Merkel y Hollande exigen a Grecia que cumpla para continuar en el euro
Wolfgang Schäuble asegura que una prórroga supondría más gasto para la zona euro
Berlín vuelve a ser este jueves el escenario de un encuentro crucial
entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés,
François Hollande, que se han reunido para intentar buscar un lenguaje
común con el que superar las divergencias sobre la crisis del euro en un
momento en que Grecia pide a gritos un alivio a las medidas de
austeridad que se le han impuesto. A pesar de la buena voluntad
expresada en días anteriores por los respectivos gobiernos, la cita ha
dejado al descubierto que aún subsisten profundas diferencias entre
Merkel y Hollande, sobre todo, en la crisis griega y cómo resolver el
problema de la deuda, que amenaza con hacer estallar la zona euro.
Merkel y Hollande, al parecer, aún no han logrado encontrar el ansiado lenguaje común para referirse a los problemas que afectan a la Unión Europa, ya que ambos han recurrido a generalidades y buenos deseos con respecto a la crisis griega. Ambos líderes han expresado su deseo de que Grecia siga perteneciendo a la zona euro, pero han insistido en la necesidad de que el país heleno cumpla con todos su compromisos. La canciller ha repetido que su gobierno esperaba el informe de la troika para tomar una decisión concreta.
“Deseo alentar a Grecia para que siga con las reformas que le exigen mucho al pueblo griego”, ha afirmado Merkel quien ha señalado que otros temas que trataría con el mandatario francés serían la crisis en Siria y los preparativos para conmemorar el 50º aniversario de la firma del Tratado de El Elíseo, que puso las bases de la reconciliación entre los dos países.
El mandatario galo también se ha referido a la necesidad de avanzar en la aplicación de las decisiones acordadas en la cumbre de junio, sobre todo en lo que respecta al ámbito bancario para poder ayudar a países en dificultades como España. “Tenemos que aplicar las decisiones de junio, especialmente en el plano bancario, para ayudar a países como España”.
“Deseo que Grecia siga en la zona euro”, ha comentado Hollande. “Les corresponde a los griegos realizar los esfuerzos indispensables para que nosotros podamos alcanzar ese objetivo", ha añadido. Al parecer, Merkel y Hollande se han dejado influir por el poderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que ha asegurado esta mañana que conceder a Grecia una prórroga en su plan de recortes no era “la solución”. “No es una cuestión de generosidad, sino de encontrar un camino para que la zona euro supere la crisis de confianza creciente en los mercados financieros”, ha concluido el ministro.
La pobreza de contenido de ambas declaraciones no ha sorprendido a los periodistas que acudieron a la Cancillería. Angela Merkel ya había señalado con anterioridad que nadie debía esperar resultados concretos de la reunión, ni mucho menos en el delicado asunto de las nuevas concesiones a Grecia hasta que no se conozca el nuevo informe de la troika de acreedores, integrada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea
Tampoco ha pasado desapercibido el formato de comunicación que ha elegido la canciller para el obligado encuentro con la prensa. En lugar de la acostumbrada y, por lo general, breve ronda de preguntas y respuestas, Merkel se ha inclinado por una breve declaración, una medida que ha permitir soslayar las diferencias que todavía subsisten, pero que ha provocado un profundo disgusto en su invitado. Hollande, según funcionarios del Elíseo, deseaba tener un encuentro con los periodistas para explicar con más detalles su posición con respecto a Grecia y otros temas que nublan la marcha del famoso eje franco-alemán. En un gesto inédito y que no pasará desapercibido en Berlín, Hollande, después de cenar con Merkel, tiene previsto dirigirse a la Embajada de su país para hablar con un grupo escogido de periodistas franceses y ofrecer sus puntos de vista sobre Grecia y la forma de solucionar la crisis de la deuda que afecta a la eurozona.
Merkel, por el contrario, no deseaba explayarse en un tema que resulta de crucial importancia para el futuro de su gobierno mientras el delicado tema griego no haya quedado resuelto y no se conozca el último informe de la troika. El encuentro en la Cancillería ha estado marcado esta vez, por una rara novedad. Por primera vez, en los siete años que lleva al frente del gobierno, Merkel ha decidido citar a los periodistas en la séptima planta del edificio y no en la primera como es habitual. No ha habido explicaciones oficiales sobre el cambio.
