jueves, 8 de marzo de 2012

El primer amor/cuento corto.

Por Bolivar Hernández.


Cuento corto. Ella vivía enfrente de mi casa, era un par de años mayor que yo, adolescentes inquietos ambos. Flory fue mi primer amor, me enamoré locamente de ella. Me enseñó a besar mediante un curso intensivo. Era una chica llenita, tenía una cara redonda y bella. La veía todos los días y el agasajo era permanente, las hormonas jugaban su función con gran precisión. Su queja de siempre es que quería embarazarse ya, aunque no se casara conmigo, pero mi negativa obedecía a mis pocos años y a que ese no era mi proyecto en ese momento. El romance duró poco tiempo y me dejó por otro, con quien si se casó y se embarazó de inmediato. Ella era originaria de la frontera con México, de Malacatán, Guatemala, paso obligado para los viajeros rumbo a México. Algunos años más tarde, el bus donde me dirigía México se detuvo en el restaurante de Flory. Me senté en un mesa y ella me atendió sin reconocerme, lo que me produjo enorme tristeza. El amor de mi vida, con varios niños colgados a su falda, distraída de la concurrencia de turistas y viajeros, me miró fijamente por unos segundos, sonrió ligeramente y desapareció en la cocina, jamás volvió cobrar el desayuno. Dejé unos billetes sobre la mesa y salí con los ojos húmedos y nunca más volví a verla.

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