El amor disuelve su pasado a medida que avanza, no deja tras de sí un lugar seguro donde podría replegarse para buscar refugio en casos de necesidad. Y no sabe qué le espera ni qué puede depararle el futuro. Nunca adquiere la confianza suficiente para dispersar los nubarrones y calmar la ansiedad. El amor es un préstamo a cuenta de un futuro incierto pero irresistible.
El amor puede ser tan aterrador como la muerte, sólo que, a diferencia de la muerte, encubre la verdad bajo oleadas de deseo y pasión. La tentación de enamorarse es poderosa, pero también lo es la atracción que ejerce la huida. El engaño que nos induce a querer encontrar una rosa sin espinas está siempre presente y resulta difícil de resistir.
Deseo y amor van hermanados. El deseo es el anhelo de consumir. De absorber, devorar, ingerir y digerir, de aniquilar. El deseo no necesita otro estímulo que la presencia de alteridad.
La presencia del Otro es siempre una afrenta y una humillación. el deseo es el impulso a vengar la afrenta y disipar la humillación. Es la compulsión de cerrar la brecha con la alteridad que atrae y repele, que seduce con la promesa de lo inexplorado e irrita con su evasiva y obstinada otredad. El deseo es el impulso a despojar la alteridad de su otredad, y por lo tanto, de su poder. Es posible que en el curso de l proceso, sus restos no digeridos hayan pasado al terreno de lo consumible al de los desechos.
Lo que se puede consumir atrae, los desechos repelen. Después del deseo llega el momento de disponer d elos desechos. En esencia, el deseo es un impulso de destrucción. Y ,lateralmente, también un impulso de auto-destrucción; el deseo está contaminado desde su nacimiento por el deseo de muerte.
El amor es el anhelo de querer y preservar el objeto querido. Un impulso centrífugo, a diferencia del centrípeto deseo. Un impulso a la expansión, a ir más allá, a extenderse hacia lo que está "allá afuera".
El deseo es ampliar el mundo. el amor es la supervivencia del YO a través de la alteridad del YO. Y por eso, el amor implica el impulso a proteger, de nutrir, de dar refugio, y también de acariciar y mimar, o de proteger celosamente, cercar, encarcelar. Amar significa estar al servicio, estar a disposición, esperando órdenes, pero también puede significar la expropiación y confiscación de toda responsabilidad.
El amor y el ansia de poder son gemelos siameses: ninguno de los dos podría sobrevivir a una separación. Si el deseo ansía consumir, el amor ansía poseer. Como el deseo , el amor es una amenaza contra su objeto. El deseo destruye su objeto amado, destruyéndose a sí mismo en el proceso; la misma red protectora que el amor construye amorosamente alrededor de su objeto, lo esclaviza. El amor hace prisionero y pone en custodia al cautivo: arresta para proteger al propio prisionero.
El deseo y el amor tienen propósitos opuestos. Fiel a su naturaleza, el amor luchará para perpetuar el deseo. El deseo, por su parte, escapará de los grilletes del amor.
Un ejemplo del misterio del amor que enciende la chispa del deseo.
"Las miradas se encuentran directamente en una fiesta concurrida; se enciende la chispa de la atracción. La pareja recién "conocida" conversan, bailan, se ríen, comparten un trago o una buena broma y, antes de darse perfectamente cuenta, uno de los dos dice: ¿Tú casa o la mia?. Ninguno de los dos está en búsqueda de una relación seria o formal, pero de alguna manera una noche puede convertirse en una semana, después en un mes, en un año o más tiempo".
Cuántos de nosotros no hemos iniciado una relación, a la larga formal y seria, sin pensarlo mucho. Simplemente las cosas se van dando sin que nos demos cuenta de su formalización, hasta el punto de engendrar un hijo en el proceso del enamoramiento.
Ese imprevisible resultado de la chispa del deseo y de una sola noche para sofocarlo, es un punto intermedio entre la libertad de los encuentros ocasionales y la seriedad de una relación importante. Los puntos intermedios, como todos los otros acuerdos "hasta nuevo aviso" dentro de un entorno fluido en el que comprometerse con el futuro es tan imposible como ofensivo, pero cuando se comprometen "a medias", es posible que se estén cerrando nuevas posibilidades románticas.
Una observación fuerte y directa, y un cálculo sensato: usted se encuentra ante una elección complicada. Elige el amor o elige el deseo.
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