“Claraboya”, muestra la coherencia de Saramago
Es una novela que refleja que la familia, `pilar de la sociedad, era un nido de víboras, con violaciones, rencor, amores lésbicos.
Madrid. Como una muestra de la coherencia del escritor portugués José Saramago, su traductora y compañera Pilar del Río presentó hoy la novela perdida Claraboya, cuyo manuscrito entregó a una editorial portuguesa en 1953.
En la emblemática Casa de América de esta capital, Del Río aseguró que tras leer Claraboya, que escribió Saramago a los veintitantos años, puede comprobarse que se trata del mismo escritor que escribió Caín y al poco tiempo murió.
Aseguró además que Claraboya no es una novela, sino una puerta de entrada “que convido a que la pasemos”.
La también presidenta de la Fundación José Saramago indicó que el portugués (Azinhaga, 1922-Tías, Lanzarote, 2010) y Premio Nobel de Literatura en 1998, no quería ver publicada en vida esta novela.
Apuntó que además, “si Saramago hubiera decidido publicarlo, los editores se habrían vuelto locos. No podíamos inflacionar el mercado con obras de Saramago, porque él escribía mucho”.
Afirmó que tras haber recuperado el libro, en 1988, luego de que la editorial le llamara para avisarle de que en un cambio de instalaciones habían encontrado el texto, Saramago no lo releyó ni lo corrigió.
“No leyó nunca el libro después de haberlo encontrado, pero tenía una ‘memoria de águila’, sabía que era un libro interesante, que estaba bien escrito y que reflejaba a la sociedad de ese tiempo”, dijo.
Además, Del Río manifestó su convencimiento de que la novela, que hubiera quizá querido enviar Saramago para concurso porque tenía un seudónimo, fue leída por la editorial.
“Precisamente no la publicaron en ese entonces porque la leyeron. Es una novela que refleja que la familia, `pilar de la sociedad, era un nido de víboras, con violaciones, rencor, amores lésbicos”, expuso.
“¿Eso lo podría soportar la sociedad portuguesa de los años 50?”, se cuestionó y al momento replicó: “No, la guardaron para cuando llegue el invierno”.
Del Río reveló que al leer ella la novela, tras ser recuperada, “me emocionó muchísimo. Ese mundo tan cerrado me provocó nostalgia, es una novela en la que la felicidad pasa por sentarnos todos en la cocina y escuchar por la radio un concierto de Beethoven”.
“Es una novela que se sitúa antes de que nos volviéramos locos, que me hizo sentir nostalgia de las pequeñas cosas que nos hacen felices”, subrayó.
Como una muestra de la coherencia de Saramago, Del Río citó una máscara con la cara de Beethoven, que cita él en Claraboya en distintos momentos y que él había visto en la casa natal del músico cuando tenía poco más de 20 años.
Refirió que ya de más de 70 años, el escritor compró esa máscara y la tenía en su casa.
“A mí no me gustaba y en cuanto a él le empezó a dar trabajo subir a su estudio la quité de allí, pero tras leer Claraboya entendí la importancia y el significado de la máscara”, expresó.
“Coherencia es haber visto una máscara a tus veintitantos años y volver a comprarla 50 años después”, sostuvo.
Claraboya está situada en 1952, en un conmovedor microcosmos que tiene como telón de fondo la dictadura de António de Oliveira Salazar, la más longeva de Europa y es la historia de un edificio en el que viven seis humildes familias cuyos miembros se ven sucesivamente envueltos en un enredo.
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