A ‘tuitazo’ limpio, comandante
Caracas llama a contrarrestar en las redes sociales los rumores sobre la salud de Chávez
Cada día, el canal público Venezolana de Televisión
difunde varias palabras clave o etiquetas para que los usuarios de
Twitter que lo deseen apoyen al presidente enfermo y combatan las
“maldades” que circulan sobre la salud de Hugo Chávez. La batalla se ha encarnizado en las redes sociales
desde que Chávez fue operado en Cuba el pasado 11 de diciembre. El
sábado, el vicepresidente Nicolás Maduro declaró ante miles de
militantes que había que mantener “la lucha activa en las redes”. Invitó
a eliminar de las cuentas de quienes insisten en “desprestigiar y
difundir mensajes malsanos” contra Chávez. Y la noche anterior denunció
en una entrevista televisada
que hay “bandidos”, “porque son unos bandidos”, que utilizan “su cuenta
Twitter para mentir y hablan como si ellos estuvieran allí al lado [de
Chávez] diciendo cosas y viendo, mintiendo, mintiendo y mintiendo
siempre”. Añadió que se están abriendo cuentas en Twitter para intentar
dar “un golpe de opinión”
Venezuela es uno de los países más activos del mundo en el uso de las redes. Nelson Bocaranda Sardi, periodista claramente opositor al Gobierno de Chávez, fue el primero que informó sobre el cáncer del presidente. Ahora cuenta con casi un millón de seguidores en Twitter, cifra superior a la del diario español El Mundo. Al oncólogo venezolano José Rafael Marquina, afincado en Florida, lo leen más de 350.000 personas cada vez que tuitea un comentario sobre la salud de Chávez. Al director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, también muy crítico con el Gobierno, lo siguen 170.000 usuarios. Goblovisión, el canal de televisión más crítico, está a punto de alcanzar los dos millones de seguidores en Twitter, cuatro veces más que Radio Televisión Española y algo por debajo de los 2.146.000 que posee El PAÍS. Al anterior director de Globovisión, Alberto Ravell, le siguen medio millón de personas; y al medio que creó en Internet, La patilla, 1.817.000. Pero el presidente Hugo Chávez supera a todos con 3.871.000 lectores, aunque no escribe un tweet desde el 1 de noviembre.
“Cuando algunos espacios se restringen, la gente busca nuevas opciones. Y los venezolanos buscan en Twitter la información que no encuentran en otros medios”, explica Carlos Correa, profesor de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello. “Al cerrarse el canal privado RCTV, en 2007, las visitas a los espacios informativos de Internet aumentaron al mes siguiente en un 20%”.
“El problema no son las redes sociales, sino el acceso a la información oficial”, señala Jorge Benezra, miembro del Colegio Nacional de Periodistas de Caracas. “Aunque el Gobierno sostiene que ha emitido 27 comunicados sobre la salud del presidente, lo cierto es que la información ha sido muy hermética. Desde el 11 de diciembre no tenemos una sola foto del presidente. Las redes solo intentan llenar un vacío”.
Ese supuesto vacío, según Jorge Espinoza, periodista del boletín informativo Inside Telecom, lo está ganando la oposición. “No hay tuiteros del lado oficialista que marquen la pauta. Tal vez solo el canal Venezolana de Televisión (222.000 seguidores). Pero no suele fijar tendencia. Usa varias etiquetas cada día en vez de tratar de posicionar una que marque peso y relevancia”.
Hugo Chávez se había mostrado reacio al uso de Twitter hasta que abrió su cuenta en abril de 2010. “Se le sumaron cientos de miles de usuarios, pero más que seguidores eran ciudadanos que reclamaban soluciones a sus problemas”, explica Espinoza. “En vez de escribir a la cuenta del ministerio de Transporte pidiendo alguna obra, lo hacían a la de Chávez para recibir respuesta. Era una cuenta alimentada por 200 personas. Y ahora no sabemos qué habrá pasado con ellos, porque la cuenta está detenida”.
Para Luigino Bracci, comunicador alternativo afín al chavismo, la razón de que haya más seguidores entre los tuiteros opositores es que a ellos le siguen usuarios de clase media, que cuentan con más acceso a los medios digitales. Pero Bracci cree que por encima de los números y las batallas en la Red hay que tener presente una cosa: “Además de presidente, Chávez es un ciudadano. Y tiene derecho a la intimidad en sus asuntos médicos. Personas como el doctor José Rafael Marquina o Nelson Bocaranda han usado las redes para emitir informaciones que son erróneas. En el caso de Marquina, que es oncólogo, usa tecnicismos médicos que hacen creen que dice la verdad. Pero tanto Marquina como Nelson Bocaranda han acertado en algunas ocasiones y en otras no. En diciembre pasado, por ejemplo, dijeron que Chávez estaba en coma y que lo iban a desconectar. Y eso fue mentira”.
