Javi Varas humaniza a Messi
El portero del Sevilla detiene un penalti al delantero del Barça en el tiempo añadido
Javi Varas humanizó anoche a Leo Messi después de desquiciar al Barça. El portero del Sevilla le paró un penalti al diez azulgrana cuando se jugaba el primer minuto de los tres de prolongación decretados por Iturralde. Fue uno de los penaltis más largos de la historia del torneo, por la trifulca que desencadenó y por el desenlace, que dará que hablar, porque el Sevilla se resistía a ver falta de Fazio sobre Iniesta y porque es difícil que falle La Pulga, salvo cuando delante está Javi Varas.
BARCELONA, 0-SEVILLA, 0
FC BARCELONA: Valdés; Alves, Mascherano, Abidal, Adriano; Keita (Pedro, min.61), Xavi (Busquets, min.87), Thiago (Cesc, min.73); Messi, Villa e Iniesta.
SEVILLA: Varas; Cáceres, Fazio, Escudé, Navarro; Navas, Campaña (Rakitic, min.71), Medel, Armenteros; Trochowski (Coke, min.62) y Manu (Kanouté, min.67).
ÁRBITRO: Iturralde González (C. Vasco). Amonestó a Mascherano (min.45), Iniesta (min.74) y Cesc (min.90) en el Barcelona y a Navas (min.41), Varas (min.56), Medel (min.65) y Kanouté (min.90) en el Sevilla. Expulsó a Kanouté (min.90) y Navarro (min.90) por roja directa.
ESTADIO: Camp Nou, 82.743 espectadores.
No se podía resumir mejor el partido que en el penalti, irreprochables y reconocibles como estuvieron ambos equipos, atacando el Barcelona y defendiendo el Sevilla. A un lado el portero y al otro el delantero, el choque reducido en un mano a mano final. Hasta cierto punto fue comprensible la excitación andaluza, más que su orgullo como rezaba su zamarra, porque se les escapaba un empate ganado en hora y media solidaria. Más reprobable fue su enfado y la manera de enredar durante cuatro minutos antes de que tirara Messi. La Pulga, en cualquier caso, difícilmente se descentra. El paisaje parecía que ni pintado para que el argentino descerrajara la portería del Sevilla. Era la mejor de las condenas que puede pedir un equipo ofensivo para un rival muy cerrado. El mejor escenario para un portero.
Y la figura de Javi Varas se agigantó en la misma medida que empequeñecía la de Messi. El arquero agrandó su leyenda a costa del jugador más famoso del mundo. Le paró el tiro a media altura, ajustado al poste izquierdo de la meta, solo al alcance de un héroe como Javi Varas. A los azulgrana de nada le sirvieron 15 tiros a portería, cinco de Iniesta y cinco también de Messi.
Los guiños del fútbol son así de sorprendentes y el Barça se dejó el liderato en el Camp Nou con la visita del Sevilla después de fallar un penalti en el último minuto. Una noticia inesperada si se atiende a la jugada, al lugar, al rival y al momento, una jornada que parecía pintar peor para el Madrid. Ocurrió que el Sevilla anudó al Barça después de un ejercicio defensivo estupendo, por riguroso y aseado, estimable si se atiende al marco y los medios de que dispone Guardiola.
El trabajo táctico de Marcelino fue tan impecable como la actuación de Javi Varas. Allá donde no llegó la pizarra del técnico, le alcanzó al Sevilla con su portero, rápido de pies y manos, intuitivo, ahora en mejor racha que Messi. Aunque le dieron una y mil vueltas a la contienda, los azulgrana se quedaron por una vez secos después de contar 21 goles en el Camp Nou desde que empezó la Liga. También aseguraba la estadística que ambos equipos estaban invictos, y continúan sin perder, y que solo han encajado cuatro goles, y siguen igual.
No es fácil atacar una defensa de Marcelino, siempre bien puestas y mejor trabajadas, también la del Sevilla. Tampoco ayudó el irregular césped del Camp Nou. Y también dio que hablar la alineación de Guardiola. Jugó el Barça con una defensa de tres, aparentemente un riesgo frente a un adversario especialista en las transiciones, y atacó con Adriano en el extremo derecho, una sorpresa en una formación con varios jugadores interiores, especialistas en el pase filtrado como Thiago, Xavi, Iniesta y Messi. La fórmula no funcionó porque demanda velocidad y agresividad, sincronización emisor-receptor, precisión. El éxito o el fracaso depende de un centímetro o de una décima de segundo, y la defensa del Sevilla afinaba más que la delantera del Barça.
Los muchachos de Marcelino no concedieron espacios y se estiraron de forma vertiginosa y selectiva. Valdés sacó dos balones complicados y Javi Varas ejerció más de libre que de portero, atento a las salidas con los pies, sobre todo ante las llegadas de Iniesta. Pasada la media hora, el partido exigía por parte azulgrana un cambio de marcha o un nuevo plan. Los barcelonistas habían quedado estrangulados. Guardiola optó entonces por atacar en el sentido contrario, por fuera y no por dentro, de manera que Adriano pasó al lateral izquierdo y Messi se abrió a la derecha.
A partir de la ortodoxia, el Barça se enganchó mejor al campo,se juntó más alrededor de la pelota y neutralizó la salida del Sevilla, impecable en la defensa de su zona, siempre salvaguardado por Javi Varas. Los azulgrana fueron cargando su ataque, ahora con Pedro y después con Cesc, siempre perseverantes en su fútbol de asociación. Ni el disparo de media distancia ni la jugada individual formar parte del libro de estilo. Han preferido siempre madurar el partido y perseverar en su juego, incluso ante una organización y aplicación defensiva como la del Sevilla.
Indesmayables en su esfuerzo, los azulgrana encontraron en el penúltima llegada, la suerte que se le había negado durante el partido: Fazio enganchó a Iniesta, ingenioso y creativo, y forzó el penalti que precisaba Messi para recuperar su aura. Javi Varas, sin embargo, se sacó una parada fenomenal, a la altura de una actuación excelsa, tanto como para humanizar al hasta anoche infalible Messi.
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