Choque de pasarelas.

Choque de pasarelas
Por: Eugenia de la Torriente
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La pelea de las grandes capitales de la moda por el calendario de sus pasarelas para mujer se ha reactivado. La cámara francesa rechazó ayer por unanimidad retrasar la semana de la moda de París en septiembre de 2013 y 2014, como Nueva York había propuesto tras meses de negociaciones con Milán. El plan sí había sido aceptado por los italianos, pero bajo la condición de que París también transigiera.

En la foto, desfile de Hermès en la semana de la moda de París de octubre de 2010.
.Los franceses se han opuesto de plano a que sus presentaciones se inicien una semana después de lo que tenían planeado. Según la propuesta de los estadounidenses, París empezaría el 2 de octubre en 2013 y el 1 de octubre en 2014. Ayer la junta de directores, que preside Guillaume de Seynes (de Hermès), mantuvo las fechas para el 24 de septiembre en 2013 y el 23 de septiembre en 2014. Los franceses argumentan que otra cosa significaría retrasar demasiado la producción y comprometer las entregas a las tiendas.

Esta pelea implica un baile de fechas que resulta mareante para cualquiera ajeno a la cuestión. Las cuatro principales pasarelas han mantenido los últimos años un acuerdo para no solaparse. Un pacto entre rivales para permitir que los compradores y la prensa, jugadores cada vez más globales, no se vean obligados a elegir entre ellas y puedan encadenar Nueva York, Londres, Milán y París.




El origen del desencuentro está en que Nueva York considera que en 2008 se fijó una regla tácita para empezar en el segundo jueves de septiembre. Milán dice que ese pacto solo era válido por tres años y opina que si los estadounidenses empiezan el 13 de septiembre de 2013 se retrasa en exceso su calendario. Milán quiere que su pasarela empiece el 19, lo que supondría coincidir dos días con Nueva York y cuatro con Londres. En el fondo, Nueva York trata de que su semana de la moda empiece lo más tarde posible para que sus diseñadores tengan algo más de tiempo de preparar sus colecciones tras el parón de las vacaciones de verano y del Labor Day (la fiesta del trabajo en EEUU, que se celebra el primer lunes de septiembre). Por su lado, Milán y París empujan para que las presentaciones sean lo antes posible para no perder tiempo de producción. En el medio está la capital británica que es, desde un punto de vista comercial, la plaza más débil. Otro aspecto que está detrás del conflicto es que en una industria cada vez más atestada y competitiva, las semanas de la moda cada vez se alargan más y tratan de arañarse días unas a otras.




El Council of Fashion Designers of America (CFDA), que preside Diane von Furstenberg, propuso una tregua que pasaba porque Nueva York empezara antes en 2012 (el 6 de septiembre) y, como pretendía, en el segundo jueves de septiembre en 2013 y 2014. Es decir, sacrificaba un año para ganar los dos siguientes. La semana pasada Milán aceptó bajo dos condiciones: a) que Nueva York se recortara un día de los nueve que ocupa para que Londres pudiera incluir una jornada dedicada al hombre en su calendario y b) que París también retrasara sus fechas. Desde luego, es imposible que Milán y París se planteen coincidir en el tiempo. Al rechazar París la propuesta estadounidense, Milán vuelve a sus fechas previstas para 2013 y 2014 y, por lo tanto, vuelve a coincidir con Londres y Nueva York.




“No entiendo que París ignore por completo lo que hemos acordado con tanto trabajo. Estoy sin palabras”, ha afirmado Diane Von Furstenberg en Women’s Wear Daily. “No juzgo la decisión de París”, dice Mario Boselli, presidente de la cámara italiana, en el mismo medio. “Hemos intentado encontrar una solución, pero no ha funcionado. Íbamos a movernos si París también se movía. Ahora no vamos a hacerlo. A lo mejor los americanos deberían acortar su pasarela a siete días y empezar un par de días después del Labor Day”. Ahora que Milán y París han decidido que no se mueven, los estadounidenses tienen tres opciones: tratar de covencerles, plegarse y adelantar sus fechas o jugar la carta que ya presentó Boselli cuando el conflicto estalló en octubre: “Dejemos que gane el mejor”.
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