Hablé con el doctor Campuzano, mi amigo psiquiatra de Querétaro, quien se hizo cargo del cuidado mental de La Brenda durante su crisis delirante, después de haber ido a ver a la Virgen de Guadalupe el día primero de diciembre.
El doctor Campuzano opina que el episodio psicótico de La Brenda es algo pasajero, pero según él por el cuadro que presentaba parece que esos delirios y alucinaciones se pudieron desencadenar por el uso o abuso de sustancias (alcohol o cocaina). Yo desconozco las aficiones o adicciones íntimas de La Brenday. No coincido con mi amigo el doctor Campuzano en este diagnóstico, porque hasta donde yo sé a La Brenda solamente el alcohol le fascina, y suele no sobrepasar de cierto límite. No es una borracha, pués.
El caso es que La Brenda estuvo 5 días en observación internada en el Hospital Psiquiátrico de San Luis Potosí, con administración de medicamentos antipsicóticos. Se pudo controlar el episodio crítico de alucinaciones y delirios religiosos.
Finalmente, me dice el doctor Campuzano que La Brenda ha retornado al campo de la neurosis nuevamente, y que no le demos demasiada importancia a lo sucedido con aquel delirio.
La Brenda se comunicó conmigo ayer, la había intentado varios días antes, pero yo andaba de viaje por el interior del país, así que ayer por la noche hablamos largamente y me dio la impresión de estar totalmente cuerda y recuperada; como siempre habló hasta por los codos e insiste en que nos casemos, y agregó: "ya tengo el vestido de novia, está precioso, es español de puro encaje". Tengo la vaga impresión que ese vestido de novia se lo compró el vasco aquel con el que ella pensaba casarse en un principio. No es que sea mal pensado, pero ese vestido costó una fortuna, tiene pedrería y encajes muy elaborados, y una cola monumental.
La Brenda ha vuelto al trabajo de representar a esa empresa famosa de cosméticos en Querétaro y sus alrededores, mueve muy bien a sus vendedoras y obtiene grandes dividendos económicos. Ella afirma: "mientras haya mujeres en el mundo, siempre tendré trabajo, ya que los cosméticos son una necesidad cotidiana para este gran sector de la población".
Yo actualmente no puedo viajar a México, por varias razones que la Brenda acepta, sin embargo ella desea venir a verme a Guatemala y viajar juntos en un auto rentado. Es una decisión que me parece complicada porque mi familia no querría compartirme con nadie en estas fechas navideñas. Si yo acepto que venga La Brenda me siento dividido entre ella y mi familia, no puedo atenderlos a todos por igual.
Creo que en enero podría ser una oportunidad magnífica de estar juntos en Guatemala la Brenda y yo, no estuvo muy convencida con el cambio de planes pero aceptó de buena gana.
Mis hermanas son como las hermanastras de La Cenicienta, no quieren a La Brenda y le hacen de lejos la guerra. Menos van a querer que La Brenda venga a mi casa y se quede conmigo, eso no lo permitirían mis hermanas. Aaunque no sería un gran problema, ya que hoteles cómodos en Guatemala hay muchos y baratos.
Como ustedes habrán notado mis hermanas me protegen de mujeres que como La Brenda les parecen "lagartonas o come hombres". Y, efectivamente, a La Brenda siempre le han dicho sus amigas: "lagartona". Pero en este caso no tiene nada que ver con la relación de La Brenda y los hombres, sino con su voracidad en el comer, ya que ella es muy grande y fornida, y necesita mucha energía para tantas cosas que hace y dice en el día.
Me alegra la vuelta a la normalidad de La Brenda, me resistía a perderla en los laberintos infinitos de la locura.
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