NUNCA MÁS LLORÉ
En el mundo hay débiles y fuertes. Los seres humanos podemos hacer caso omiso de nuestras emociones y seguir a nuestro intelecto.
No llorar te eleva de las masas; te acercas a la imagen del superhombre proscribiendo en ti lo más deleznable de la raza humana: la mojigatería, el sentimentalismo, la vana esperanza, lo cursi y la manipulación.
Hay veces que las lágrimas corren en los sueños, y es agradable; limpia, sientes sensaciones nuevas. Es permisible.
Mi almohada está llena de sangre porque ayer lloré; odio y furor salieron impelidos en un plasma rojo-negruzco que manchó la sobrefunda, las sábanas, el cobertor, cada una de las blancas plumas del edredón, el velo; y aún ahora sigue chorreando sobre la alfombra persa saturada; formando un riachuelo en el pasillo y sale por la puerta mezclándose con el aceite quemado y suciedad de las calles del mundo.
Renard Sans
No hay comentarios:
Publicar un comentario