Dar de mamar, mucho más que alimentar a tu hijo
Recordamos los beneficios del acto más natural y antiguo del ser humano en el Día Mundial de la Lactancia Materna.
01 de agosto de 2012
07:44 h.
El 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Lactancia Materna, enmarcado dentro de los actos de la World Breastfeeding Week,
que este 2012 cumple 20 años. Se trata de una iniciativa en la cual
participan 170 países que no tiene otro fin que recalcar los múltiples
beneficios -para la madre y para el bebé- de amamantar a tu hijo
durante, al menos, los seis primeros meses de vida.
¿Qué beneficios aporta la leche materna?
Al niño, todos: a pesar de estar compuesta en un 88% de agua, también contiene las vitaminas, minerales, grasas, hormonas, enzimas y defensas que el bebé necesita. Además, tiene un altísimo contenido en lactosa. La lactancia natural asegura una mayor protección inmunológica, un mejor desarrollo psicoafectivo cerebral y puede llegar a influir en la prevención de enfermedades estomacales, la otitis y hasta puede prevenir la mortalidad infantil.
En el caso de los prematuros, la lactancia materna marca una gran diferencia en su desarrollo. Ganan peso con más facilidad y está demostrado que aquellos que han sido alimentados por sus madres están más sanos y se les da el alta antes.
En el caso de las madres también hay beneficios tan claros como que aquellas que han amamantado recuperan más rápidamente su peso y pueden prevenir enfermedades cardiovasculares y hasta cáncer. No olvidemos tampoco el vínculo maternofilial que se crea durante la lactancia.
¿Es realmente necesario recordar que es bueno dar el pecho?
Nunca está de más. Parece que queda claro que sí es algo beneficioso pero aún quedan muchas barreras que romper respecto a la lactancia que permanecen por desconocimiento de la madre porque los profesionales no informan todo lo adecuadamente que deberían. Por el Dr. Jaime Pérez del Pulgar, pediatra y miembro del colectivo médico The Doctors, se esfuerza diariamente en recalcar los beneficios que tiene esta práctica -tan natural y barata, por otra parte- y en facilitar al máximo la tarea a todas las madres que deseen llevarla a cabo.
"Uno de los grandes problemas que persiste en la actualidad es que la madre no está debidamente informada", cuenta el Doctor. "Algunas no saben que la leche puede tardar en subir hasta 48 horas (dependiendo de si ha habido contracciones o no, si ha sido cesárea o parto natural...); otras piensan que por experimentar dolor en el pecho o en los pezones ya tienen que dejarlo, cuando hay soluciones como protegerse con cremas o corregir la postura del bebé para que succione bien o masajes que pueden ayudar mucho. Cada problema suele tener una solución".
Pérez del Pulgar también aclara que TODAS las mujeres pueden dar de
mamar salvo en casos muy concretos que en los que estén sufriendo
tratamientos muy fuertes como una quimioterapia. Solo hay que facilitar
el camino y ofrecer toda la información y consejos necesarios. Lo ideal es que todos los efectivos sanitarios trabajen en equipo:
el ginecólogo, el neonatólogo, el pediatra, la comadrona, la enfermera y
hasta la auxiliar juegan un papel muy importante para apoyar a la madre
en este momento. "Es esencial tranquilizarla, resulta muy positivo para
que estén relajadas y les termine de subir la leche", añade el Doctor.
¿Está el mundo preparado para la lactancia?
Si nos ceñimos a España, donde aproximadamente el 90% de las mujeres opta por la lactancia, la realidad es que la actual situación social no permite a las madres desarrollarla como recomiendan los médicos. La leche materna debe ser el único alimento del bebé durante los seis primeros meses de vida; después, el alimento principal combinado con otros que se vayan introduciendo. Se puede continuar con la lactancia hasta los dos años.
Sin embargo, las bajas de maternidad de cuatro meses no ayudan a mantener la lactancia recomendada. El Doctor Pérez del Pulgar señala que en el momento del nacimiento y las primeras visitas al médico se puede mantener un control más minucioso; eso sí, falta seguimiento posterior, de ahí la necesidad de las campañas de concienciación. Una vez más, ofrece soluciones a problemas. "La leche materna se puede congelar (con unas medidas higiénicas adecuadas y manteniéndola a una temperatura constante puede estar entre tres y seis meses o seis y 12 dependiendo del congelador, preservando sus propiedades al descongelar).
