Lacroix sigue sin Christian
El nuevo director creativo, Sacha Walckhoff, presenta en París su primer desfile para la legendaria casa francesa
El primer desfile de la firma Christian Lacroix sin Christian Lacroix se organizó el miércoles en París para presentar la colección masculina de primavera-verano 2012. La casa se declaró en suspensión de pagos en 2009 y el diseñador inició un agónico proceso para intentar captar un comprador. La operación fracasó y se decretó un plan de saneamiento que pasaba por reducir drásticamente la plantilla -de 125 a 11 trabajadores-, dejar de producir prêt-à-porter femenino y alta costura y concentrarse en la gestión de algunas licencias. El diseñador francés, que fundó su casa en 1987 con Bernard Arnault, se marchó a finales de 2009.
El grupo Falic, propietario de la empresa desde 2005, ofreció la dirección creativa a Sacha Walckhoff, de 48 años, que trabajó 17 con Lacroix. Bajo su supervisión se ha lanzado una línea de ropa para casa y, el próximo verano, una de lencería y baño. La tienda en obras en la que se mostró la colección es, para Walckhoff, una metáfora de una casa "en construcción". Estudió moda en Barcelona y responde, por teléfono, en español.
Pregunta. ¿Qué tal el desfile?
Respuesta. No tenía una colección extensa, pero estoy muy contento. Es un primer paso. Nos están prestando mucha atención porque la marca está en el corazón de todo el mundo.
P. Lacroix sin Lacroix no necesariamente suscita simpatía...
R. No. Sobre todo, durante los primeros meses teníamos a mucha gente en contra. La prensa francesa aprecia a Christian y no nos apoyaba. Pero les hemos convencido. Han visto que no estamos en esto solo por recuperar el dinero que se debe. Hacemos las cosas con cariño.
P. ¿Cuál fue el problema?
R. No se vendía. La imagen de la marca era magnífica, pero nadie compraba sus productos. Tienes que vender para sobrevivir.
P. ¿Por qué continuó la colección de hombre y no la de mujer?
R. La colección de hombre no se ha detenido porque funciona. Tenemos 400 puntos de venta en Francia. Desde que se fue Christian, hemos tratado de rejuvenecerla y las ventas han aumentado.
P. ¿Por qué se fue Lacroix?
R. Cuando cerró la sección femenina del prêt-à-porter, así como la alta costura, prefirió irse. Podía no haberlo hecho, pero las condiciones no le gustaban. Fue una decisión suya. Yo le entiendo. Es muy fuerte enfrentarte a algo así. Pero los problemas no llegaron de golpe.
P. ¿Está enfadado con usted?
R. No creo, pero no hemos hablado. Aunque sé que volveremos a hacerlo. Cuando Jean-Jacques Picart se fue en 1999 se enfadaron y ahora vuelven a ser amigos. Eso me da esperanza.
P. ¿Por qué se quedó?
R. Porque tras 17 años en la casa me ofrecieron la posibilidad de llevarla a un terreno de mayor realismo comercial.
P. Ahora Christian Lacroix diseña para Desigual. ¿Teme la confusión?
R. No creo que haya confusión entre la marca Christian Lacroix y la colaboración de monsieur Lacroix para Desigual. He visto fotos y me parece un Lacroix del pasado. Nosotros vamos en otra dirección.
P. ¿Volverán a hacer ropa para mujer?
R. Hemos tenido varias propuestas, pero podemos elegir. Nuestra situación es muy frágil y todo lo que hagamos debe tener éxito. La colección de hogar ha funcionado bien. En cuatro meses hemos conseguido 1.800 puntos de venta. Para mujer, esperaremos al fabricante adecuado.
P. ¿Cuál es la situación actual de la empresa?
R. Somos 15 trabajadores, incluyendo directivos, comerciales... todo. Tendremos que pagar lo que debemos en los próximos años. Ahora empezamos a obtener beneficios, ya que la estructura es mucho más ligera, pero ese dinero se destina a pagar deudas anteriores.
P. La marca fue propiedad del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) hasta 2005. ¿Cambiaron las cosas con la venta al grupo Falic?
R. Los nuevos accionistas invirtieron más de 40 millones de euros en cuatro años. Ellos admiraban a Christian. Pero las cosas no mejoraban y dijeron basta. Era insostenible. Esta casa no ha ganado nunca dinero y quizá este año sea el primero que empiece a hacerlo.
P. LVMH es el mayor grupo de lujo del mundo y ha conseguido grandes éxitos comerciales. ¿Por qué no los logró con Lacroix, la única marca que creó?
R. Las otras casas de LVMH eran empresas ya establecidas cuando Bernard Arnault las compró. Lacroix era diferente. Se levantó de la nada con un hombre con muchísimo talento, pero que es más un artista que un diseñador. Es como un electrón libre que no se puede controlar. Esta casa era una obra de arte: muy bonita de contemplar, pero no generaba beneficios.
P. ¿Cómo era trabajar con él?
R. Estar al lado de Christian no es fácil. Tiene días terribles y magníficos. Es un genio, un ser extraordinario. Es decir, fuera de lo corriente. Con personas así, vives emociones inmensas, pero cuando tienen un día malo... Pero todo lo malo está olvidado.
P. ¿Podría volver a su casa Christian Lacroix?
R. No lo sé. No creo que lo haga. La casa ha cambiado mucho y no sé si le gustaría.
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