Las relaciones entre hombres y mujeres pasan por las exigencias del mercado laboral. El mercado laboral exige movilidad geográfica, sin importar las situaciones personales. El matrimonio y la familia desean lo contrario. El modelo de mercado en la era postindustrial presupone una sociedad sin familia y matrimonio.
Cada persona debería ser independiente, libre para las necesidades del mercado y asegurarse su subsistencia económica. El sujeto del mercado es, en última instancia, el individuo soltero no "frenado" por relaciones amorosas, matrimoniales o familiares.
La sociedad del mercado capitalista llevada hasta el extremo es, por consiguiente, también una sociedad sin niños, a no ser que los hijos crezcan con madres y padres solteros y MÓVILES.
Esta contradicción entre las exigencias de la relación de pareja y las necesidades del mercado laboral ha podido quedar escondida mientras quedaba claro que el matrimonio significaba para la mujer prohibición para trabajar fuera de casa, cuidar la familia y MÓVILIDAD con respecto a las aspiraciones profesionales del marido.
El número de familias "solteras" va en aumento, mientras el número de familias con papá y mamá está disminuyendo.
Y la madre soltera ya no lo es, exclusivamente, porque su pareja "la haya dejado" plantada, sino que es una posibilidad de elegir que escoge y que ante los conflictos con el padre (al que la mujer en principio sólo necesita para "una cosa" y nada más) vaga como un fantasma, como la salida hacia el hijo más deseado que nunca.
Sin embargo, el hijo se convierte en un obstáculo en el proceso de individualización de la madre. El hijo cuesta dinero y trabajo, es veleidoso, te liga a una planificación puntual de los días y de la vida.
El hijo se convierte en la "última contra-soledad" que la gente puede crear frente a las posibilidades de amar que se le escapan. El número de nacimientos disminuye. la importancia que se le da al hijo, sin embargo, crece. las parejas actuales no tienen más que un hijo. No dan las fuerzas para más.
Felicidades por el blog! lo estoy leyendo poco a poco. Saludos, Mariana tu exalumna.
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