En Cuba el arte sí tiene libertad, no como la prensa"
Hace algo más de 17 años, Jorge Perugorría llegó a Madrid, en un domingo de abril, soleado pero helador. El actor cubano, en mangas de camisa, no estaba preparado para defenderse del frío. Venía directamente de La Habana para presentar su primer trabajo en el cine, Fresa y chocolate, esa estremecedora película de Tomás Gutiérrez Alea sobre la amistad, la tolerancia, el amor y la libertad en un clima de terrible opresión. "Correré la suerte de todos los cubanos", dijo en aquella ocasión el joven Perugorría, al que Fresa y chocolate cambió su vida para siempre.
Hoy llega a Madrid de nuevo, con una popularidad y una experiencia a sus espaldas, más de 50 películas y una incipiente carrera como director. Su destino ha sido diferente al de muchos cubanos por una sencilla razón que él mismo reconoce: "He tenido la suerte de encontrar en Cuba lo que la gente sale a buscar fuera: vivir de su trabajo. En Cuba, el cine y el resto de las artes gozan de una libertad y una complicidad con el público que no tienen ni la televisión ni la prensa".
El actor cree que su país "va a cambiar por la voluntad de los cubanos"
Su pasión por la carne a la brasa y las patatas fritas le ha llevado a elegir este restaurante argentino, en el que se deleita en todos sus viajes madrileños. Ni mira la carta y elige el menú de acuerdo con el solícito jefe de sala, que conoce bien los gustos del actor.
Perugorría, padre de cuatro hijos varones cuyas fotografías enseña orgulloso, participa en la película Boleto al paraíso, una desgarradora historia basada en hechos reales en la Cuba de 1993, cuando la caída de la Unión Soviética condujo a la desesperación a muchos jóvenes amantes de la música. El intérprete todavía se revuelve en la silla cuando recuerda aquellos hechos. "Hubo jóvenes que se sometieron a contagiarse con el virus del sida porque sabían que serían trasladados a una clínica donde tendrían comida gratis y ropa limpia". Boleto al paraíso, dirigida por Gerardo Chijona -se estrena el próximo viernes-, es la película que opta en los Goya al premio al mejor filme latinoamericano.
No rechaza Perugorría hablar de política cubana y, aunque defiende como absolutamente necesarios cambios profundos en su país, que incluyen por supuesto la libertad de prensa y el acceso a Internet, no deja de criticar la política de bloqueo de Estados Unidos. "Cuba va a cambiar por la voluntad de los cubanos, no hay otro camino, no tenemos más remedio, pero nunca lo hará por imposición de otros. La política estadounidense es del siglo pasado y eso también tiene que cambiar, porque no ha contribuido a traer la libertad a la isla. La revolución fue producto de una juventud con ganas de cambio, no se puede negar la historia de 50 años, pero ahora hay que renovarse y reinventarse".
Ha conseguido terminar con la carne, pero no con las patatas, pensando en los kilos. Por eso también rechaza todos los suculentos postres cremosos que ofrecen en el restaurante. Lo que acepta y de buen grado es un chupito de vodka. "Yo lo que soy es un currante. El arte es trabajo, es el resultado de esfuerzos y constancias".
Terminada la comida, se acerca su mujer, que ha almorzado en una mesa cercana. "Qué frío tengo", le dice. "Eso es por estar tan alejada de mí", le contesta Perugorría con una tierna sonrisa.
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