Ese, el de la lata, es Rubalcaba
Por: José María Izquierdo
.Vamos hoy de manifestaciones y de víctimas. De las primeras, la literatura es la habitual, y aquí se la comentaremos: que si el PSOE, que si Rubalcaba, que si fue que si vino. ¿Habrá que recordar al respetable las decenas de algaradas que protagonizaron en Barcelona los grupos radicales durante los mandatos socialistas, Rambla arriba, Rambla abajo? ¿También las montaba el PSOE? Diferenciar entre las manifestaciones y las algaradas de los grupúsculos habituales debería ser obligado en los medios de comunicación opuestos a echar gasolina. La segunda dedicación de la fiel infantería parece inédita pero no lo es. Algunas asociaciones -no todas, claro, sino las más vocingleras y pegadas a los medios que jalean desde hace ocho años cualquier teoría absurda sobre el atentado de Madrid del 11 de marzo de 2004- han decidido que aquellos damnificados de las explosiones salvajes, muertos o heridos, les pertenecen a ellas, y solamente ellas tienen derecho a decir cuándo, cómo y quiénes pueden recordarlas. Y la prensa de nuestros amigos, en lugar de poner un poquito de sentido común -¿cuándo lo han hecho?- les procura el queroseno para llevar el asunto a la categoría de indecencia, el nivel donde más cómodos se sienten nuestros queridos cornetas. Así que una convocatoria de manifestación para el 11-M se convierte en una provocación y un agravio a las víctimas. Decía antes que no me parece inédita porque ya llevan años así, arrogándose una representación que no tienen, instrumentalizadas algunas asociaciones por peones de todos los colores que explotan con procacidad el dolor de quien perdió un hijo, una madre o una pareja. No pretendamos hacer lo mismo. Así que en este punto, por nuestra parte, zanjamos el tema.
Y ya verán cómo vienen con Rubalcaba. Tal que si él mismo hubiera ido en persona lanzando cócteles molotov en varias ciudades y al mismo tiempo. Tiene fácil el don de la ubicuidad, que para eso es el demonio, el patillas, el demontre.
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Les dejo que se expliquen ellos, como habitualmente hacemos en este blog. La Razón. Portada: “Tras la campaña de agitación de Rubalcaba, los radicales incendian Barcelona”. En el arranque del editorial: “El PSOE ha optado por mantener un perfil bajo en las manifestaciones estudiantiles y por hacerse más visible en las sindicales”. Pocas líneas después: “Especialmente virulenta ha sido la de Barcelona, donde los radicales han ocupado el rectorado de la Universidad, han incendiado coches y contenedores (…) han sembrado el caos en la ciudad al cortar vías principales y líneas de tren. Por el contrario, las concentraciones de los sindicalistas han transcurrido con normalidad y con una discretísima capacidad de convocatoria”. Hagan juego, señores, y explíquenme cómo se come el primer plato con el segundo y el tercero. Alfonso Ussía, en cambio, no tiene ninguna duda de quién tira las piedras o enciende la hoguera: “Se reúnen, provocan las manifestaciones, colman la calle con sus chicos, insultan a las Fuerzas del Orden, las patalean, queman contenedores, exigen lo que no han exigido en siete años, y al final, doña Elena Valenciano niega la mayor y admite con la boquita pequeña que el PSOE limita su presencia en las manifestaciones a labores de compañía”. ¿Acaso no está todo claro cual agua cristalina?