Así, a pesar de que a los cuatro meses la madre se debe incorporar al trabajo, tiene la tranquilidad de que su hijo sigue alimentándose bien. Con esto podemos incluso aumentar la autoestima de la madre, que se sentirá más segura", añade. Marga Morales, economista y madre de dos niños a quienes amamantó, asegura que "habría sido algo que hubiera sentido mucho perderme porque, aunque dar el pecho es muy sacrificado, también es lo mas gratificante que he hecho en mi vida".
Cada vez surgen más maneras de facilitar y prolongar la lactancia materna, haciéndola más cómoda y llevadera. Marcas como Medela tienen productos que van mucho más allá de la extracción de la leche; también cuidan del almacenaje y la preparación del biberón, entre otras soluciones.
¿Qué pasa con la leche maternizada?
Los preparados sustitutivos de la leche materna tienen una composición muy similar a la original. Además, como asegura el Dr. Pérez del Pulgar, su formulación está garantizada por organizmos como la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición y cumplen todos los requisitos para alimentar a un niño de forma saludable. Y es que no todas las madres están igual de predispuestas a amamantar o pueden hacerlo físicamente, de manera que estas fórmulas son una solución sana y perfectamente adecuada.
Este pediatra cree que, ante todo, no hay que presionar a las madres ni en un sentido ni en otro. Algo que los hospitales de Nueva York no parecen asumir; últimamente, las maternidades esconden la leche artificial y los biberones de la vista de las madres para asegurarse de que optan por la lactancia natural. Una medida muy aplaudida por los colectivos pro lactancia norteamericanos pero que Pérez del Pulgar ve, a todas luces, exagerada. Los motivos que pueden llevar a una mujer a escoger la leche maternizada son muy íntimos y privados por lo que también es muy importante respetarla y no intentar influir en su manera de pensar.
Cada madre debe tomar sus propias decisiones sin sentir que la están convenciendo de hacer algo que no quiere. Como en el caso de Patricia Murillo, diseñadora y madre de una niña de tres años y de un bebé de un mes, ha optado por alimentar a sus hijos con leche maternizada por una decisión personal tras recibir información de la lactancia en las clases de preparación al parto. En el hospital, sí notó cierto rechazo por parte del personal: "No llevan muy bien que decidas no dar el pecho, te toman por una persona mal informada y por pasota, creen que no has dedicado tiempo a tomar esta decisión y no valoran lo suficiente tus motivos. La familia es otro asunto: respetan mi opinión pero la mayoría no la comparte", confiesa. Sus hijos, por cierto, se han criado con toda normalidad, "han crecido igual que otros niños y se han puesto igual de enfermos. En cuanto a lo del vínculo que se crea, en mi caso es tan profundo como el que tendría cualquier madre que ha optado por amamantar y no veo que tenga nada que ver con la forma de alimentarnos", remata.
¿Qué beneficios aporta la leche materna?
Al niño, todos: a pesar de estar compuesta en un 88% de agua, también contiene las vitaminas, minerales, grasas, hormonas, enzimas y defensas que el bebé necesita. Además, tiene un altísimo contenido en lactosa. La lactancia natural asegura una mayor protección inmunológica, un mejor desarrollo psicoafectivo cerebral y puede llegar a influir en la prevención de enfermedades estomacales, la otitis y hasta puede prevenir la mortalidad infantil.
En el caso de los prematuros, la lactancia materna marca una gran diferencia en su desarrollo. Ganan peso con más facilidad y está demostrado que aquellos que han sido alimentados por sus madres están más sanos y se les da el alta antes.
En el caso de las madres también hay beneficios tan claros como que aquellas que han amamantado recuperan más rápidamente su peso y pueden prevenir enfermedades cardiovasculares y hasta cáncer. No olvidemos tampoco el vínculo maternofilial que se crea durante la lactancia.
¿Es realmente necesario recordar que es bueno dar el pecho?
Nunca está de más. Parece que queda claro que sí es algo beneficioso pero aún quedan muchas barreras que romper respecto a la lactancia que permanecen por desconocimiento de la madre porque los profesionales no informan todo lo adecuadamente que deberían. Por el Dr. Jaime Pérez del Pulgar, pediatra y miembro del colectivo médico The Doctors, se esfuerza diariamente en recalcar los beneficios que tiene esta práctica -tan natural y barata, por otra parte- y en facilitar al máximo la tarea a todas las madres que deseen llevarla a cabo.
