miércoles, 16 de enero de 2013

México, la inseguridad otra vez.

El fantasma de la inseguridad regresa a la capital mexicana

Al menos 39 muertos en los últimos tres días en el Distrito Federal y el Estado de México



Peritos forenses y agentes policiales realizan el levantamiento de un cadáver en Iztapalapa (Ciudad de México). / EFE
La capital mexicana, considerada uno de los lugares más seguros del país desde hace unos años, ha sufrido este fin de semana una ola de violencia sin precedentes. Desde el pasado viernes al lunes, 23 personas fueron asesinadas en distintos incidentes ocurridos en varias delegaciones del Distrito Federal. Esa cifra, unida a las muertes de otras 16 personas en los mismos días en el vecino Estado de México, ha encendido las alarmas de seguridad y planteado al nuevo jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, su primer gran desafío.
Mancera, que sucedió en el cargo el pasado diciembre a Marcelo Ebrard, se ha apresurado a declarar que “la seguridad de la ciudad está garantizada”, que “no habrá impunidad” y que la mayoría de las muertes tienen que ver con riñas y vendettas y no con el crimen organizado. El procurador (fiscal) del DF, Rodolfo Ríos Garza, ha calificado la violencia de estos días como algo “atípico e inusual”, ya que el promedio de asesinatos en la ciudad durante los últimos tres años ha sido de dos diarios, por debajo de la media nacional.
En cualquier caso, sean crímenes aislados o no, ajustes de cuentas entre traficantes de drogas, riñas familiares o peleas de borrachos, el hecho es que el fantasma de la inseguridad vuelve a planear sobre los residentes del DF y los vecinos de algunas delegaciones se han manifestado ya exigiendo medidas. El Gobierno del DF lanzó recientemente una campaña para la entrega de armas en manos de particulares en las conflictivas localidades de Iztapalapa y Gustavo A. Madero. Más de mil han sido recuperadas desde Navidad.
En el Estado de México, un bastión histórico del PRI (Partido Revolucionario Institucional), la ola de crímenes sí llevaba la firma en algunos casos de los carteles de narcotraficantes. En la capital, Toluca, a una hora en automóvil de Ciudad de México, fueron encontrados los cadáveres desmembrados de cinco hombres aún sin identificar en bolsas de plástico. Otros cuerpos estaban decapitados, presentaban señales de tortura o habían recibido el tiro de gracia. El año pasado, según cifras oficiales, se registraron 1.110 asesinatos relacionados con la delincuencia organizada en este Estado, siendo el municipio de Ecatepec, que la semana pasada solicitó que el Ejército patrullara sus calles, el más violento.
Pese a la llegada al poder del PRI y el anuncio de una nueva estrategia de seguridad por parte del presidente Enrique Peña Nieto, la violencia que azota a México se mantiene en las cifras de muerte de los últimos meses de Felipe Calderón. El expresidente recibió el país en 2006 con una tasa de 8 homicidios por 100.000 habitantes y lo dejó en 2012 con 24 por 100.000, el triple. Peña Nieto ha prometido reducir la violencia y entregar resultados pronto. El Gobierno ha dividido el país en cinco zonas de seguridad para atajar con mayor eficacia el problema de inseguridad vinculado al narcotráfico y anunciado la creación de una Gendarmería Nacional, pero de momento la violencia sigue regando de cadáveres las calles de varios Estados del centro y norte de México. Diversas estimaciones calculan que más de 140 personas han muerto violentamente desde que Peña Nieto asumiera el poder hace 45 días.

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