lunes, 27 de agosto de 2012

Asesinados los niños de Córdova.

Etxeberria: “Los restos pertenecen a dos niños de seis y dos años”

El forense asegura que es imposible su identificación por ADN porque los menores fueron quemados a 800 grados

Su conclusión es clara: "Fueron víctimas de una muerte violenta de tipo homicida"

Francisco Etxeberria / Javier Hernández

Al prestigioso médico forense Francisco Etexeberria, que participó en la identificación de los jóvenes vascos Lasa y Zabala, asesinados por los GAL, y en la exhumación del expresidente chileno Salvador Allende, no le cabe ninguna duda: los restos hallados en las cenizas de una hoguera en la finca de los abuelos paternos de Ruth y José son humanos. "Pertenecen a dos niños de dos y seis años". "Fueron víctimas de una muerte violenta de tipo homicida desde el punto de vista médico legal", ha asegurado a EL PAÍS.
Para elaborar el informe, que contradice al policial, donde se aseguraba que los restos hallados en esa hoguera eran de animales, Etxeberria ha analizado "cerca de dos centenares de trozos de huesos, algunos del tamaño de una uña" y "nueve dientes". Asegura que "a simple vista" se podía comprobar que no se trataba de restos de animales por "la forma anatómica", aunque él los analizó con una lupa binocular.
"Los niños fueron quemados a una temperatura de 800 grados por lo que los restos están incinerados y es absolutamente imposible su análisis genético, solo cabe el morfológico", añade el forense. No se podrá extraer ADN ni tampoco aclarar la causa de la muerte: es decir, si los niños habían muerto antes de ser arrojados a la hoguera o no.Tampoco es posible averiguar el sexo en los restos hallados.
La hoguera se realizó a conciencia: se prolongó durante tres horas y alcanzó una temperatura de 800 grados. "La persona que la encendió sabía lo que estaba haciendo. La mayoría de los crímenes relacionados con fuego siempre se descubren porque la gente no sabe quemar bien. Aquí sí".

Difícil material genético

Alicia Rivera
El calor destruye la molécula de ADN, eso está claro. Lo que no se sabe con exactitud es a qué temperatura se produce la destrucción completa, explica el biólogo Carles Lalueza-Fox, experto en ADN del Instituto de Biología Evolutiva (Universidad Pompeu Fabra). No existe una tabla hecha a partir de experimentos con huesos incinerados para ir determinando la destrucción del material genético diferentes temperaturas. “Pero si es mucho calor… es muy difícil que se conserve ADN, por eso apenas hay datos genéticos, por ejemplo, de los romanos o de los celtas, que incineraban a sus muertos”, continúa este especialista.
Los científicos, incluso cuando hacen investigaciones de ADN en fósiles de hace miles de años, recurren a huesos o dientes, en cuyo interior ha podido preservarse el material genético. Pero en el caso de los restos hallados en la finca ….. “si se han quemado a altas temperaturas, los dientes pueden estar agrietados…. no creo que los huesos estén perfectos”, comenta Lalueza-Fox, que considera poco probable encontrar material genético en los restos si efectivamente fueron quemados a 800 grados centígrados.
Los científicos suelen intentar buscar ADN precisamente en los dientes, ya que la dentina y el esmalte suponen una cierta protección, y si no, en los huesos gruesos, los de aguantan el peso del cuerpo. Cuando se logra ADN en una muestra, el procedimiento normal de laboratorio en los análisis de identificación es amplificar el material genético obtenido para realizar los análisis comparativos con las muestras de material genético de familiares, siempre en regiones específicas que son muy variables de individuos a individuo. En identificación forense en el estudio se suele utilizar el cromosoma Y (masculino) para la comparación con el padre y el ADN de la mitocondria, para la madre. La mitocondria es un orgánulo de la célula, externo al núcleo que se hereda exclusivamente por vía materna.

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