"Uno de los grandes problemas que persiste en la actualidad es que la madre no está debidamente informada", cuenta el Doctor. "Algunas no saben que la leche puede tardar en subir hasta 48 horas (dependiendo de si ha habido contracciones o no, si ha sido cesárea o parto natural...); otras piensan que por experimentar dolor en el pecho o en los pezones ya tienen que dejarlo, cuando hay soluciones como protegerse con cremas o corregir la postura del bebé para que succione bien o masajes que pueden ayudar mucho. Cada problema suele tener una solución".
¿Está el mundo preparado para la lactancia?
Si nos ceñimos a España, donde aproximadamente el 90% de las mujeres opta por la lactancia, la realidad es que la actual situación social no permite a las madres desarrollarla como recomiendan los médicos. La leche materna debe ser el único alimento del bebé durante los seis primeros meses de vida; después, el alimento principal combinado con otros que se vayan introduciendo. Se puede continuar con la lactancia hasta los dos años.
Sin embargo, las bajas de maternidad de cuatro meses no ayudan a mantener la lactancia recomendada. El Doctor Pérez del Pulgar señala que en el momento del nacimiento y las primeras visitas al médico se puede mantener un control más minucioso; eso sí, falta seguimiento posterior, de ahí la necesidad de las campañas de concienciación. Una vez más, ofrece soluciones a problemas. "La leche materna se puede congelar (con unas medidas higiénicas adecuadas y manteniéndola a una temperatura constante puede estar entre tres y seis meses o seis y 12 dependiendo del congelador, preservando sus propiedades al descongelar).
Así, a pesar de que a los cuatro meses la madre se debe incorporar al trabajo, tiene la tranquilidad de que su hijo sigue alimentándose bien. Con esto podemos incluso aumentar la autoestima de la madre, que se sentirá más segura", añade. Marga Morales, economista y madre de dos niños a quienes amamantó, asegura que "habría sido algo que hubiera sentido mucho perderme porque, aunque dar el pecho es muy sacrificado, también es lo mas gratificante que he hecho en mi vida".
Cada vez surgen más maneras de facilitar y prolongar la lactancia materna, haciéndola más cómoda y llevadera. Marcas como Medela tienen productos que van mucho más allá de la extracción de la leche; también cuidan del almacenaje y la preparación del biberón, entre otras soluciones.
Los preparados sustitutivos de la leche materna tienen una composición muy similar a la original. Además, como asegura el Dr. Pérez del Pulgar, su formulación está garantizada por organizmos como la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición y cumplen todos los requisitos para alimentar a un niño de forma saludable. Y es que no todas las madres están igual de predispuestas a amamantar o pueden hacerlo físicamente, de manera que estas fórmulas son una solución sana y perfectamente adecuada.
Este pediatra cree que, ante todo, no hay que presionar a las madres ni en un sentido ni en otro. Algo que los hospitales de Nueva York no parecen asumir; últimamente, las maternidades esconden la leche artificial y los biberones de la vista de las madres para asegurarse de que optan por la lactancia natural. Una medida muy aplaudida por los colectivos pro lactancia norteamericanos pero que Pérez del Pulgar ve, a todas luces, exagerada. Los motivos que pueden llevar a una mujer a escoger la leche maternizada son muy íntimos y privados por lo que también es muy importante respetarla y no intentar influir en su manera de pensar.
Cada madre debe tomar sus propias decisiones sin sentir que la están convenciendo de hacer algo que no quiere. Como en el caso de Patricia Murillo, diseñadora y madre de una niña de tres años y de un bebé de un mes, ha optado por alimentar a sus hijos con leche maternizada por una decisión personal tras recibir información de la lactancia en las clases de preparación al parto. En el hospital, sí notó cierto rechazo por parte del personal: "No llevan muy bien que decidas no dar el pecho, te toman por una persona mal informada y por pasota, creen que no has dedicado tiempo a tomar esta decisión y no valoran lo suficiente tus motivos. La familia es otro asunto: respetan mi opinión pero la mayoría no la comparte", confiesa. Sus hijos, por cierto, se han criado con toda normalidad, "han crecido igual que otros niños y se han puesto igual de enfermos. En cuanto a lo del vínculo que se crea, en mi caso es tan profundo como el que tendría cualquier madre que ha optado por amamantar y no veo que tenga nada que ver con la forma de alimentarnos", remata.
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