El tanga ha muerto
Estuvimos en París para asistir a la 50ª edición del Salón
Internacional de la Lencería. La semana pasada (del 19 al 21 de enero),
las principales marcas de la moda íntima internacional se dieron cita
para mostrar sus nuevas colecciones y descubrir las tendencias que
marcarán el futuro de la lencería. Ya es oficial: el tanga ha muerto.
Fotografía del Salón Intenacional de la Lencería 2013
A los turistas que caminan por las calles
de París le entran ganas de ponerse a cantar, se les dibuja una sonrisa
de ensueño en el rostro y las palabras dan paso a los suspiros. Bajo el
temporal de nieve que se prolongó por tres días y cuatro noches, la
semana pasada en París entraban más bien ganas de volverse a casa. El Salón Internacional de la Lencería
–toda una institución en el mercado de la ropa interior a este lado del
Atlántico- se preparaba para su 50ª aniversario sin mirar por la
ventana, adornando el pabellón 1 del centro de exposiciones Paris Porte
de Versailles con motivos lunares en tonos blanco polar que no tardarían
en ser pasto del lodo. Y es que la nieve se convirtió en la
protagonista más inesperada: con el 40% de los vuelos a París cancelados
en Orly y Charles de Gaulle, con retrasos y cancelaciones en los trenes
de largo recorrido y un tráfico más propio de aventuras polares, la
asistencia al Salón sufrió una caída en torno al 12% según la
organización.
Fotografía de SIL 2013
A pesar de la inclemencia del tiempo, el Salón se mostró en buena
forma en cuanto al número de marcas expuestas, la calidad de las
colecciones y el descubrimiento de nuevos talentos, nuevas
incorporaciones o nuevos lanzamientos como DNKY que exponía por primera vez en Paris, Stella Mc Cartney, Elle Macpherson Intimates o la colección de Ines de La Fressange en seda y encaje, con batines y loungewear inspirados en smokings. Vean.El Foro del Salón, en colaboración con la agencia de tendencias NellyRodi, dio vida a cuatro universos para ilustrar las tendencias que marcarán la evolución de la moda íntima en las próximas temporadas: Romance (lencería sofisticada con una ornamentación atractiva pero sutil dirigida a una mujer discreta y refinada), Innovación (lencería moderna, innovadora y futurista para la mujer sensual que desea esculpir su figura), Salvaje (lencería natural y ropa de casa auténtica para una mujer elegante que busca la comodidad) y NeoNude (lencería entendida como segunda piel, delicada y minimalista, para una mujer ligera que está en sintonía con una visión nueva, moderna y discreta).
Y tan sorprendente como las mejores colecciones era el notable aumento de visitantes profesionales venidos de Europa del Este, Rusia, Japón, Kazakhstan o Doha. La frase que más escuchamos en el stand de Lelo puede dar fe del espíritu de esta nueva oleada de clientes: “Money is not a problem!” Pues chico, no sabes cuánto me alegro.
Hablando de money problems, los visitantes españoles ocuparon el sexto lugar en el ránking de visitantes, sólo superados por Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Bélgica. Y entre los expositores Made in Spain, hay que destacar la fascinante colección de Andrés Sardá que, bajo la dirección artística de Nuria Sardá, conjuga seducción y elegancia para crear un demoledor efecto de sensualidad atemporal.
Michaela Kocianova para Andrés Sardá via The Libertine
Le llaman Body
La pieza clave de la moda interior actual es sin duda alguna el body: una prenda a la vez cómoda y sexy, con un espíritu sensual, que aparece con fuerza en todas las colecciones. Entrevisto por primera vez en antepasados de la década de los 50s e inventado en los años 70 por Maison Lejaby, este enero apareció en los stands de todas las marcas, ahora reinventado como la prenda fundamental de la temporada, de Lisa Charmel a Aubade, pasando por firmas jóvenes más rompedoras como Monette o Bordelle.
Una pieza camaleónica disponible en algodón, nylon, encaje o elastán, el Body es a la vez sexy, sofisticado y elegante. Tras vivir sus horas de gloria en los 80s, el Body es la estrella indiscutible del momento y firma su gran retorno al universo lencero para esconderse o mostrarse, en versiones a menudo sexys, que juegan con las transparencias y los escotes.
El retorno de la braga alta
Según Séverine Marchesi, directora del SIL: “El sobrio por fuera y sexy por dentro es algo muy revelador de un movimiento de fondo: el retorno de la moral. Tras la locura de los años 1980-1990 en los que la desnudez estaba banalizada, vuelve el pudor, y también en la esfera íntima”.
Tras un periodo erotico-chic, la lencería se vuelve más dulce, más etérea y sofisticada, en el que la braga de talle alto ocupa un lugar de honor. Hace tiempo que toda la innovación en la moda íntima ocurría de la cintura par arriba (llámese wonderbra o pushups) y que los dessous sólo se concebían para combinar con los sujetadores. Hoy son más creativos y trabajados, ganan en independencia y se impone un modelo femenino, cómodo, ligero, fino y trabajado, que no marca bajo la ropa.
Tras batirse en duelo durante décadas por liberarse de sus corsés, imponer la minifalda en los 60s y quemar sus sujetadores en los 70s, la moda íntima vuelve su mirada al período de entreguerras. Hacía décadas que no se veían bragas altas en los salones de lencería. Y las hemos encontrado hasta en el stand de Bordelle, reconocida por su rompedora visión de la moda íntima que bebe de la geometría y de la arquitectura. Aviso a navegantes: la braga vuelve, literalmente, por todo lo alto.
Bettie brief by Bordelle