La policía belga detiene a unos 40 indignados españoles
Cerca de un centenar de indignados españoles llegan a la capital belga
Pasadas las siete de la tarde de ayer, llegaban a Bruselas varias marchas del ya movimiento internacional de los indigandos procedentes de Madrid, Barcelona y otros puntos de España y Francia, que fueron recibidas con aplausos, abrazos y cánticos en español y francés. Fuentes policiales calculan que cerca de 400 personas se han reunido en el Parque Elisabeth de la capital belga, donde han celebrado su primera asamblea para decidir si mantienen su intención de acampar en este lugar, situado a apenas a dos kilómetros del centro de la ciudad.
Dos horas después de iniciarse la asamble, la policía obligó a los asistentes de forma pacífica a desmantelar el campamento. En principio no hubo incidentes, pero poco después, unas cuarenta personas, los más recalcitrantes del grupo, -entre los que había españoles, belgas, italianos y franceses-, se negaron a levantar las tiendas de campaña y se enfrentaron a los agentes, que terminaron deteniéndolos.
Las autoridades locales les han denegado el permiso para acampar, ya que la acampada libre no está autorizada en Bélgica. A la espera de una decisión del movimiento de indignados, al menos 30 tiendas de campaña han sido levantadas a la entrada del Parque Elisabeth.
El comisario jefe de Bruselas, Johan De Becker, ha explicado que los arrestados son responsables de una falta administrativa, por la que serán privados de libertad durante 12 horas y después puestos en libertad.
Los indignados integrados en la marcha han informado de que cuentan ya con el contacto con dos abogados belgas para gestionar estas detenciones y facilitar su futura liberación.
"Bruselas no es una meta, es un paso más", declaró un indignado procedente de Barcelona, Julián García, que denuncia que "hay un problema de representación democrática". Otro participante en las movilizaciones, Mario Molina, que ha recorrido el camino a pie desde la emblemática Puerta del Sol de Madrid -escenario principal del movimiento 15-M-, afirmó que "no hemos dudado que íbamos a llegar" y muy emocionado expresó la "satisfacción de que cada día" fueran recibidos por una asamblea durante su recorrido.
La Policía ha confirmado que no ha habido incidentes desde la llegada de los indignados a Bélgica. De hecho, hacia las diez de la noche los agentes comenzaron a levantar las tiendas sin que hubiera problemas con los indignados, a quienes se dijo que podían permanecer en el parque el tiempo que quisieran siempre que no acamparan.
El burgomaestre del distrito de Kolkelberg, donde se encuentra el Parque Elisabeth, les ha ofrecido instalarse en un edificio público situado a apenas 50 metros del parque. Se trata de una antigua facultad que en estos momentos no está ocupada, pero que dispone de electricidad, agua y aseos.
El objetivo de los indignados es permanecer acampados en Bruselas al menos hasta el sábado 15 de octubre, cuando se celebrará el Ágora Internacional, primer encuentro internacional de indignados de distintos países, y ya han programado una serie de actividades, entre ellas debates y talleres para esta semana.
En la víspera de la llegada de la marcha, el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, emitió un comunicado ofreciendo la oportunidad a los indignados de acudir al Parlamento Europeo para trasladar sus quejas a la Cámara.
Sin embargo, participantes en la asamblea han replicado que si los eurodiputados quieren conocer su postura son ellos los que deben ir a las asambleas y no al revés.
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