Vuelve el debate sobre la seguridad de parir en casa
La muerte de la australiana Caroline Lowell, de 36 años, ardiente defensora del parto en casa, tras dar a luz a su segunda hija en su domicilio, reabre un viejo y eterno debate que lleva años enfrentando a los defensores del alumbramiento 'natural' frente a los que creen en parto medicalizado.
Lovell sufrió un paro cardíaco mientras daba a luz a Zahra, en su casa. Fue trasladada al hospital, aunque no pudieron hacer nada por ella, pero la pequeña ha sobrevivido. Una de las matronas que la asistía aseguró que la causa de su muerte podría haber sido una hemorragia, aunque los hechos aún se están investigando.
En contra
Antonio González, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Materno-Infantil La Paz, de Madrid, aclara "que es una triste noticia que en el siglo XXI una mujer sana muera en su casa dando a luz. Pero es doblemente triste pensar que puede que con la asistencia adecuada esa persona se hubiera salvado".
Contrario al parto en casa, el doctor González argumenta "que se debe buscar la excelencia y la seguridad. En obstetricia se pueden presentar muchos imprevistos y lo importante es tener los recursos técnicos y profesionales necesarios para hacerlos frente. Muchas veces las complicaciones ocurren sin que haya señales previas, por eso es importante estar donde se tenga la seguridad de que podemos actuar cuando hay que actuar".
Aunque "menos del 1% de las pacientes decide tener a sus hijos en sus hogares, me gustaría convencerlas de que no escojan esa opción. El parto en casa es un retroceso. Nos ha costado mucho reducir la mortalidad perinatal a cifras como las que tenemos actualmente (3 de cada 1.000 recién nacidos, que incluye a bebés con graves malformaciones). Todo es mejorable, y también podemos intentar 'humanizar' más el parto, pero no debemos olvidar que nosotros trabajamos para garantizar en lo que podamos la seguridad de la madre y de su hijo y la excelencia en la atención".
A favor
Mayte Gómez, de la Asociación Nacer en Casa, fundada en 1988, no está de acuerdo. "Desconozco las causas últimas por las que Caroline Lowell ha fallecido. No sé si tenía alguna patología previa, cómo fue su asistencia, pero lo que sí sé es que nunca se cuenta cuando la mujer muere en el hospital, como ha sucedido aquí recientemente en Sevilla con dos madres".
Mayte defiende que lleva "21 años asistiendo a partos en el hogar y que su asociación realiza unos 500 alumbramientos domiciliarios al año y nunca se ha muerto ninguna madre. Lo que sí está claro es que tiene que tener un buen estado de salud; no tener patologías como diabetes, anemia... que el bebé esté en posición normal, que el embarazo no sea gemelar... Nosotras llevamos el material necesario para asistir en caso de emergencia y si surge una complicación llamamos a la ambulancia".
Sus argumentos no convencen a todos. De hecho las sociedades de Ginecología y Obstetricia de EEUU y Australia desaconsejan el parto en casa, mientras que el Colegio de expertos británico sí lo apoya. La Sociedad Española de Ginecólogos y Obstetras tampoco fomenta el alumbramiento en casa. En Cataluña, la comisión de comadronas del Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona (COIB) cuenta con una guía consensuada sobre cómo actuar en la asistencia del parto domiciliario. Y ante todo reconoce que para poder dar a luz en casa la mujer debe ser de bajo riesgo.
Estudios científicos
También hay controversia en las evidencias científicas. En 2000 una revisión de trabajos del centro Cochrane determinaba: "No hay evidencia alguna a favor del nacimiento planificado en el hospital en mujeres embarazadas de bajo riesgo. Por lo tanto no hay pruebas para desaconsejar el parto en casa". Un año antes, la revista que edita la Asociación Médica Canadiense confirmaba que la seguridad de los partos en casa era comparable a la de los alumbramientos realizados en centros sanitarios tanto por comadronas como por médicos.
Las declaraciones se apoyaron en la comparación de los partos realizados en una región del país entre 2000 y 2004. Así, 2.894 de ellos fueron en los domicilios, 4.752, en hospitales atendidos por matronas y 5. 331 los practicaron ginecólogos en centros sanitarios. Los datos demostraron que parir en casa se asociaba a tasas bajas de muerte perinatal, similares al resto de partos.
Pero el jarro de agua fría no tardaría en llegar. Un estudio realizado en 2010 por el Maine Medical Center de EEUU determinaba que el alumbramiento en el domicilio causa el doble de muertes de bebés que en el hospital. Publicado en el 'American Journal of Obstetrics and Ginecology', el ensayo (un metanálisis de diferentes países de Europa y EEUU) incluyó 342.056 partos de bajo riesgo planificados para realizarse en los domicilios y más de 207.551 nacimientos en hospitales.
Al parecer, en un 0,2% de los partos en casa fallece el bebé (mueren dos de cada 1.000 recién nacidos). La cifra es la mitad en el caso de dar a luz en un centro sanitario. Pero más riesgo tienen las primíparas: si es el primer parto, la mujer tiene un 36% de probabilidades de acabar siendo asistida en el hospital.
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