El editorial de Abc se muestra muy firme contra esta izquierda incendiaria que nos ha tocado vivir: “Los partidos que han jaleado estas protestas, PSOE e IU, no pueden ahora ponerse de perfil ante el violento estallido y deben asumir las consecuencias de su irresponsable estrategia”. No es exacto. Verán. Vamos a retocar un poquito la frase, que ya verán lo lucida que nos queda. “Lo que debería ser un motivo de preocupación para la derecha es que se diera por hecho que a la mínima ocasión que se le presentara, iban a tomar una serie de decisiones para demostrar al PSOE que les habían vencido electoralmente”. El propio Rajoy, ¿cuántas veces habrá que recordarlo?, se mostró convencido de que sus medidas, las que libremente han tomado ellos, le iban a costar una huelga general. ¿Es culpable entonces el PSOE? ¿La gente sale a la calle porque se lo sugiere, un suponer, Elena Valenciano, o quizá porque la reforma laboral es –insisto: lo dijeron ellos- enormemente agresiva? Así que para seguir el razonamiento de Abc, el PP “no puede ahora ponerse de perfil ante el violento estallido y deben asumir las consecuencias de su irresponsable estrategia”. ¿Mejor con los retoques?
Y vamos a abrochar lo que les contábamos en la entradilla con un párrafo del editorial de hoy de La Gaceta. Ahí va: “Los socialistas, bajo la experta y sibilina batuta de Rubalcaba, están dispuestos a todo, incluso a mezclar las protestas contra la reforma laboral con la memoria de las víctimas del 11-M, para tensar el ambiente y calentar las calles con todo tipo de manifestaciones y altercados. Después de ocho años en el Gobierno de España, el PSOE ha tardado sólo ocho semanas en lanzarse a la calle para protestar contra las medidas y recortes que el nuevo Gobierno del PP está aplicando para frenar la sangría económica que Zapatero y su Ejecutivo propiciaron y dejaron como herencia”.
Es poco. Federico Jiménez Losantos, Libertad Digital, que ya saben que es prácticamente invencible: “Y el día 11, en burla evidente de una fecha sagrada para millones de españoles, la Izquierda quiere hacer el Ensayo General de la Huelga General. De la primera de ellas, porque habrá más. Que se burlen del 11M y de sus víctimas es normal en quienes, ayunos de escrúpulos, convirtieron la masacre de 2004 en una excusa para la violencia contra el Gobierno del PP. Ya lo intentaron Zapatero y Rubalcaba poniendo las elecciones generales el 20N, confiando sin duda en un efecto de radicalización y agrupamiento del voto de izquierdas que, al final, no se produjo. Ahora el éxito es más fácil porque no se cuentan votos y porque una violencia mayor con un número menor de vándalos abre exactamente igual los telediarios, escaparate de la superficialidad”.
Que no se me olvide. Salvador Sostres también habla en El Mundo de las manifestaciones. No se preocupen. Sigue igual: no se entera de nada. Pero él larga.
LAS FACHADAS
Ahí tienen, sutil, la fachada de La Razón. ¿Ven el fuego? Pues ya está: prende y el PSOE. De cajón. Ingeniosos que son. Y no se pierdan los dos sumarios, a cual mejor: “Tras la campaña de agitación de Rubalcaba, los radicales incendian Barcelona”. El segundo: “Los sindicatos se burlan de las víctimas y convocan un paro para el 11-M”. Ya hemos hablado de ello. ¿Abc cambia el paso? Para nada, que ya ven la fachada. El antetítulo dice “Desafío en la calle contra las urnas”. Y sumario: “Los socialistas justifican las protestas muy violentas en Barcelona con asaltos a bancos”. Nada nuevo en El Mundo, excepto que dice que “grupos radicales organizados asaltan una sucursal bancaria”. O sea, que lo de asaltar bancos era mucho decir… Menos mal que La Gaceta no nos falla, que ya pueden leer el titular. Les cuento los sumarios: “La izquierda reedita la crispación contra el PP que desplegó tras los asesinatos de Atocha”, y “Las víctimas se rebelan por la instrumentalización política del aniversario”. Un recuadro dice “Indignación general con las informaciones de TVE sobre las manifestaciones”. Ya ven.
NON PLUS ULTRA
He gastado ya demasiadas citas, pero quería mantener la unidad del relato. Aún quedan algunas cosillas.
