martes, 21 de febrero de 2012

Paul Auster: me observo todo el tiempo.

Auster: "Me he observado a mí mismo desde fuera, como un ratón de laboratorio"
El escritor, encerrado en su casa de Brooklyn, empezó el pasado enero su nuevo título, 'Diario de invierno', una particular autobiografía que ha presentado hoy en Barcelona


En directo: Auster presenta 'Diario de invierno' Barcelona, 21 feb (EFE/Irene Dalmases).- En el Nueva York de principios de 2011 no paraba de nevar y hacía mucho frío. El escritor Paul Auster, encerrado en su casa de Brooklyn, empezó el 3 de enero su nuevo título, Diario de invierno, una particular autobiografía, que ha presentado hoy, en la que se observa a sí mismo desde fuera.

Igual que una estrella del celuloide, ametrallado por los flashes de las cámaras y escudado tras unas negras gafas, el autor norteamericano ha ofrecido hoy una larga rueda de prensa en Barcelona en la que ha comentado que su último libro -que en EEUU se publicará en agosto- lo concibió como una composición musical, que fue tomando forma mientras pasaban los días, porque al principio "no estaba muy seguro" de lo que quería.

Más sobrio de lo que había escrito en un primer momento, el resultado final es una no ficción de casi 250 páginas en la que tanto descubre que de muy pequeño se levantó la cara con un clavo que salía de una mesa en unos grandes almacenes como que su manera de percibir el mundo cambió completamente cuando a los catorce años un amigo cayó fulminado a su lado por un rayo.

Ha reconocido que le ha supuesto un gran esfuerzo mirarse desde fuera y que lo ha hecho como se hace "con los ratones de laboratorio". "Es verdad -ha precisado- que tengo el impulso de escribir cosas sobre mí y no porque piense que lo mío sea más interesante, sino porque creo que si comparto mis experiencias con el lector, éste se puede ver reflejado".

Tras mirarse en el espejo para elaborar este diario publicado en castellano por Anagrama y en catalán por Edicions 62, Paul Auster, que ha repetido en varias ocasiones que no ha inventado nada de lo que narra, cree que lo que se ve es "la persistencia de ciertos recuerdos". "También veo que hay un empate entre las cosas buenas y las malas que me han ocurrido en la vida, lo que quizá nos ocurre a la mayoría de nosotros", ha apuntado.

Otra dificultad confesada hoy es que ha debido pensar mucho qué incluía y qué no, porque escribió más de lo que finalmente se ha publicado.

Sin embargo, todo lo que cuenta le ha sucedido, desde su primera relación sexual con una prostituta negra a que durante la boda con su actual esposa, Siri Hustvedt, a la que califica de "La Única", "el cielo se abriera y se oyera un fuerte trueno. Fue un acontecimiento poderoso", apostilla.

Preguntado sobre si ha tomado apuntes a lo largo de los años para poder contarlos en este momento de su vida, cuando acaba de cumplir 65 años, Auster ha indicado que trabaja siempre a partir de la memoria porque, aunque de joven intentó llevar un diario, "tenía el problema de que no sabía a quién me dirigía" y lo acabó dejando.

En su comparecencia, el novelista tampoco ha obviado las preguntas que se le han hecho sobre el momento actual.
A su juicio, el mundo está en crisis. "Pienso -ha dicho- que los jóvenes nos están demostrando que la sociedad ha fracasado, que el sistema está roto y lo que toca ahora en este momento único es actuar y pensar cómo queremos vivir en el futuro".

Tampoco ha pasado por alto la polémica que se inició en Turquía a raíz de que dijo que no quería ir porque no cree que sea un país democrático. "EEUU -ha argumentado-, con todos sus defectos, es un país en el que no se encarcela y donde hay libertad de expresión y siempre me he sentido libre".

Donde, en cambio, sí ha hecho la única concesión de su vida fue en Irán, donde su libro Sunset Park apareció publicado con unos párrafos cambiados respecto al original -en ellos salían la palabra fetua y Salman Rushdie-, acordando con el editor que aparecieran otras palabras en una especie de "lenguaje codificado".

Respecto al hecho de que en España a partir de marzo sus obras antiguas vuelvan a las librerías de la mano de Seix Barral y no de Anagrama -su editorial desde hace años-, ha dicho que no ha leído nada de lo que se ha escrito sobre este hecho y que lo único que puede afirmar es que está "muy contento" con sus editores de siempre. "Son muy buenos", ha concluido.

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