Los efectos de La Brenda

Al encabezar este artículo bajo el título de: "Los efectos de La Brenda", parecería que me estoy refiriendo al paso de un huracán o tormenta tropical por México o Centroamérica, pero no es así. Los efectos de la historia de La Brenda entre mis escasos lectores, causó estragos, enojos, berrinches, sonrisas y hasta algunas carcajadas. Nadie se quedó sin tener algún tipo de reacción emocional.

Lo interesante de la historia novelada de La Brenda, es que el autor de la novela se puso como protagonista secundario, jugando con una especie de amor romántico tipo siglo XIX.

El personaje central, fue obviamente La Brenda y sus locuras juveniles, siendo una mujer madura de cincuenta y tantos años de edad. En esa caracterización de "mujer-niña", algunas lectoras se identificaron con el personaje y simpatizaron con él, otras se indignaron con la lectura de cada capítulo, al punto de insultarla a ella, o bien llamándome la atención a mi, por andar de novio o galán de una desequilibrada mental.

Es indudable que La Brenda toca fibras muy sensibles de todos los seres humanos, ya que hombres y mujeres reaccionaron de modos variados ante las aventuras de ella, pero nadie se quedó indiferente ante las tropelías de La Brenda, y sus desplantes ante mi persona. Yo quedé catalogado por las lectoras como la víctima de La Brenda, sobre todo cuando me fue infiel en España con aquel hombre rico del País Vasco o con el acudalado hombre rico de Marruecos. Estas aventuras eróticas y sexuales de La Brenda molestaron mucho a mis amigas.

Lo que yo planteo en la novela de La Brenda, es la crisis de las parejas actuales y sus formas inseguras de resolver la cuestión. Hay grandes transformaciones de varias instituciones sociales en el mundo, una de ellas es la familia y otra es el matrimonio, ambas instituciones van llevando caminos divergentes y se encaminan a una multiplicidad de formas de hacer una familia o de vivir en matrimonio o no.

El tema de mis preocupaciones fundamentales es estudiar la disolución matrimonial y sus causas, sociales, culturales y psicológicas. Aumenta considerablemente el número de divorcios en el mundo y al mismo tiempo estos prófugos de la alianza matrimonial vuelven a contraer matrimonio con otros-as. Algo pasa: ¿funciona o no funciona el matrimonio? He ahí el dilema a desentrañar.

El destino final de muchos hombres y mujeres divorciados-as, es la soledad y la vida en solitario, sin que ello signifique una tragedia o mucho menos. Hay una ansia de libertad en cada separación, que viene a demostrar que son incompatibles el amor y la libertad del ser humano, o una cosa o la otra, las dos cosas juntas parece que no se pueden ejercitar.

Este gran sector de hombres y mujeres que viven de forma solitaria, no todos provienen de algún divorcio necesariamente, pueden venir de una toma de decisión de repudiar el matrimonio y la pérdida de libertad que ese pacto entraña en lo más profundo del contrato. Y nunca se plantearon casarse, aunque tienen pareja viviendo cada quien por su lado.


Este blog es precisamente una página dedicada al análisis de la sociedad posmoderna y sus implicaciones en la vida cotidiana.

Pongo en el centro del debate y del análisis, la excesiva individualización o el exagerado narcisismo de sus integrantes, que les impide hacer alianzas de cualquier especie con otros.

Todos se encuentran fascinados viéndose el ombligo, y no tienen curiosidad de voltear hacia los lados o hacia arriba y ver a otros semejantes.