miércoles, 21 de septiembre de 2011

Madrid tiende la mano a los maestros.

Los recortes en la enseñanza
Madrid tiende la mano a los docentes tras dos días de huelga
El Ejecutivo de Aguirre dice tener "cierto margen de flexibilidad" para negociar los recortes - Gran seguimiento de las protestas en la capital y tímido en Galicia


La huelga contra los recortes en educación se extendió ayer a Galicia, donde, a diferencia de lo ocurrido en Madrid, el apoyo de los profesores no fue tan claro. En Madrid, el segundo día de paro volvió a ser mayoritario en los institutos, aunque el seguimiento bajó con respecto al primero, según la estimación hecha por EL PAÍS a través de los datos de 34 centros: 66% frente a 69% (los sindicatos volvieron decir 78% y la Administración dio cuatro puntos menos que el martes, 39%). En cualquier caso, ha sido suficiente para que el Gobierno regional haya ablandado el discurso para tender la mano a los sindicatos, dejando atrás (aunque no del todo) la confrontación más áspera.


Los maestros gallegos tendrán otra jornada de paro el próximo día 27
"Lo razonable es que en los próximos días se retome el diálogo", dijo ayer en una entrevista en TVE la consejera de Educación madrileña, Lucía Figar, que pretende llamar a las centrales a una reunión para "encauzar el conflicto". La consejería "tiene cierto margen de flexibilidad" para hacer cambios, aunque reiteró que la ampliación del horario lectivo, con el consecuente recorte del número de interinos (Figar admitió que pueden ser unos 1.000 menos, los sindicatos dicen 3.000), es "absolutamente necesaria".

De momento, no ha habido ningún acercamiento en Galicia, donde ayer los 30.000 profesores de primaria y secundaria de los centros públicos estaban llamados a la huelga por el mismo motivo que en Madrid: más horas de clase para docentes funcionarios que se traducen en unos 1.000 interinos menos, según los sindicatos. En Castilla-La Mancha y Navarra, las otras autonomías que también reducen interinos, se decidirá en los próximos días sobre posibles huelgas. En Cataluña también se han recortado, pero no hay previstas movilizaciones.

El secretario general de Centros de Galicia, José Manuel Pinal, dijo: "La gran mayoría del profesorado y de la sociedad no comparte los motivos que llevaron a la huelga" que "en nada redunda en la calidad educativa ni en el beneficio de los escolares". Pinal negó que la Xunta esté beneficiando a la enseñanza privada.

Más allá de la pelea de cifras (70% de seguimiento de la huelga, según los sindicatos, 21,98%, según la Xunta) el hecho es que ayer no se consiguió una movilización masiva de padres y docentes. La primera convocatoria de huelga -la próxima será el día 27- convocada conjuntamente por todos los sindicatos, incluido el STEG, próximo al PP, tuvo un seguimiento desigual.

El paro tuvo mayor incidencia en infantil y primaria y el porcentaje de profesores que lo siguieron en las ciudades fue pequeño en las escuelas más céntricas -los que cuentan con plantillas más envejecidas-, mientras que el respaldo fue considerablemente superior en los barrios y poblaciones de clase media. Este periódico constató que en algunos colegios de las principales ciudades el apoyo fue mayor por parte de los padres, que optaron por no enviar a sus hijos, que por los profesores.

En institutos emblemáticos como el Rosalía de Castro de Santiago o el Eusebio da Guarda en A Coruña el paro académico apenas rozó el 5%, frente al 90% de respaldo que obtuvo en otros como el colegio María Pita, de A Coruña, o en el Fogar de Carballo (municipio coruñés de 30.000 habitantes), donde solo acudieron a clase los tres miembros del equipo directivo y un alumno.

"No puedo renunciar a mi salario ni voy a regalárselo a la Consellería", decía Mari Carmen, una de las profesoras del colegio de Pontecaldelas (Pontevedra), donde solo nueve de los 29 profesores de plantilla secundaron el paro. Un miembro del equipo directivo del instituto Tenorio de Cotobade (Pontevedra), aseguraba: "Muchos profesores creen que el seguimiento no es necesario porque no tendrá repercusión".

La manifestación convocada en Santiago por la tarde logró, no obstante, concentrar a más de 7.000 personas. Profesores y estudiantes gritaron contra el consejero de Educación, Jesús Vázquez, por lo que consideran "una política de ataque sistemático a la enseñanza pública y al futuro". Los sindicatos sostuvieron que la convocatoria fue un éxito que demostró "que el profesorado está en disposición de continuar movilizándose para evitar un deterioro en la calidad de la enseñanza".

En Madrid, la situación es distinta, pues la participación, aunque menor, siguió siendo alta ayer. Un paseo por los institutos ofrecía la visión de algunos totalmente trastocados en su jornada cotidiana. Por ejemplo, el Lope de Vega, en el centro de Madrid, seguía casi desierto: había ayer por la mañana un pasillo entero de varias clases cuidado por un solo profesor. "Hoy hago huelga pero vengo al centro. No voy dar clases, pero preparé el temario porque me preocupo por los chavales", dijo una docente de inglés del Salvador Dalí, en la capital.

Pero algunos retomaron su labor, muchos de ellos, como en Galicia, por motivos económicos, según explicaron: cada día de huelga supone un recorte de entre 77 y 100 euros. En ese contexto, no está nada claro el seguimiento de la tercera jornada de paro, secundada para hoy solo por uno de los sindicatos mayoritarios, CC OO. En cualquier caso, ese primer gesto de acercamiento del Gobierno madrileño ya está sobre la mesa. Tanto Francisco Melcón, del sindicato ANPE, como Paco García, portavoz de CC OO, el mayoritario en el sector, consideran que la petición de negociación se debe "al éxito" de los dos primeros días de huelga y a la manifestación que reunió el martes a más de 40.000 personas, según estimaciones de este periódico.

Pese a la dulcificación del tono, las distancias siguen siendo grandes. "Entiendo la queja, a nadie le gusta que le pidan que imparta dos horas más de clase, pero este esfuerzo no va a afectar a la calidad de la enseñanza", repitió ayer la consejera Figar. Sindicatos y docentes rechazan que el motivo sea la ampliación de la jornada lectiva, puesto que ya había docentes que el curso pasado daban 20 horas de clase por cuestiones organizativas. Lo que se pierde, dicen, son medidas de refuerzo, clases extraescolareso desdobles de asignaturas básicas.

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