Varapalo al sexismo
El Supremo aclara que los colegios que separan por sexos no pueden tener subvención pública
Los colegios que segregan por sexo no tienen derecho a financiarse
con fondos públicos. Así lo establecen dos sentencias del Tribunal
Supremo con las que se clarifica un asunto que siempre es objeto de gran
controversia. El alto tribunal da la razón a las Administraciones
autónomas andaluza y cántabra en su decisión de retirar el concierto a
dos centros que solo admiten alumnos de un sexo. El Supremo no cuestiona
la existencia de este tipo de colegios, pero estima que concederles un
concierto vulnera la Ley Orgánica de Educación de 2006, donde se
establece que quedarán excluidos de financiación pública los centros que
ejerzan algún tipo de discriminación.
El principio ha quedado claro y, a no ser que medie una modificación de la citada ley, como ha sugerido el ministro de Educación, José Ignacio Wert, es el que deberá aplicarse. La decisión del tribunal implica que a partir de ahora no se podrán conceder nuevos conciertos a este tipo de centros ni renovar los ya existentes. Persiste la duda de si se pueden suspender los existentes con unos 70 colegios, algunos de los cuales están pendientes también de un fallo del alto tribunal. Iniciativa-Verds ya ha anunciado que impugnará los vigentes en Cataluña.
Wert defendió ayer a los centros sexistas y apeló a la convención de la Unesco (1960) firmada por España para sostener que la educación diferenciada no está reconocida por ese organismo como una discriminación, siempre que el Estado en cuestión la admita. Aunque los promotores de este tipo de educación aseguran que la separación entraña ventajas para ambos sexos, tales beneficios no han sido demostrados. Resulta difícil determinar si los mejores resultados que algunos centros exhiben son consecuencia de la separación por sexo o del modelo elitista que cultivan. Un estudio publicado en la revista Science en 2011 demostró, por el contrario, que los datos sobre las supuestas mejoras académicas no eran consistentes y, en cambio, sí se había acreditado que fomentan el sexismo.
En España, la mayoría de colegios que segregan están vinculados al Opus Dei y no lo hacen tanto por las supuestas ventajas pedagógicas como por razones morales: evitar el contacto entre chicos y chicas. Son las mismas razones que durante el franquismo impusieron la separación en las escuelas y que se reflejaron en una encíclica del papa Pío XI: “La escuela mixta promueve la promiscuidad y la igualdad”. Hasta ese punto pretenden algunos retroceder.
El principio ha quedado claro y, a no ser que medie una modificación de la citada ley, como ha sugerido el ministro de Educación, José Ignacio Wert, es el que deberá aplicarse. La decisión del tribunal implica que a partir de ahora no se podrán conceder nuevos conciertos a este tipo de centros ni renovar los ya existentes. Persiste la duda de si se pueden suspender los existentes con unos 70 colegios, algunos de los cuales están pendientes también de un fallo del alto tribunal. Iniciativa-Verds ya ha anunciado que impugnará los vigentes en Cataluña.
Wert defendió ayer a los centros sexistas y apeló a la convención de la Unesco (1960) firmada por España para sostener que la educación diferenciada no está reconocida por ese organismo como una discriminación, siempre que el Estado en cuestión la admita. Aunque los promotores de este tipo de educación aseguran que la separación entraña ventajas para ambos sexos, tales beneficios no han sido demostrados. Resulta difícil determinar si los mejores resultados que algunos centros exhiben son consecuencia de la separación por sexo o del modelo elitista que cultivan. Un estudio publicado en la revista Science en 2011 demostró, por el contrario, que los datos sobre las supuestas mejoras académicas no eran consistentes y, en cambio, sí se había acreditado que fomentan el sexismo.
En España, la mayoría de colegios que segregan están vinculados al Opus Dei y no lo hacen tanto por las supuestas ventajas pedagógicas como por razones morales: evitar el contacto entre chicos y chicas. Son las mismas razones que durante el franquismo impusieron la separación en las escuelas y que se reflejaron en una encíclica del papa Pío XI: “La escuela mixta promueve la promiscuidad y la igualdad”. Hasta ese punto pretenden algunos retroceder.
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