Hallan lugar del cerebro donde se origina el amor
Foto: Luis M. Morales
Montreal • Los estudios de neurociencia han
demostrado muchas cosas sobre cómo funciona nuestro cerebro. Sabemos,
por ejemplo, dónde se almacenan los recuerdos, dónde se controla la ira y
el miedo y dónde razonamos para resolver problemas; sin embargo, se
sabe muy poco sobre una de las emociones humanas más poderosas y
complejas: el amor.
Una nueva investigación internacional encontró el sitio exacto donde se originan los sentimientos que experimenta una persona cuando está enamorada.
Según científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, el sitio donde se ubica el amor está vinculado al lugar donde se origina el deseo sexual, pero ambos están separados.
Además, el estudio demostró que el amor está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas, señalaron los investigadores de la universidad canadiense en un comunicado.
Las investigaciones sobre el cerebro ya han demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras.
En esta región se controla una serie de funciones que incluyen las emociones, la conducta, la atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer y la adicción a las sustancias, etc.
No obstante, hasta ahora había sido muy difícil ubicar el lugar exacto del amor porque, tal como señalan los expertos, a diferencia de otras emociones “concretas” como la ira o el placer, el amor es mucho más complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.
La nueva investigación, en la que también participaron neurocientíficos de las universidades de Sycaruse y Virginia Occidental, en Estados Unidos, y el Hospital Universitario de Ginebra, en Suiza, revisó 20 estudios que habían analizado la actividad cerebral del amor y el deseo sexual.
En los estudios se había sometido a los participantes a escáneres de imágenes de resonancia magnética funcional (FMRI, por su sigla en inglés) para observar la actividad de su cerebro mientras estaban comprometidos en tareas relacionadas a imágenes eróticas o a observar la fotografía de la persona de quien estaban enamorados.
Ínsula y núcleo estriado
Los resultados de los estudios revelaron que dos estructuras del cerebro en particular, la ínsula y el núcleo estriado, eran las responsables tanto del deseo sexual como del amor.
La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y el frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.
Áreas diferentes
Los científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual activan diferentes áreas del núcleo estriado.
El área que se activa con el deseo sexual se activa también con otras cosas que producen placer, como la comida.
Pero el área del núcleo estriado que se activa con el amor es mucho más compleja.
Y aunque también se activa con el placer o deseo sexual, sólo funciona cuando hay algo con “un valor inherente” para activarla, dicen los científicos.
“Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver cuáles eran los patrones de activación” detalló Jim Pfaus, profesor de la Universidad de Concordia que dirigió la investigación.
El científico explicó que “no sabíamos qué encontraríamos, pensamos que ambos estarían completamente separados. Pero resultó que el amor y el deseo activan áreas específicas, pero vinculadas en el cerebro.
“Mientras el placer sexual tiene un objetivo muy específico, el amor es más abstracto y complejo, y por tanto menos dependiente de la presencia física de otra persona”, agregó el especialista canadiense.
Algo que sorprendió a los científicos fue encontrar que la zona del núcleo estriado que se activa con el amor también está asociada a la adicción a las drogas. Según el profesor Pfaus, esto tiene sentido.
“El amor realmente es un hábito que se forma con el deseo sexual y que recompensa ese deseo, y en el cerebro el amor funciona de la misma forma como cuando la gente se vuelve adicta a las drogas”, concluyó Pfaus.
► Otra función de la dopamina
Investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas de España han descubierto una nueva función de la hormona dopamina en la glándula pineal, implicada en la regulación del sueño.
El hallazgo será de gran utilidad en el diseño de nuevos tratamientos que ayuden a paliar alteraciones del ritmo del sueño, como las que se producen en el jet lag, en las personas que trabajan en horarios nocturnos y en otros trastornos del sueño, indicó la UB.
La glándula pineal tiene, entre sus funciones, la síntesis de la melatonina que se produce y libera por la noche para regular la actividad metabólica. La noradrenalina es otra hormona que participa en la regulación de la melatonina, y para ejercer su función tiene que unirse a sus receptores en la membrana celular.
