miércoles, 2 de diciembre de 2009

Perdimos a La Brenda

Sufro pensando en la situación actual de La Brenda, aunque ella ya se encuentra en otra realidad, en su propio mundo mental. Si bien es cierto que yo no pensaba por lo pronto volverme a casar, después de tantos divorcios es mejor ser cauteloso. Aunque La Brenda vino a mi vida a revolucionar mi motor afectivo y hacerme sentir de nueva cuenta querido y amado, y a sacarme lo mejor de mi en una relación hombre-mujer, cosa que me fue difícil de poner en práctica, yo pensaba en esperar un tiempo prudente para formalizar esa relación de pareja.

Yo no sabía que ella ya había comprado su vestido de novia en Madrid, eso me lo confesó ahora la Carmen Olea. Y las coincidencias de la vida, resulta que mi amiga Carmen Rion, una de las mejores diseñadoras de moda en México, me había ofrecido hacerme el traje de novia para la Brenda, eso fue esta misma semana.

Escribo este final de la historia de La Brenda con lágrimas en los ojos y con el corazón estrujado, pasamos muchas cosas fuertes juntos y separados en estos últimos tiempos.

Sé que tendré que visitarla en el Centro de Salud Mental de San Luis Potosí, muy pronto. Quizá no me reconozca, pero eso no importa, quiero verla y charlar con ella, si es que eso es posible.

Habíamos imaginado un futuro diferente para los dos; yo necesitaba una compañera solidaria que me acompañara en esta larga rehabilitación física de mi pierna izquierda y por fin poder dejar las muletas, mis fieles compañeras durante casi dos años. Ella buscaba un compañero para viajar, y disfrutar las cosas buenas de la vida, esa fue para mi su mejor enseñanza. Me mostró que uno debe dárse lo mejor de los placeres de la vida, porque nos los merecemos, que para eso trabajamos tantos años y duramente.

Los planes eran vivir en Guatemala o en San Miguel de Allende, Guanajuato. haciendo cada uno lo que más nos gusta. Finalmente, gozar la existencia en esta etapa maravillosa de la vida; para mi esta es una segunda oportunidad de vivir con calidad de vida, sin las exigencias de un trabajo rutinario y rodeado de mis afectos cercanos; para ella, por fin tener una pareja que la respetara en sus gustos y "locuras" infinitas. Me recuerdo, que hace poco me dijo: "Mira Bolivar, si no te gusta mi BORA, yo te compro un auto, el que tú quieras y nos dedicamos a recorrer el país entero". Su generosidad era ilimitada y también sus ganas de vivir al tope, al extremo del placer.

Lo que ustedes no saben es que en el planteamiento original de nuestra relación, había una situación difícil para los dos que había que resolver: la sexualidad. Para ella si importaba mucho y para mi era algo cuesta arriba, por razones médicas. Aun así, ella dijo que le entraba gustosamente a la relación afectiva conmigo. Aprendimos que en el amor, el sexo ocupa un sitio significativo pero no determinante para poder estar juntos y armoniosos.

Me cuesta seguir con esta historia, hoy vivo un capítulo doloroso para mi y para sus amigas y conocidos, que hay que reconocer y admitir, "LA VIDA NO LA TENEMOS ASEGURADA Y EXISTEN IMPONDERABLES QUE NOS PUEDEN DESGRACIAR LA EXISTENCIA".

Este es el caso.

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