América Latina insiste en la necesidad de integrarse para luchar contra la crisis
Los jefes de Estado que participan en la cumbre de América Latina y el Caribe insisten en la necesidad de blindar el crecimiento de la región
En América Latina y el Caribe la crisis económica de Estados Unidos y Europa ha unido lo que la política había separado durante los últimos 200 años. En el primer día de debates de la tercera cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) que se organiza en Caracas y de la que nacerá la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), integrada por 33 países, la mayoría de los diez jefes de Estado que tomaron la palabra estuvieron de acuerdo en la necesidad de unirse para crear un frente común contra las vicisitudes financieras y para blindar el crecimiento de la región. Solo el presidente Rafael Correa de Ecuador ha propuesto reformas al sistema interamericano. Y el presidente anfitrión de la cumbre, Hugo Chávez, no ha vuelto a mencionar su deseo de que la CELAC sustituya a la Organización de Estados Americanos (OEA).
El primer discurso estuvo a cargo de la presidenta de Brasil, DilmaRousseff, quien considera que América Latina y el Caribe deben integrarse para sostener el crecimiento económico que han experimentado muchos de sus países en los últimos años, junto a la reducción de la pobreza. “Necesitamos una América Latina que se dé cuenta que para garantizar y preservar su ciclo actual de desarrollo con inclusión social (...) hace falta que cada uno de sus países tengan conciencia de que se necesitan los unos a los otros”, ha dicho Rousseff.
La iniciativa de fundar esta nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños fue planteada precisamente por Brasil en diciembre de 2008: justo cuando los mercados internacionales comenzaron a tambalearse. “En medio de una crisis internacional sin precedentes nuestros países no son parte del problema, pueden y deben ser parte de la solución”, dijo en aquella oportunidad el entonces presidente Luíz Inácio Lula Da Silva, anfitrión de la primera cumbre de la CALC que se llevó a cabo en Brasil. Luego, en febrero de 2010, los 33 países de América Latina y el Caribe volvieron a reunirse en Cancún, México, y allí acordaron la fundación de la CELAC, que nace estos días en Caracas.
La agenda política que tantos conflictos generó durante la cumbre de Cancún, en la que los presidentes de Venezuela y Colombia intercambiaron insultos, quedó aparcada ayer por la tarde. Alrededor de la misma mesa, presidida por Hugo Chávez, se sentaron algunos mandatarios que hace un año no hubiesen soñado con pisar Venezuela. Por ejemplo, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a quien Chávez llama su “nuevo mejor amigo”; y el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, a quien el venezolano le preguntó ayer en tono de broma: “Chico, ¿cómo estará Mel (Manuel) Zelaya [el presidente derrocado de Honduras]?”.
En su turno frente a los micrófonos, el colombiano Juan Manuel Santos coincidió con Rousseff en la necesidad de unión: “Esta integración no puede ser contra nadie. Esta integración es a favor nuestro, no es contra la OEA ni contra la Cumbre Iberoamericana. Si jugamos las cartas con esa actitud proactiva, podemos llegar mucho más lejos”. Santos pidió, además, una política coordinada entre los países de la región para combatir el narcotráfico y el voto de todos en la Organización Internacional del Trabajo para que su actual vicepresidente, Angelino Garzón, asuma la dirección general del organismo.
Tal y como lo había anunciado, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó la necesidad de reformar el actual sistema interamericano en lo que refiere a la discusión y sanción de las violaciones a los derechos humanos y, especialmente, a la libertad de prensa. “Es claro que necesitamos un nuevo sistema interamericano. La OEA ha sido históricamente capturada por los intereses y visiones norteamericanas”, ha dicho Correa. Y para ilustrar su punto de vista, presentó dos videos acerca de la reciente demanda que sostuvo contra el diario El Universo de Quito, que culminó en la condena a tres años de prisión y una multa de 40 millones de dólares contra tres directivos y el editorialista del periódico.
Cuando el presidente de Cuba, Raúl Castro, tomó la palabra para abogar por la recuperación de Haití y agradecer que La Habana será sede de la cumbre de la CELAC en 2013, un estallido de fuegos artificiales interrumpió su discurso. “¿Esto es por [el nacimiento de] la CELAC o por el [aniversario del] desembarco del Granma?”, preguntó el cubano. Los locutores de la cadena estatal Venezolana de Televisión respondieron más tarde que era el pueblo caraqueño que celebraba con cohetes la integración regional. Otros caraqueños, que a la misma hora hacían sonar cacerolas contra el Gobierno de Chávez, dijeron que los fuegos pirotécnicos fueron usados para que los presidentes, reunidos en un fuerte militar, no escucharan la protesta. Más temprano, la policía había retirado de varias zonas de la ciudad pancartas colgadas por la oposición con mensajes como: “Presidentes, bienvenidos a la ciudad del crimen”.
La discusión y sanción de tres documentos -la Declaración de Caracas, el Plan de Acción de la CELAC y las reglas para su funcionamiento— continúa hoy, a partir de las 9:00 de la mañana, hora local (14.30 en la España peninsular).
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