El PAN encara la travesía del desierto
Una derrota de la candidata del partido que ha gobernado México durante los últimos 12 años puede relegar a los conservadores a un papel marginal
En una de las calles de La Condesa, un barrio de burgueses bohemios
de moda en Ciudad de México, hay una enorme valla publicitaria que dice:
“Chepina, adiós. Gracias por participar”. Es un ejemplo de propaganda
electoral negativa contra Josefina Vázquez Mota, la candidata del
Partido Acción Nacional (PAN), en el Gobierno, que subraya sus escasas
posibilidades de convertirse en la primera presidenta de México a menos
de una semana de las elecciones. Tercera en las encuestas, tras Enrique
Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Andrés
Manuel López Obrador, de la izquierda, su campaña ha estado lastrada,
según la mayoría de los analistas, por errores de principiante, el
desgaste de 12 años de poder panista y la falta de apoyo del presidente
Felipe Calderón. Su derrota, de producirse, condenará a su partido a una
larga travesía por el desierto.
Vázquez Mota aún espera el “milagro” como ha venido diciendo en los últimos mítines. El sábado, ante casi 40.000 seguidores acarreados a la plaza de toros de la capital mexicana, donde cerraba campaña, apeló a “la mayoría silenciosa” que aún no ha decidido su voto —un 15%, según los sondeos— y expresó su confianza en que aún es posible dar la vuelta a los pronósticos. Arropada por cinco ministros y cinco gobernadores pero no por los pesos pesados del partido ni por Calderón —con quien comería más tarde—, la candidata atacó al PRI por representar “la corrupción, el autoritarismo y la rendición ante el crimen organizado” y al líder de la izquierda por ser un viejo priista y una amenaza para la economía mexicana.
La candidata del centroderecha mexicano no pasó a la ofensiva hasta hace unas semanas, a partir del último debate televisado el 10 de junio, y ahora llega tarde, según Rubén Aguilar, exportavoz del presidente Vicente Fox (2000-2006). “Por primera vez, la campaña de este año dura 90 días, en lugar de los 180 de antes, y quien parte con ventaja como es el caso de Peña Nieto es difícil de alcanzar después. En tan pocos días, el PAN estaba obligado a realizar una campaña más agresiva, más fuerte”. Y añade: “Su equipo de campaña era muy poco profesional, parecía amateur, no puedes ir a aprender en unas elecciones presidenciales”.
El periodista y analista político Ricardo Alemán considera que ha hecho muy mala campaña empezando por su eslogan “Josefina es diferente”. “No quiso ser vinculada a la imagen del presidente, al menos a los aspectos positivos como los económicos, por temor a la campaña que tenía preparada la izquierda de reventar a Calderón por los crímenes del narcotráfico. Eso le hizo perder media campaña o más”. “Por otra parte”, continúa, “cuando el presidente perdió a su candidato, el exsecretario de Hacienda Ernesto Cordero, en las elecciones internas del partido del pasado febrero, en lugar de arroparla se hizo a un lado. No le permitió apoyarse en el aparato de la institución presidencial. La dejó correr sola”.
La misión de Vázquez Mota no era fácil. Muchos mexicanos perciben que el país ha caminado sin rumbo en los últimos años, sin que se hayan reformado las estructuras de Gobierno heredadas del PRI y donde la clase política sigue sin rendir cuentas. Además, la violencia vinculada al narcotráfico, que ha causado más de 55.000 muertos en este sexenio, y los palos de ciego del Ejecutivo en su lucha —el último, el anuncio de la detención de un hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, el jefe del cartel de Sinaloa, cuando en realidad era otro joven como se demostró 24 horas más tarde— ha dejado extenuada a la sociedad.
Sin embargo, Soledad Loaeza, investigadora del Colegio de México, pone el foco de los errores de Vázquez Mota en otro lado: “Ha hecho una campaña muy conservadora, invocando los valores de la Iglesia católica, presentándose como jefa de familia y defensora de la vida. Parecía una mujer de los años cincuenta, no ha sabido ver cómo ha cambiado México”.
