Miles de indignados marchan por las calles de Nueva York
50.000 personas han salido a la calle, según los organizadores.- Al contrario de las pasadas manifestaciones no se han producido detenciones masivas
La protesta de los indignados de Nueva York se extiende en EE UU
“Esta manifestación demuestra que no se trataba sólo de un pequeño grupo de jóvenes indignados con el poder económico de Wall Street si no que toda la sociedad lo está. Ellos crearon el espacio en la plaza de la Libertad y después se prendió la chispa. La gente estaba esperando que ocurriera algo y ellos han sido el detonante. Esto es sólo el principio”. Naomi Klein, conocida activista canadiense y analista política y económica, autora entre otros del popular libro The Shock Doctrine, hacía estas declaraciones a EL PAÍS en la calle Broadway mientras caminaba junto a miles de personas que se dirigían a la plaza de la Libertad. En el perfil de Twitter de los organizadores, se asegura que más de 50.000 personas se encuentran en el el rebautizado parque Zuccotti.
Allí comenzó y terminó una protesta que arrancó hacia las tres de la tarde (nueve de la noche hora peninsular española), cuando miles de indignados partieron en dirección a Foley Square, donde organizaciones ciudadanas y sindicatos como el de las enfermeros, con más de 170.000 afiliados o el de los empleados de transporte público, con 38.000, habían convocado a los ciudadanos para expresar su apoyo al movimiento Occupy Wall Street.
Los centenares de jóvenes que acamparon hace 18 días en la plaza de la Libertad y a los que mucha gente no tomó en serio, recibían así el espaldarazo definitivo de los trabajadores neoyorquinos. “Todo el mérito es de estos chicos, que han osado ocupar una plaza y hacerse oir. Ellos son el futuro y nosotros, desde los sindicatos, tenemos que apoyarles porque sus reivindicaciones también son las nuestras. Wall Street lleva demasiado tiempo estrujando a los trabajadores y estos chicos nos han ayudado a recordarlo. Hay que cambiar el status quo”, declaraba Paul Piazza, del sindicato TWU.
El movimiento Occupy Wall Street pone a prueba su fuerza con la manifestación de este martes
“Somos los indignados de Nueva York”. Las palabras en español de Héctor Figueroa, del sindicato de empleados internacionales, que agrupa a casi dos millones de personas, fueron coreadas en alto por los miles de asistentes a la manifestación que recorrió el distrito financiero de Nueva York. Con cifras que bailaban entre las 8.000 que manejaba la policía extraoficialmente y las 40.000 de las que hablaban los sindicatos, lo cierto es que Nueva York no vivía una marcha con tanta energía, tan multitudinaria y tan heterogénea desde las protestas contra la guerra de Irak en 2003.
Desde estudiantes de secundaria hasta oficinistas, amas de casa, profesores, camioneros, jubilados… los manifestantes parecían ser un crisol de toda la sociedad estadounidense, incluidos sus inmigrantes latinos o su minoría de raza negra, ese 99% de la población que dicen representar frente al 1% formado por los más ricos. Y al contrario de las pasadas manifestaciones de indignados, donde la presencia policial era casi mayor que la de manifestantes, esta vez la policía se mostró menos agresiva, y Occupy Wall Street informa por ahora de 18 detenciones.
Sin duda pesó la mala prensa recibida por los agentes tras los violentos arrestos de los pasados días 23 y 30 de septiembre, saldados con 800 detenidos en total, y que fueron una de las razones que popularizaron el movimiento Occupy Wall Street entre los neoyorquinos.
Al confluir la marcha en el parque de la Libertad, sindicalistas, estudiantes, parados y jubilados conversaban animadamente sobre el futuro. “El siguiente paso es el boicot comercial”, decía uno. “Huelga general” decía otro. “Sacar el dinero de los bancos” comentaba una mujer. La lluvia de ideas era intensa, tanto en grandes como en pequeños grupos. Lo que todos parecían tener claro es que subirle los impuestos a Wall Street y exigir responsabilidades penales a los responsables de la crisis financiera no finalizaba con esta manifestación.
Para Paul Piazza, conductor de metro, el mensaje era claro: “Los políticos toman nota cuando ven a la gente en la calle. Hoy la han visto y si son inteligentes, reaccionarán porque no tenemos intención de volver a sentarnos a ver la televisión. Los ciudadanos hemos decidido exigir responsabilidades y vamos a seguir tomando las calles, en Nueva York y en el resto del país. Los jóvenes han arrancado pero somos muchos los que estamos dispuestos a seguirles. De aquí debería salir una sociedad diferente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario