Las personas que carecen de confianza en sí mismos han suprimido sus emociones fuertes y las han sustituido por un conjunto de creencias o ilusiones que guían y dirigen sus conductas. Pueden ser, por ejemplo, unos estudiantes radicales políticamente que creen que la violencia es la única forma de derrocar el sistema establecido que ellos ven como opresor.
En nombre de esta creencia pueden reunir gran cantidad de energía y evocar lo que pueden parecer sentimientos auténticos; pero estos sentimientos no son personales. No están disgustados por un insulto personal hacia ellos. No están tristes a causa de una pérdida personal. Han dejado a un lado sus sentimientos personales en favor de lo que creen que son las necesidades de los demás. Con esta acción demuestran que son personas dirigidas desde afuera. Cuando la causa por la que luchan sufre un revés, estas personas se deprimen.
No tengo nada en contra de la gente comprometida con las causas del pueblo; pero me parece que nuestra primera preocupación debería de ser la de nuestro bienestar. Si cada cual pudiera valerse por si mismo y cuidar de sus propias necesidades, la sociedad entera marcharía indudablemente mejor.
La persona autodirigida no es egoísta. Está centrada en sí misma, y preocuparse verdaderamente de sí misma le hace darse cuenta de que depende del bienestar del resto de la comunidad. Y es realmente humanitaria, porque es conciente e su propia humanidad, de su propio ser como persona.
Transferir los problemas a los demás y exigir su solución es señal de que la persona está dirigida desde afuera. Este es el signo de nuestros tiempos, y con pesar contemplamos la erosión del sentido de responsabilidad personal.
La tendencia general de las personas dirigidas desde afuera, los conduce a culpar de todo al sistema, al gobierno de su país. Cuando los ciudadanos uno a uno, olvidan su responsabilidad personal de mantener limpia la comunidad, en orden y segura, es difícil que el gobierno pueda proporcionar siquiera los servicios esenciales. Creer que todo lo que tiene que hacer es pagar sus impuestos y con eso se arreglarán todas las cosas y los problemas sociales es una ilusión. Esas ilusiones caracterizan a las personas dirigidas desde afuera.
Cuando una persona e deprime, indica claramente que no ha estado viviendo con los pies en la tierra. Es señal de que carece de confianza en sí mismo, de que ha sacrificado su independencia a camnbio de la promesa de satisfacciones por parte de los demás. Ha invertido todas sus energías en el intento de realizar este sueño, el sueño imposible. su depresión significa su quiebra y desilusión.
Con una terapia es posible salir de esos estados depresivos, por que la terapia va a poner a la persona en contacto con sus sentimientos, con su ser interno. Esto a su vez, le ayuda a reuperar el equilibrio y la independencia. El asunto es convertirlos en personas autodirigidas, independientes y sefuros de sí mismos.
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