El capitán y yo ibamos a la cama.

Dominica Cemorman, que viajaba en el crucero sin pasaje, aseguró los días posteriores al naufragio que no había nada entre ellos.


Dominica Cemorman, la moldava que viajaba sin pasaje en el Costa ConcordiaEl misterioso flirteo entre el capitán Schettino y la mujer moldava que viajaba sin pasaje en el Costa Concordia vuelve a ser noticia una vez más, un mes después de la tragedia frente a las costas de la isla de Giglio. Esta vez, Dominica Cemorman ha ido más allá, asegurando al «Daily Mail» que el naufragio frustró el nacimiento de una posible historia de amor: «Besé al comandante y creo que al final habríamos terminado en la cama, pero la nave chocó», ha explicado.


«Cuando era miembro de la tripulación fue siempre muy respetuoso conmigo»Cemorman, que en los primeros días aseguró que no había nada entre ellos, ha contado ahora que la relación entre ambos cambió cuando dejó de ser una empleada más del Costa Concordia y pasó a ser una pasajera: «Cuando era miembro de la tripulación fue siempre muy respetuoso conmigo, pero una vez que me transformé en pasajera las cosas se presentaron de otra manera. Creo que habríamos terminado en la cama, pero no lo sabré nunca a causa del naufragio».

«Él era bello y fascinante» y le decía que «era tanto bella como inteligente», ha dicho Cemorman, que se preguntó: «¿Qué mujer no quisiera oir estas palabras?».

«Los recuperaremos a todos»
Por otro lado, este sábado se han completado las exploraciones del puente cuatro del barco naufragado, por lo que los submarinistas acelerarán las labores en el puente tres en los próximos días, en busca de los siete cadáveres que aún desaparecidos.

Los último cuerpos sin vida fueron hallados el pasado 22 de febrero, un total de ocho. Cinco días antes, el responsable de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli había explicado que, aunque se habían suspendido técnicamente las tareas de búsqueda de los desaparecidos para comenzar la extracción del carburante, se mantenía la actividad de exploración en los pasillos de la cubierta cuatro, donde se pensaba que podían haber quedado atrapados algunos pasajeros.