En otra entrevista, que publica hoy el diario alemán Sddeutsche Zeitung, el primer ministro griego considera que su visita a Berlín este viernes debe abrir una senda de optimismo.
Merkel y Hollande, al parecer, aún no han logrado encontrar el ansiado lenguaje común para referirse a los problemas que afectan a la Unión Europa, ya que ambos han recurrido a generalidades y buenos deseos con respecto a la crisis griega. Ambos líderes han expresado su deseo de que Grecia siga perteneciendo a la zona euro, pero han insistido en la necesidad de que el país heleno cumpla con todos su compromisos. La canciller ha repetido que su gobierno esperaba el informe de la troika para tomar una decisión concreta.
“Deseo alentar a Grecia para que siga con las reformas que le exigen mucho al pueblo griego”, ha afirmado Merkel quien ha señalado que otros temas que trataría con el mandatario francés serían la crisis en Siria y los preparativos para conmemorar el 50º aniversario de la firma del Tratado de El Elíseo, que puso las bases de la reconciliación entre los dos países.
El mandatario galo también se ha referido a la necesidad de avanzar en la aplicación de las decisiones acordadas en la cumbre de junio, sobre todo en lo que respecta al ámbito bancario para poder ayudar a países en dificultades como España. “Tenemos que aplicar las decisiones de junio, especialmente en el plano bancario, para ayudar a países como España”.
“Deseo que Grecia siga en la zona euro”, ha comentado Hollande. “Les corresponde a los griegos realizar los esfuerzos indispensables para que nosotros podamos alcanzar ese objetivo", ha añadido. Al parecer, Merkel y Hollande se han dejado influir por el poderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que ha asegurado esta mañana que conceder a Grecia una prórroga en su plan de recortes no era “la solución”. “No es una cuestión de generosidad, sino de encontrar un camino para que la zona euro supere la crisis de confianza creciente en los mercados financieros”, ha concluido el ministro.
La pobreza de contenido de ambas declaraciones no ha sorprendido a los periodistas que acudieron a la Cancillería. Angela Merkel ya había señalado con anterioridad que nadie debía esperar resultados concretos de la reunión, ni mucho menos en el delicado asunto de las nuevas concesiones a Grecia hasta que no se conozca el nuevo informe de la troika de acreedores, integrada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea
Tampoco ha pasado desapercibido el formato de comunicación que ha elegido la canciller para el obligado encuentro con la prensa. En lugar de la acostumbrada y, por lo general, breve ronda de preguntas y respuestas, Merkel se ha inclinado por una breve declaración, una medida que ha permitir soslayar las diferencias que todavía subsisten, pero que ha provocado un profundo disgusto en su invitado. Hollande, según funcionarios del Elíseo, deseaba tener un encuentro con los periodistas para explicar con más detalles su posición con respecto a Grecia y otros temas que nublan la marcha del famoso eje franco-alemán. En un gesto inédito y que no pasará desapercibido en Berlín, Hollande, después de cenar con Merkel, tiene previsto dirigirse a la Embajada de su país para hablar con un grupo escogido de periodistas franceses y ofrecer sus puntos de vista sobre Grecia y la forma de solucionar la crisis de la deuda que afecta a la eurozona.
Merkel, por el contrario, no deseaba explayarse en un tema que resulta de crucial importancia para el futuro de su gobierno mientras el delicado tema griego no haya quedado resuelto y no se conozca el último informe de la troika. El encuentro en la Cancillería ha estado marcado esta vez, por una rara novedad. Por primera vez, en los siete años que lleva al frente del gobierno, Merkel ha decidido citar a los periodistas en la séptima planta del edificio y no en la primera como es habitual. No ha habido explicaciones oficiales sobre el cambio.
Samarás: "Si Grecia deja el euro, otros países caerán detrás"
El primer ministro griego, Antonis Samarás, ha declarado que, si Grecia se ve obligada a dejar el euro, se produciría un efecto dominó que expulsaría también a otros países de la unión monetaria. "Si un país es forzado a salir de la Eurozona probablemente no sería el último. Al menos así lo verían los mercados", asegura el dirigente en la segunda parte de la entrevista publicada por el diario alemán Bild.En otra entrevista, que publica hoy el diario alemán Sddeutsche Zeitung, el primer ministro griego considera que su visita a Berlín este viernes debe abrir una senda de optimismo.
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