Rajoy: "Ningún demócrata puede amparar lo que ha pasado"
El líder del PP rechaza de nuevo las preguntas y lee un papel para no salirse del guion En tono suave, para no ofender, trata de separar el 15-M de los altercados
Casi todas las intervenciones de Mariano Rajoy están muy medidas para no molestar a nadie, y por eso no concede casi nunca preguntas, pero pocas veces era tan clara esa estrategia como hoy. El líder del PP ha ofrecido una declaración sin preguntas a la prensa, antes de asistir a una comida del Foro Abc con Alberto Ruiz-Gallardón, y ha mirado hasta tres veces el papel que llevaba escrito para no salirse del guion.
Rajoy hablaba de los indignados, y no quería ofender a ninguno, por eso ha medido tanto y ha rechazado, de nuevo, las preguntas. En tono suave, y tratando de salvar al movimiento 15-M, ha criticado a los que dificultan en Cataluña que los diputados entren al Parlament. "Quiero decir que hay muchos españoles descontentos con la situación. Más de 23 millones, una mayoría, lo han expresado en las urnas, otros de otras maneras. Pero lo que ha ocurrido en Cataluña y en Madrid en las últimas horas [en referencia al acoso a Gallardón] es algo que no tiene nada que ver con todo esto", ha señalado para separar el movimiento 15-M de los altercados.
Ahí llegó su denuncia: "Lo que ha pasado en las ultimas horas ningún demócrata puede ampararlo. La ley y la voluntad de la mayoría hay que respetarla, lo contrario es un comportamiento antidemocrático".
Rajoy ha rematado pidiendo que la policía actúe, pero también lo ha hecho cuidando mucho las palabras: "La prudencia es una muy buen virtud, pero no puede convertirse en pasividad cuando se trata de hacer cumplir la ley, producto de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos. Las autoridades tienen que garantizarla, y todos los ciudadanos, sea cual sea su estado de ánimo, tienen la obligación de respetarla".
Las protestas de los indignados frente al Parlamento catalán, tratando de impedir la entrada de los diputados a la Cámara autonómica, no han dejado indiferentes a los políticos que hoy han asistitdo a la sesión de control en el Congreso. El presidente de la Cámara baja, José Bono, también ha sido duro y explícito al recalcar que "los derechos de España no están en manos de los indignados ni de nadie, sino únicamente en manos de la ley".
En los pasillos del Congreso, Bono ha dicho sentirse él también "indignado" por el hecho de que se invoquen "emociones, ideologías o renovación y se falte al respeto a las personas" y ha justificado que la policía haga uso de la fuerza para garantizar el acceso de los diputados al Parlamento catalán. Algo, ha recordado Bono, que "es un delito"·
Algo más tibio se ha mostrado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. A la entrada en el hemiciclo ha contestado a los periodistas que "no le preocupaba" la deriva que estaba tomando el Movimiento 15-M. Probablemente entonces ignorara que muchos parlamentarios catalanes habían tenido que acceder en helicóptero al Parlament y otros habían sido increpados y rociados con aerosoles. La Moncloa ha precisado posteriormente que el presidente está "en contra de cualquier manifestación de violencia que impida el ejercicio de los derechos, venga de donde venga".
Un mensaje que también ha corroborado el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, que ha declarado que "hay líneas rojas que no se pueden cruzar".
Para el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán Lleida, la máxima preocupación ha sido el acceso a la sede de las Cortes catalanas, más allá de las cargas o las revueltas en la Plaza de la Ciutadella. El político catalán ha pedido que se "garantice el acceso al Parlament" porque es "el lugar sagrado de la soberanía popular".
El diputado del PNV, Josu Erkoreka, ha instado a los indignados a que "encaucen" sus demandas "sin enfrentamientos ni alteraciones del orden público", como ha sucedido en Barcelona. El político nacionalista se ha mostrado partidario de escuchar las peticiones del los activistas del Movimiento 15-M y acoger lo que pueda ser útil para mejorar el sistema político. En esa línea se ha expresado Jáuregui a través del Twitter del Ministerio de la Presidencia, en el que se advertía de que "cualquier debate sobre el perfeccionamiento y mejora de la democracia no debe perjudicar a la democracia misma ni a sus participantes".
El que guarda silencio por el momento es el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no ha querido responder sobre si le preocupaban las concentraciones de los indignados.
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