Durante mucho tiempo se creía que estos receptores actuaban de manera individual, pero esta investigación revela que interactúan con otras proteínas, los receptores de dopamina. (EFE/Barcelona)
Una nueva investigación internacional encontró el sitio exacto donde se originan los sentimientos que experimenta una persona cuando está enamorada.
Según científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, el sitio donde se ubica el amor está vinculado al lugar donde se origina el deseo sexual, pero ambos están separados.
Además, el estudio demostró que el amor está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas, señalaron los investigadores de la universidad canadiense en un comunicado.
Las investigaciones sobre el cerebro ya han demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras.
En esta región se controla una serie de funciones que incluyen las emociones, la conducta, la atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer y la adicción a las sustancias, etc.
No obstante, hasta ahora había sido muy difícil ubicar el lugar exacto del amor porque, tal como señalan los expertos, a diferencia de otras emociones “concretas” como la ira o el placer, el amor es mucho más complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.
La nueva investigación, en la que también participaron neurocientíficos de las universidades de Sycaruse y Virginia Occidental, en Estados Unidos, y el Hospital Universitario de Ginebra, en Suiza, revisó 20 estudios que habían analizado la actividad cerebral del amor y el deseo sexual.
En los estudios se había sometido a los participantes a escáneres de imágenes de resonancia magnética funcional (FMRI, por su sigla en inglés) para observar la actividad de su cerebro mientras estaban comprometidos en tareas relacionadas a imágenes eróticas o a observar la fotografía de la persona de quien estaban enamorados.
Ínsula y núcleo estriado
Los resultados de los estudios revelaron que dos estructuras del cerebro en particular, la ínsula y el núcleo estriado, eran las responsables tanto del deseo sexual como del amor.
La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y el frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.
Áreas diferentes
Los científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual activan diferentes áreas del núcleo estriado.
El área que se activa con el deseo sexual se activa también con otras cosas que producen placer, como la comida.
Pero el área del núcleo estriado que se activa con el amor es mucho más compleja.
Y aunque también se activa con el placer o deseo sexual, sólo funciona cuando hay algo con “un valor inherente” para activarla, dicen los científicos.
“Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver cuáles eran los patrones de activación” detalló Jim Pfaus, profesor de la Universidad de Concordia que dirigió la investigación.
El científico explicó que “no sabíamos qué encontraríamos, pensamos que ambos estarían completamente separados. Pero resultó que el amor y el deseo activan áreas específicas, pero vinculadas en el cerebro.
“Mientras el placer sexual tiene un objetivo muy específico, el amor es más abstracto y complejo, y por tanto menos dependiente de la presencia física de otra persona”, agregó el especialista canadiense.
Algo que sorprendió a los científicos fue encontrar que la zona del núcleo estriado que se activa con el amor también está asociada a la adicción a las drogas. Según el profesor Pfaus, esto tiene sentido.
“El amor realmente es un hábito que se forma con el deseo sexual y que recompensa ese deseo, y en el cerebro el amor funciona de la misma forma como cuando la gente se vuelve adicta a las drogas”, concluyó Pfaus.
► Otra función de la dopamina
Investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas de España han descubierto una nueva función de la hormona dopamina en la glándula pineal, implicada en la regulación del sueño.
El hallazgo será de gran utilidad en el diseño de nuevos tratamientos que ayuden a paliar alteraciones del ritmo del sueño, como las que se producen en el jet lag, en las personas que trabajan en horarios nocturnos y en otros trastornos del sueño, indicó la UB.
La glándula pineal tiene, entre sus funciones, la síntesis de la melatonina que se produce y libera por la noche para regular la actividad metabólica. La noradrenalina es otra hormona que participa en la regulación de la melatonina, y para ejercer su función tiene que unirse a sus receptores en la membrana celular.
Durante mucho tiempo se creía que estos receptores actuaban de manera individual, pero esta investigación revela que interactúan con otras proteínas, los receptores de dopamina. (EFE/Barcelona)
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