¿Qué es el fetichismo?
El fetichismo es algo que requiere observación, sensibilidad y mucha imaginación.
No se trata de la desnudez o de actos explícitos, sino un detalle
mundano que provoca una narrativa personal y una repuesta sexual. Una
mente fetichista no busca lo obvio, depende de la capacidad - y la
necesidad - de un individuo de leer entre las líneas. No es tanto lo que se ve, sino lo que se imagina.
El origen de la palabra “fetiche” se encuentra concretamente en el portugués del siglo XV, en el término “feitiço“, que viene a significar encanto o hechizo. Un fetiche es un objeto que se cree que tiene poderes sobrenaturales. En esencia, el fetichismo es la atribución de un valor inherente o poderes a un objeto. El término "fetichismo sexual" fue introducido por primera vez por el psicólogo francés Alfred Binet en 1940.
Hoy en día un "fetiche" es un objeto, una parte no reproductiva del cuerpo o una acción cuya presencia aumenta el estímulo sexual y potencia el orgasmo. Es decir, cualquier cosa neutra que provoca una respuesta sexual. Un objeto podría ser unos zapatos, la lencería o prendas de látex o de cuero. Una parte no reproductiva del cuerpo podría ser los pies, los muslos, el cuello o las axilas. Ejemplos de acciones o situaciones que normalmente no tienen connotaciones sexuales podría ser el fumar, hacer cosquillas, hacer deporte o incluso el acto de inflar globos.
En inglés, la palabra "fetish" también se utiliza como un adjetivo que se refiere a objetos, rituales o indumentaria relacionados con la práctica del BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadomasoquismo) tales como ropa fetichista o fotografía fetichista.
Uno de los fetichismos más conocidos es el de pies, o podofilia. El significado y la importancia de un pie varia según el individuo. Uno bonito es una ventaja, pero no siempre es imprescindible. Muchos fetichistas de pies se fijan más en la reacción fisiológica que la adoración puede producir. Un beso, una caricia o un soplo de aire es lo único que hace falta. Recibir un masaje de pies es sin duda muy relajante y placentero, pero tener toda la atención, devoción y adoración de un fetichista de pies es una auténtica maravilla.
Este fetichismo se puede combinar con otros, como por ejemplo los tacones, las medias, el bondage, las cosquillas y muchas otras. También la adoración de pies (foot worship) es práctica habitual en el BDSM. Otros fetiches conocidos incluyen los uniformes, pintalabios, corsés, antifaces, guantes y otros no tanto como los delantales, o incluso mujeres que golpean los pechos con un abanico, y muchos, muchos más. Básicamente cualquier cosa puede ser un fetiche, y yo creo que todos tenemos por lo menos uno.
¿Cuál es el tuyo?
El origen de la palabra “fetiche” se encuentra concretamente en el portugués del siglo XV, en el término “feitiço“, que viene a significar encanto o hechizo. Un fetiche es un objeto que se cree que tiene poderes sobrenaturales. En esencia, el fetichismo es la atribución de un valor inherente o poderes a un objeto. El término "fetichismo sexual" fue introducido por primera vez por el psicólogo francés Alfred Binet en 1940.
Hoy en día un "fetiche" es un objeto, una parte no reproductiva del cuerpo o una acción cuya presencia aumenta el estímulo sexual y potencia el orgasmo. Es decir, cualquier cosa neutra que provoca una respuesta sexual. Un objeto podría ser unos zapatos, la lencería o prendas de látex o de cuero. Una parte no reproductiva del cuerpo podría ser los pies, los muslos, el cuello o las axilas. Ejemplos de acciones o situaciones que normalmente no tienen connotaciones sexuales podría ser el fumar, hacer cosquillas, hacer deporte o incluso el acto de inflar globos.
En inglés, la palabra "fetish" también se utiliza como un adjetivo que se refiere a objetos, rituales o indumentaria relacionados con la práctica del BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadomasoquismo) tales como ropa fetichista o fotografía fetichista.
Venus O'Hara por Sebas Romero. Corsé Bibian Blue
Probablemente a causa de Cincuenta sombras de Grey, ahora se habla
mucho de fetichismo y BDSM como si fueron sinónimos, aunque exista una
coexistencia entre ambos, no son intercambiables. Es posible ser
fetichista y no practicar el BDSM y viceversa. Por ejemplo, el hecho de
llevar látex en un escenario BDSM no te hace fetichista de látex, pero a
la vez se puede ser fetichista de látex sin entrar en juegos de BDSM y
simplemente disfrutarlo por su aspecto, sensación, y su olor además de
los rituales de abrillantarlo y cuidarlo. Cómo uno mismo se define
depende de cada uno. Se puede practicar el fetichismo, pero para serlo, hay que sentirlo. A menudo no requiere acabar
con la penetración, algo que quizá no parece tener sentido para los
que tienen una mentalidad vainilla.Uno de los fetichismos más conocidos es el de pies, o podofilia. El significado y la importancia de un pie varia según el individuo. Uno bonito es una ventaja, pero no siempre es imprescindible. Muchos fetichistas de pies se fijan más en la reacción fisiológica que la adoración puede producir. Un beso, una caricia o un soplo de aire es lo único que hace falta. Recibir un masaje de pies es sin duda muy relajante y placentero, pero tener toda la atención, devoción y adoración de un fetichista de pies es una auténtica maravilla.
Este fetichismo se puede combinar con otros, como por ejemplo los tacones, las medias, el bondage, las cosquillas y muchas otras. También la adoración de pies (foot worship) es práctica habitual en el BDSM. Otros fetiches conocidos incluyen los uniformes, pintalabios, corsés, antifaces, guantes y otros no tanto como los delantales, o incluso mujeres que golpean los pechos con un abanico, y muchos, muchos más. Básicamente cualquier cosa puede ser un fetiche, y yo creo que todos tenemos por lo menos uno.
¿Cuál es el tuyo?
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