domingo, 22 de abril de 2012

La mala economía

Los eruditos siguen promoviendo malas ideas en una mala economía


Paul Krugman*

Una de las cosas notables de la actual crisis económica es la forma en que tanta gente ha respondido a los acontecimientos adoptando doctrinas que aumentarán nuestros problemas.



Los infortunios de España e Irlanda demuestran que un presupuesto equilibrado y poca deuda no ofrecen protección alguna contra las crisis en los buenos tiempos, así que los líderes europeos hacen que las reglas fiscales más estrictas sean parte central de su agenda.



El caso más amplio de la crisis del euro demuestra la desventaja de los tipos de cambios fijos y de la política monetaria rígida, así que la derecha duplica la apuesta en el estándar de oro. La quiebra financiera demuestra la necesidad de una regulación bancaria eficaz; la derecha exige aún menos intervención gubernamental.



Y ahora, luego de leer el reciente artículo de opinión de Luigi Zingales para Bloomberg, veo algo nuevo: justo cuando la experiencia está demostrando que la estabilidad de precios no basta, que los bancos centrales realmente necesitan metas más amplias, hay una ofensiva para declarar que la Reserva Federal sólo debería encargarse de la estabilidad de los precios.



“Al contrario del Banco Central Europea, que sólo está a cargo de la estabilidad de precios, la Fed tiene dos metas principales legisladas: promover el pleno empleo y promover la estabilidad de precios.



“Esto da a la Fed demasiada flexibilidad, forzándolo a sustituir al gobierno en el diseño de la política económica”, escribió Zingales, profesor de finanzas y actividad empresarial en la Universidad de Chicago, en un artículo publicado el 5 de abril.



¿Por qué este momento es precisamente el incorrecto para tal ofensiva? Porque la evidencia está ahí: la rigidez nominal descendente es una realidad.

Escribí al respecto recientemente, señalando un nuevo estudio de la Fed de San Francisco. El documento, intitulado “Why Has Wage Growth Stayed Strong?” (Por qué el crecimiento salarial se mantiene fuerte) (disponible en frbsf.org), muestra un gran grupo con cambios salariales precisamente nulos. Y también muestra un drástico aumento en el tamaño de esa grupo.



Y sabemos lo que implican esas observaciones. Hace mucho, George Akerlof, William Dickens y George Perry señalaron en un estudio realizado para el Instituto Brookings que si los salarios nominales son rígidos a la baja, hay un intercambio real, incluso a largo plazo, entre inflación y desempleo; una inflación baja pero positiva es consistente con una economía persistentemente deprimida.



No obstante, un banco central que solo tenga un mandato muy probablemente señalaría la estabilidad de los precios y declararía que su trabajo está cumplido.



Súmele la probabilidad de que necesitamos cierta inflación –y más de 2 por ciento– para evitar las persistentes trampas de liquidez, y podrá ver que la existencia de un solo mandato bien podría tener efectos desastrosos.



La verdad es que el mandato dual de la Fed es una gracia salvadora para nuestra situación actual y sería más que una gracia salvadora si la Fed se tomara en serio el lado del empleo de ese mandato.



Zingales (y otros que hacen propuestas similares) predican precisamente la idea incorrecta para la economía que tenemos.



*Premio Nobel de Economía 2008



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