Y la cortesana puso Francia a sus pies
Zahia Dehar pasó de ser una prostituta menor de edad a construir su propio icono
Los futbolistas Ribéry y Benzema han sido procesados por acostarse con ella
Mientras, la joven, apadrinada por Lagerfeld, rentabiliza su nuevo estatus de diva de la moda
Zahia Dehar saltó a la fama por la sórdida
historia de prostitución en torno a un local chic parisiense que salpicó
de lleno al equipo de fútbol francés en pleno Mundial de Sudáfrica en
2010. La joven, que hoy tiene 20 años, entonces contaba 17; y sostiene
que mantuvo relaciones tarifadas con los jugadores Franck Ribéry y Karim
Benzema. La semana pasada se anunció que el juez encargado del
denominado caso Zahia rechazaba el sobreseimiento de ambos por falta de pruebas y decidía continuar adelante con su procesamiento por recurrir a los servicios de una menor.
Pero la interesada no acudirá al juicio. Zahia
ha pasado a otra vida. En apenas dos años, se ha elevado como icono
moderno, musa de fotógrafos fetiche y diseñadora de lencería apadrinada
por el siempre extravagante Karl Lagerfeld. Una verdadera it-girl con una cuenta en Twitter que suma cerca de 38.000 seguidores.
Detrás de la transformación de esta joven
nacida en 1992 en la localidad de Ghriss, en Argelia, que creció en la
periferia parisiense con su madre y su hermano pequeño y caída en la
prostitución en la adolescencia, se encuentra la mano experta de todo un
estratega de la comunicación: Marc Francelet, exasesor de Jean-Paul
Belmondo y de Johnny Hallyday, que la tomó bajo su protección cuando
saltó el escándalo y oficia ahora de Pigmalión.
El primer paso fue negociar una entrevista con Paris Match, en mayo de 2010, que pasará a la posteridad por su titular: “Fui el regalo de cumpleaños de Ribéry”.
Así arrancó una larga operación de promoción con entrevistas
destiladas, preferentemente a grandes revistas de moda extranjeras,
donde la imagen de la joven no está tan asociada al escándalo.
Copó así la portada de Vanity Fair en Italia, acompañada en la web de un clip coprotagonizado por Eric Roberts, hermano de Julia Roberts, o de la revista V
en España, para la que posó ante el objetivo de Sebastian Faena
caracterizada como una moderna Brigitte Bardot. Es “cándida como
Marilyn, atrevida como Bardot y tiene las agallas de Madonna”, resume en
la web el fotógrafo Alix Malka, autor de la sesión para Vanity Fair.
Al mismo tiempo, la rubia explosiva, que soñaba
de pequeña con tener su propio salón de belleza, fue registrando marcas
con su nombre –Pretty Zahia, Zahiadora, Zahiadise, A Dream by Zahia–
para multitud de productos, desde la lencería hasta aceites de masaje,
pasando por juguetes eróticos y hasta programas de tele.
En marzo de 2011 lanzó su web,
muy estilizada y depurada, que sirve de fiel reflejo de su universo
pastel y etéreo. Un portal consagrado a reforzar la imagen que quiere
proyectar al mundo, donde sube fotos de Pierre et Gilles retratándola
como “la nueva Eva” o imágenes sacadas del corto futurista en el que el
realizador Greg Williams la convierte en una poderosa mujer robot que
huye de su condición de objeto sexual.
Lagerfeld la consagró con su varita en febrero,
fotografiando su colección de lencería, emparentándola con Coco Chanel y
proclamando que encarna “una tradición de la galantería muy francesa”.
Aunque el modisto no acudió a su presentación en la Semana de la Moda de París,
en un palacio de Chaillot a rebosar. Ella misma salió de una enorme
caja de muñeca Barbie luciendo un vestido transparente cubierto con
pétalos y cristales que apenas esconden las partes más íntimas, y que la
actriz Vanessa Paradis se ha atrevido a lucir en un reciente reportaje.
La aventura en la moda de Zahia está financiada
por un misterioso fondo de inversión con sede en Hong Kong, el First
Mark Investments, del que poco se sabe, salvo que ve en ella la
encarnación “del made in France”, según explicó entonces al Journal du Dimanche la abogada del grupo Anne-Marie Pecoraro.
Aprovechando el tirón mediático, la creadora y
su entorno organizaron a las dos semanas una exposición reuniendo sus
sesiones fotográficas, incluida una serie de David LaChapelle, y algunas
creaciones de la propia Zahia, como un molde cromado de su cuerpo.
“Zahia tiene un verdadero universo, narcisista,
onírico, y tiene instinto”, contaba el fotógrafo Pierre Passebon,
propietario de la galería que acogió la muestra, al diario Le Figaro.
“Su cuerpo es una suerte de idioma, me recuerda a las cortesanas del
siglo XIX”. Entre el público se encontraba la actriz Isabelle Adjani, de
padre argelino, que cayó rendida ante la “belleza hipnótica” de la
nueva musa. Conmocionada por su recorrido, la actriz anunció su
intención de dedicarle un documental.
Zahia vive ahora en un suntuoso apartamento de
250 metros cuadrados en el elegante distrito XVI de París, rediseñado a
su estilo por el artista Patrick Hourcade. Se rumorea que está
financiado por un millonario casado residente en Suiza al que apoda “mi
príncipe”, aunque ella nunca ha querido confirmarlo.
Ella explicaba al diario Libération que su cuento favorito de pequeña era La Cenicienta.
Cuando conocía a alguien, lo primero que le preguntaba era si sabía la
historia. Con 20 años, puede presumir de haber vivido su propio cuento.
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