A mediados del siglo XX, las definiciones eran muy claras, AMOR, MATRIMONIO Y BEBÉS era la secuencia lógica para las parejas de jóvenes enamorados.
En el mundo occidental, los hombres y las mujeres de clase media querían casarse, tener hijos y educarlos. Todo el mundo caminaba por los mismos senderos de la tradición social.
Hoy, en los inicios del siglo XXI, se abre una nueva era en la cual existe un choque de intereses entre amor, familia y libertad personal. ¿Pero que viene después de la familia?
Aparece la familia diferente, crecida, mejor; la familia negociada, la familia cambiante, la familia múltiple, que proviene del divorcio, del volverse a casar, del nuevo divorcio, de los hijos de tus pasados y presentes familiares y de los mios.
EL AMOR SE HACE MAS NECESARIO QUE NUNCA ANTES Y AL MISMO TIEMPO IMPOSIBLE. Esa extraña ley se esconde tras las alarmantes cifras de personas divorciadas que vuelven a casarse, tras el delirio de grandeza con el cual la gente busca su YO en el TÚ. En el hambre voraz que les hace abalanzarse los unos sobre los otros.
Las mujeres y los hombres de hoy están en la búsqueda, una búsqueda forzada por el matrimonio sin papeles oficiales, por el divorcio, el matrimonio por contrato, por la lucha por la compatibilidad entre trabajo y familia, amor y matrimonio, a través de una "nueva" maternidad y paternidad, amistad y círculos de conocidos.
El amor se torna huidizo en cuanto se ponen en él todas las esperanzas y se le convierte en el lugar de culto de la sociedad que gira alrededor del concepto de la autorrealización. En el fondo es la lucha entre el Yo y el TÚ.
Hay una pregunta básica: ¿ cómo se explica entonces esa salida en masa de los divorciados, con la cual los seres humanos trastocan sus situaciones de vida? ¿Por qué, pues, millones de personas en el mundo, individualmente pero como en un trance hipnótico colectivo, se deciden a dejar su feliz matrimonio de ayer para cambiarlo por un sueño nuevo y convivir en un "matrimonio salvaje" fuera de la red y del nido legales. ¿ A vivir una paternidad sin protección, o a vivir cada vez más y por determinación propia incluso solos? ¿O a vivir simplemente su vida, a seguir el sueño de la independencia, del cambio, de la variedad para abrir cada vez nuevas páginas de su YO, incluso cuando este sueño ya ha adquirido los rasgos de una pesadilla?
¿Tal vez las personas con todo su deseo de lucir una autodeterminación no son sino agentes de un cambio profundo? ¿Se trata de indicios, de augurios de una nueva era, de una nueva relación entre individuo y sociedad aún por inventar?
El concepto central de esta discusión se denomina INDIVIDUALIZACIÓN o NARCISISMO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario