Por Bolívar Hernández.
Cuento corto. Desde que la conocí advertí el futuro peligro de una ruptura a causa de la diferencia de edades, era diez y seis años lo que nos separaba. Ella era una mujer aguerida, brava, malhumorada casi siempre, y yo un hombre apocado, tímido, algo inseguro debido a mi fuerte miopía y a mis anteojos de 'culo de botella'. Pero mi profesión de psicólogo le fascinaba a ella, por alguna extraña ra...zón. Ella era una empresaria exitosa en el campo de la producción agrícola. Nos llevabamos medianamente bien, como casi todas las parejas de nuestra condición; sin hijos, ni ganas de tenerlos. El conflicto encubierto entre nosotros era su poderoso atractivo físico, que motivaba más escozor debido a su coquetería irrefrenable, a mi los celos me consumían como si viviera en el infierno. Cuando ella me propuso formar un cuarteto, yo me pregunté ¿ Si ninguno de los dos somos músicos, por qué? Ella me aclaró que había dos hombres que le atraían demasiado, uno en España y otro en Chile, y que sería divertido vivir todos juntos bajo el mismo techo. No acepté la oferta y me puse a llorar por la pérdida eminente de esa bella mujer, pero nada la podría haber cambiado en su firme propósito. Yo estoy ahora en camino a la India a un retiro espiritual, ella ya viajó en búsqueda de los otros hombres. La diferencia de edades fue la clave del fracaso de nuestra pareja; yo 30 y ella 46 años. Los tiempos eran incompatibles, había que vivir cada quien su realidad cronológica y emocional.
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