¿Por qué no se calla?
Sarkozy prodiga alusiones corrosivas a España que tampoco benefician a su país
Muy nervioso debe estar Nicolas Sarkozy para tener todo el rato a España en la boca. Ayer se explayó otra vez sobre nuestro país como un mal ejemplo durante una entrevista por radio en la que comparó los males del vecino del sur con los bienes de los que disfrutan sus compatriotas: Francia paga menos del 3% en intereses de la deuda, mientras a España, “un gran país”, le cuesta el doble; España se había comprometido a un déficit del 6% y acabó en el 8%, mientras que el de Francia es inferior a lo esperado. El presidente-candidato volvió a unir la imagen de España a la de Grecia y avisó a los votantes de que se abatirán sobre ellos algo así como las siete plagas de Egipto si se les ocurre elegir al socialista François Hollande.
Alabado y condecorado en España, sobre todo a causa de su ayuda contra el terrorismo etarra, las constantes alusiones a nuestro país en plena tormenta financiera resultan sorprendentes. El propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tras aclarar que el presidente francés se refiere a la mala herencia recibida del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, puntualizó: "Meter a España en campaña no es afortunado".
Las corrosivas alusiones de Sarkozy no ayudan a los españoles, ni está claro que beneficien a los franceses. El periodista que le preguntaba se había interesado precisamente por un posible ataque de los mercados tras las elecciones. Que Sarkozy intente rebañar hasta el último voto no le autoriza a contravenir reglas elementales de respeto entre países vecinos, socios y amigos. Tal vez esas reglas ya no le importen a quien se dice dispuesto a utilizar la estrategia de la "silla vacía" (no enviar representación francesa) en las instituciones europeas para forzar cambios, como hizo en su día el general De Gaulle.
A diferencia de oportunidades anteriores, Sarkozy mencionó ayer a Mariano Rajoy como "un hombre de gran calidad, que no tiene ninguna culpa de la situación de España". Lo hizo justo antes de negar que se disponga a aplicar recortes "como en España". Algo así dijo también Rajoy antes de las elecciones del 20-N. Tiemblen, franceses
Las corrosivas alusiones de Sarkozy no ayudan a los españoles, ni está claro que beneficien a los franceses. El periodista que le preguntaba se había interesado precisamente por un posible ataque de los mercados tras las elecciones. Que Sarkozy intente rebañar hasta el último voto no le autoriza a contravenir reglas elementales de respeto entre países vecinos, socios y amigos. Tal vez esas reglas ya no le importen a quien se dice dispuesto a utilizar la estrategia de la "silla vacía" (no enviar representación francesa) en las instituciones europeas para forzar cambios, como hizo en su día el general De Gaulle.
A diferencia de oportunidades anteriores, Sarkozy mencionó ayer a Mariano Rajoy como "un hombre de gran calidad, que no tiene ninguna culpa de la situación de España". Lo hizo justo antes de negar que se disponga a aplicar recortes "como en España". Algo así dijo también Rajoy antes de las elecciones del 20-N. Tiemblen, franceses
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