Bracci, igual que Chávez, también era renuente al uso de Twitter. Pero se dio cuenta de que así como podía servir para usos perversos, como difundir una foto falsa de Chávez en un féretro, también “canalizó problemas de ineficiencia dentro de la revolución”. Y, a veces, hasta ha servido para descartar ideas muy “perjudiciales”. “Este fin de semana, Esteban Gerbasi, que es un opositor residente en Miami, hizo un llamado en Twitter a un paro parcial para el jueves 10 de enero. Y lo interesante fue que le respondieron tanto gente de la oposición como del oficialismo burlándose y atacando la idea. Aquí el recuerdo que hay del paro de 2002 es nefasto. Así que terminó siendo tendencia su propuesta. Pero solo porque la mayoría de la gente se estaban burlando de ella”.
Venezuela es uno de los países más activos del mundo en el uso de las redes. Nelson Bocaranda Sardi, periodista claramente opositor al Gobierno de Chávez, fue el primero que informó sobre el cáncer del presidente. Ahora cuenta con casi un millón de seguidores en Twitter, cifra superior a la del diario español El Mundo. Al oncólogo venezolano José Rafael Marquina, afincado en Florida, lo leen más de 350.000 personas cada vez que tuitea un comentario sobre la salud de Chávez. Al director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, también muy crítico con el Gobierno, lo siguen 170.000 usuarios. Goblovisión, el canal de televisión más crítico, está a punto de alcanzar los dos millones de seguidores en Twitter, cuatro veces más que Radio Televisión Española y algo por debajo de los 2.146.000 que posee El PAÍS. Al anterior director de Globovisión, Alberto Ravell, le siguen medio millón de personas; y al medio que creó en Internet, La patilla, 1.817.000. Pero el presidente Hugo Chávez supera a todos con 3.871.000 lectores, aunque no escribe un tweet desde el 1 de noviembre.
“Cuando algunos espacios se restringen, la gente busca nuevas opciones. Y los venezolanos buscan en Twitter la información que no encuentran en otros medios”, explica Carlos Correa, profesor de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello. “Al cerrarse el canal privado RCTV, en 2007, las visitas a los espacios informativos de Internet aumentaron al mes siguiente en un 20%”.
“El problema no son las redes sociales, sino el acceso a la información oficial”, señala Jorge Benezra, miembro del Colegio Nacional de Periodistas de Caracas. “Aunque el Gobierno sostiene que ha emitido 27 comunicados sobre la salud del presidente, lo cierto es que la información ha sido muy hermética. Desde el 11 de diciembre no tenemos una sola foto del presidente. Las redes solo intentan llenar un vacío”.
Ese supuesto vacío, según Jorge Espinoza, periodista del boletín informativo Inside Telecom, lo está ganando la oposición. “No hay tuiteros del lado oficialista que marquen la pauta. Tal vez solo el canal Venezolana de Televisión (222.000 seguidores). Pero no suele fijar tendencia. Usa varias etiquetas cada día en vez de tratar de posicionar una que marque peso y relevancia”.
Hugo Chávez se había mostrado reacio al uso de Twitter hasta que abrió su cuenta en abril de 2010. “Se le sumaron cientos de miles de usuarios, pero más que seguidores eran ciudadanos que reclamaban soluciones a sus problemas”, explica Espinoza. “En vez de escribir a la cuenta del ministerio de Transporte pidiendo alguna obra, lo hacían a la de Chávez para recibir respuesta. Era una cuenta alimentada por 200 personas. Y ahora no sabemos qué habrá pasado con ellos, porque la cuenta está detenida”.
Para Luigino Bracci, comunicador alternativo afín al chavismo, la razón de que haya más seguidores entre los tuiteros opositores es que a ellos le siguen usuarios de clase media, que cuentan con más acceso a los medios digitales. Pero Bracci cree que por encima de los números y las batallas en la Red hay que tener presente una cosa: “Además de presidente, Chávez es un ciudadano. Y tiene derecho a la intimidad en sus asuntos médicos. Personas como el doctor José Rafael Marquina o Nelson Bocaranda han usado las redes para emitir informaciones que son erróneas. En el caso de Marquina, que es oncólogo, usa tecnicismos médicos que hacen creen que dice la verdad. Pero tanto Marquina como Nelson Bocaranda han acertado en algunas ocasiones y en otras no. En diciembre pasado, por ejemplo, dijeron que Chávez estaba en coma y que lo iban a desconectar. Y eso fue mentira”.
Bracci, igual que Chávez, también era renuente al uso de Twitter. Pero se dio cuenta de que así como podía servir para usos perversos, como difundir una foto falsa de Chávez en un féretro, también “canalizó problemas de ineficiencia dentro de la revolución”. Y, a veces, hasta ha servido para descartar ideas muy “perjudiciales”. “Este fin de semana, Esteban Gerbasi, que es un opositor residente en Miami, hizo un llamado en Twitter a un paro parcial para el jueves 10 de enero. Y lo interesante fue que le respondieron tanto gente de la oposición como del oficialismo burlándose y atacando la idea. Aquí el recuerdo que hay del paro de 2002 es nefasto. Así que terminó siendo tendencia su propuesta. Pero solo porque la mayoría de la gente se estaban burlando de ella”.
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