La profesora explica la falta de apoyo de Calderón a la candidata porque el presidente, consciente de que el PAN no lograría un tercer mandato “quería perder con alguien que le permitiera mantener el control del partido”. Ahora, en caso de derrota, “al PAN le espera un futuro negro, herido, dividido y sin líderes. Han perdido la oportunidad de formar una verdadera clase política”. Rubén Aguilar está de acuerdo: “El PAN tendrá que modernizarse, ser menos doctrinario, abandonar el discurso moral conservador e incorporar nuevos rostros de la sociedad civil. Si no lo hace no volverá al poder en 30 años”.
Vázquez Mota aún espera el “milagro” como ha venido diciendo en los últimos mítines. El sábado, ante casi 40.000 seguidores acarreados a la plaza de toros de la capital mexicana, donde cerraba campaña, apeló a “la mayoría silenciosa” que aún no ha decidido su voto —un 15%, según los sondeos— y expresó su confianza en que aún es posible dar la vuelta a los pronósticos. Arropada por cinco ministros y cinco gobernadores pero no por los pesos pesados del partido ni por Calderón —con quien comería más tarde—, la candidata atacó al PRI por representar “la corrupción, el autoritarismo y la rendición ante el crimen organizado” y al líder de la izquierda por ser un viejo priista y una amenaza para la economía mexicana.
La candidata del centroderecha mexicano no pasó a la ofensiva hasta hace unas semanas, a partir del último debate televisado el 10 de junio, y ahora llega tarde, según Rubén Aguilar, exportavoz del presidente Vicente Fox (2000-2006). “Por primera vez, la campaña de este año dura 90 días, en lugar de los 180 de antes, y quien parte con ventaja como es el caso de Peña Nieto es difícil de alcanzar después. En tan pocos días, el PAN estaba obligado a realizar una campaña más agresiva, más fuerte”. Y añade: “Su equipo de campaña era muy poco profesional, parecía amateur, no puedes ir a aprender en unas elecciones presidenciales”.
El periodista y analista político Ricardo Alemán considera que ha hecho muy mala campaña empezando por su eslogan “Josefina es diferente”. “No quiso ser vinculada a la imagen del presidente, al menos a los aspectos positivos como los económicos, por temor a la campaña que tenía preparada la izquierda de reventar a Calderón por los crímenes del narcotráfico. Eso le hizo perder media campaña o más”. “Por otra parte”, continúa, “cuando el presidente perdió a su candidato, el exsecretario de Hacienda Ernesto Cordero, en las elecciones internas del partido del pasado febrero, en lugar de arroparla se hizo a un lado. No le permitió apoyarse en el aparato de la institución presidencial. La dejó correr sola”.
La misión de Vázquez Mota no era fácil. Muchos mexicanos perciben que el país ha caminado sin rumbo en los últimos años, sin que se hayan reformado las estructuras de Gobierno heredadas del PRI y donde la clase política sigue sin rendir cuentas. Además, la violencia vinculada al narcotráfico, que ha causado más de 55.000 muertos en este sexenio, y los palos de ciego del Ejecutivo en su lucha —el último, el anuncio de la detención de un hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, el jefe del cartel de Sinaloa, cuando en realidad era otro joven como se demostró 24 horas más tarde— ha dejado extenuada a la sociedad.
Sin embargo, Soledad Loaeza, investigadora del Colegio de México, pone el foco de los errores de Vázquez Mota en otro lado: “Ha hecho una campaña muy conservadora, invocando los valores de la Iglesia católica, presentándose como jefa de familia y defensora de la vida. Parecía una mujer de los años cincuenta, no ha sabido ver cómo ha cambiado México”.
La profesora explica la falta de apoyo de Calderón a la candidata porque el presidente, consciente de que el PAN no lograría un tercer mandato “quería perder con alguien que le permitiera mantener el control del partido”. Ahora, en caso de derrota, “al PAN le espera un futuro negro, herido, dividido y sin líderes. Han perdido la oportunidad de formar una verdadera clase política”. Rubén Aguilar está de acuerdo: “El PAN tendrá que modernizarse, ser menos doctrinario, abandonar el discurso moral conservador e incorporar nuevos rostros de la sociedad civil. Si no lo hace no volverá al poder en 30 años”.
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