Por ejemplo, Agapito Maestre en Libertad Digital y su semblanza de Javier Arenas. Ecuánime. Objetiva. Neutral. Con sus luces y sus sombras: "Será difícil hallar en toda España un líder político que haya conseguido con esfuerzo y tesón y, por encima de despiadados ataques de todo tipo, hacerse querer y, sobre todo, respetar por su trabajo permanente por conseguir que Andalucía tenga un genuino sistema democrático. Para Javier Arenas la lucha no ha sido por el poder, sino sobre todo para que los andaluces sepan valorar la democracia”.
Dice en La Gaceta Adrià Pérez Martí, que es socio fundador del Instituto Juan de Mariana y analista fiscal que “El PP está tratando de renegociar con Bruselas el compromiso de déficit para este año.Si procediéramos a repensar nuestro Estado Autonómico y de Bienestar, ni siquiera sería necesario”. Puesto que Pérez Martí es analista fiscal, ya podía sugerir, se me ocurre, que se pusiera fin al fraude fiscal. Y mientras, el Estado de Bienestar se queda como está y usted ni lo toca. Porque están, ayer se lo dijimos y vamos a repetirlo hasta el cansancio, en ésas. José Antonio Vera hoy en La Razón: “Las autonomías pueden estar bien, pero no salen las cuentas. Unos y otros proponen medidas como el copago judicial, o el copago sanitario o el copago en carreteras”.
Y José García Domínguez en Libertad Digital: “Repárese al respecto en que sanidad, educación, pensiones, prestaciones por desempleo, nóminas de los funcionarios e intereses de la deuda absorben tres de cada cuatro euros del presupuesto. En el difunto 2011, 348.000 millones sobre un gasto total de 468.000 millones. Y recortar cuarenta mil de una atacada en la otra cuarta parte, simplemente, es imposible. Por muchas vueltas que se le quiera seguir dando al chocolate del loro, al final, habrá que encarar la disyuntiva: o el Gobierno procede a subir el IVA y los impuestos especiales o baja las pensiones”. Lo dicho, mírese por otro lado, hagan el favor.
Y de Garzón faltaba César Vidal. No se priven, que lo tienen en La Razón: “Y a todo lo anterior, añádase que la resolución va pulverizando todas y cada una de las suposiciones de Garzón para dejar de manifiesto que no pasó de ser un zote jurídico, una calamidad judicial, un verdadero ceporro con puñetas. Lo han absuelto, sí, pero, tras leer la sentencia, da la sensación de que a los magistrados les ha faltado un pelo para concluirla con el título de aquella novela de Álvaro de Laiglesia que tenía por nombre ‘¡Dios le ampare, imbécil!”.
EL AFAMADO MUSEO EL OJO IZQUIERDO
(Documentos y testimonios de la vida en las cavernas)
“En los países anglosajones, especialmente los Estados Unidos, no se perdona el hecho de que un candidato a un cargo de representación haya cometido adulterio. Aquí la progresía oficial y buena parte de la ciudadanía, sobre todo masculina, considera esa mentalidad pacata, puritana e intrusista en el terreno de lo privado. ‘Lo que haga uno con su bragueta…’, suele decirse, no tiene por qué afectar a su gestión como administrador. Pero lo cierto es que afecta, y mucho. Porque quien miente a su pareja o a sus hijos mentirá sin el menor remordimiento a sus conciudadanos. Y esas mentiras le llevarán a tener que urdir otras de mayor calado, hasta enredarse y enredarnos en una tela de araña gigantesca como la que nos tiene atrapados ahora mismo”.
Isabel San Sebastián. Abc, 1 de marzo de 2012.
(Ruego a los lectores de este humilde blog que se abstengan de preguntarme a qué político se refiere. Se trata de un simple ejemplo teórico al que ha recurrido la autora como mero recurso literario).
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