sábado, 25 de febrero de 2012

La felicidad es algo candoroso.

Guillermo Espinosa presentó La sonrisa de la desilusión, publicado por Tumbona Ediciones

La felicidad sólo se puede buscar con una inmensa dosis de candor, dice ensayista
“Hacer reír mediante la literatura es arriesgado y se le valora como una narrativa menor”

Abordar temas como la felicidad y el humor dentro de la literatura es poco común, porque hacer reír mediante la lectura resulta arriesgado y se valora como una narrativa menor frente a la tragedia y la desgracia, sostiene en entrevista Guillermo Espinosa Estrada, autor del libro La sonrisa de la desilusión, que fue presentado el jueves en la Hostería La Bota, del Centro Histórico.

Publicado por Tumbona Ediciones, el volumen reúne 12 ensayos acerca del humor, la comedia, la parodia y demás manifestaciones de la risa en la literatura, que como el burladero taurino, intenta rodear esa mitad alegre y festiva del universo literario.

“Me gusta la idea de hablar de la felicidad, de la necesidad que tiene el ser humano de ser feliz, y lo auténtico y cursi que es esa búsqueda, aunque lo cursi es otro valor que la literatura no respeta y suele tacharlo de mal gusto”, señala.

El narrador del libro, William Thornway, está en una constante búsqueda de la felicidad, desea recuperar los momentos felices que experimentó en algún momento de su vida y para ello le sirven de apoyo obsesiones que tiene como las películas románticas o programas de televisión.

Aferrarse al recuerdo

La felicidad está condenada al fracaso a lo largo de los textos. Al respecto, Guillermo Espinosa asevera que en la vida del ser humano existen momentos plenos de incuestionable felicidad, que son suficientes para llevar el resto de la existencia, pero hay que aferrarse a ese recuerdo, a ese instante en que no se puede pedir más.

“Para seguir en esa rueda de hámster persiguiendo algo que nunca llegará, habría que apelar a eso que parece que no necesitamos nada más para estar bien”, agrega el entrevistado.

Hablar de felicidad en la literatura no es muy prestigioso para un escritor, porque se le asocia con temáticas de autoayuda, pero a Guillermo Espinosa en particular le atrae este tema, porque “parece ser lugar común, frívolo, superficial e ingenuo”.
El narrador del volumen se desnuda ante el lector como lo haría un stand up comedian frente a su público, hasta caer en la cursilería y lo entrañable, que el autor relaciona con la felicidad. “No se puede buscar la felicidad sin una inmensa cantidad de ingenuidad, y hay que creer en esa posibilidad”, subraya.

Sonrisa vs tragedia

De acuerdo con Espinosa Estrada, ante las vicisitudes de la vida existen dos opciones para los individuos: tirarse al drama y vivir la tragedia cuyo límite sería el suicidio o asimilarlo, aceptarlo y sonreír ante la tragedia.

“El humor –opina el ensayista– es enfrentarse a la tragedia con una mueca de sonrisa; sería lo que mi personaje siempre trata de hacer para no darse por vencido o enfrentarse a la idea de que tal vez la muerte es menos terrible que la realidad.”

El libro La sonrisa de la desilusión, que es resultado de la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas, con tutela de Jorge F. Hernández, parece estar escrito desde que el narrador pierde cierta inocencia; se presenta una historia de amor disfrazada.

El personaje evade el presente y regresa a la infancia, a los cómics que leía, los programas de televisión que veía; siente el deseo de recuperar esas experiencias por conducto de un hijo.

Guillermo Espinosa Estrada, en su primer libro, prefiere enfocarse en la risa, en presentar “cosas chistosas”, como la comedia romántica, musical, personajes ficticios y el grupo Les Luthiers.

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