Los sindicatos, contentos y sorprendidos ante la respuesta contra la reforma
Se esperaban protestas “suficientes” para forzar al Gobierno a rectificar la reforma laboral
Los asistentes que salieron a las calles de 57 ciudades españolas superaron las expectativas
Los sindicatos esperaban que las manifestaciones que convocaron para ayer fueran “masivas y suficientes” para forzar al Gobierno a rectificar la reforma laboral aprobada el pasado 10 de febrero. Pero el número de asistentes que salieron a las calles de 57 ciudades españolas les sorprendió incluso a ellos. “La verdad es que ha sobrepasado las expectativas”, admitía el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, ayer por la tarde. “Sí que me ha sorprendido. No mucho, porque estos días ya se palpaba”, abunda Cándido Méndez, líder de UGT.
La huelga, si no hay cambios, es incontestable. Pero si se convoca es para ganarla
También Toni Ferrer, numero dos del mismo sindicato UGT, y Fernando Lezcano, portavoz de CC OO, se confesaban contentos y sorprendidos, aunque inmediatamente matizan que esperaban el éxito por lo visto en las asambleas que habían convocado en los días anteriores por toda España. Solo Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical de CC OO, siempre sobrio y correcto, decía no estar sorprendido.
“La gente está bastante madura”, cree Méndez. Los sindicatos saben que la crisis ha extendido entre la población el temor a perder el empleo y la empuja a aceptar los recortes con resignación. Pero creen que el Gobierno ha ido muy lejos y ha preocupado a la gente, explica Lezcano. En sus cálculos para convocar o no una huelga general también está esto presente. “El que haya huelga, si no hay cambios, es incontestable”, apunta el número de UGT, Toni Ferrer, “pero si se convoca es para ganarla”.
Ambos sindicatos analizarán estos días los siguientes pasos a dar con el refrendo de las decenas de miles de personas que acudieron a las manifestaciones. “Ahora hay que bajar a las empresas a explica la reforma”, ha anunciado Lezcano.
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Asistencia estimada a las protestas contra la reforma laboral el 19 de febrero (entre paréntesis, cifras de la policía o el Gobierno) / EL PAÍS
Por su parte, Silvia Sazatornil, de UGT, y una de las lectoras del manifiesto ayer en Madrid, reclama al Gobierno que retome el diálogo y le emplaza a rectificar. "Si el Gobierno no rectifica, continuaremos con la movilización creciente”, concluía el comunicado. Los sindicatos todavía no concretan en qué consistirá esa “movilización creciente”. Todavía se resisten a dar por segura una huelga general, y aún más a especular con la fecha en la que se podría convocar. Conscientes de que la situación económica es crítica, los líderes sindicales no quieren que se les acuse de irresponsables. “Voy a seguir hablando de la reforma, y no me voy perder en el debate sobre la respuesta”, defendía ayer el cabeza de UGT, Cándido Méndez.
Pocas veces un Gobierno con una mayoría tan absoluta y a apenas tres meses de lograr un amplio apoyo en las urnas se ha encontrado frente a unas movilizaciones del calibre de las de ayer por las primeras medidas que ha adoptado. Claro que, también es cierto, que nunca un Ejecutivo ha llegado al poder con 5,3 millones de parados y una situación económica tan difícil.
Un discurso dramático
En su discurso de clausura del congreso del PP este domingo, Mariano Rajoy evitó dirigirse a los sindicatos, que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría había atacado previamente insinuando que "deberían representar a todos esos que no tienen un empleo”.
El líder del Ejecutivo prefirió dirigirse directamente a los asistentes a las concentraciones: “La reforma laboral es justa y buena para España. Es necesaria. Y lo saben bien quienes llevan tanto tiempo buscando empleo sin encontrarlo. Ninguna de las medidas hará milagros. No basta con ponerle ruedas a un coche para que ande, pero sin ellas es imposible que se mueva”. E insistió en recordar a los más de 5 millones de parados con un tono dramático: “A los que protestan les digo: ¿Saben que hay madres solas haciendo milagros? ¿Saben que hay padres de familia que ya ni imaginan cuándo trabajarán de nuevo? ¿Qué hacemos frente a ese desaliento?”. “Cuando hacemos reformas laborales, lo hacemos pensando en la gente que está en el paro”, ha asegurado.
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