es 'torpedear' la progresión de la mujer jugadora de baloncesto (…) Se las quiere mediatizar por lo atractivas a la vista que pueden ser para espectadores más preocupados por percibir la exhibición de un cuerpo que por seguir la jugada en el terreno de juego”.

Carme Lluveras, mánager general del Casares Ros Valencia –que entre 2006 y 2010 logró tres tripletes consecutivos (Liga, Copa y Supercopa)- se une a las voces críticas. “Es una situación absurda. A nosotras también nos gustaría ver a Navarro o a Gasol apretaditos, pero no por ello les ponen normas.

Es una medida que no tiene nada que ver con el deporte, solo con lo estético, y que no comparte ninguna de las jugadoras actuales que yo conozco”, explica. Varias de las baloncestistas que tendrán que acatar la nueva indumentaria en la próxima edición de la Euroliga se encuentran disputando el Europeo en Polonia, donde la Federación Española les ha solicitado que no hagan declaraciones al respecto, según una jugadora.

Sin embargo, Lluveras no se muerde la lengua: “Lo peor de todo es que es una idea que ha sido gestada y secundada por mujeres. Estoy segura de que si hubiera habido solo hombres en la decisión, no se habrían atrevido a tomarla. Lo que pasa es que, muchas veces, las más machistas son las mujeres”.