Cuatro años de cárcel para la exministra de Economía argentina
Felisa Miceli, que ocultó dinero, es la primera dirigente kirchnerista condenada
Alejandro Rebossio
Buenos Aires
27 DIC 2012 - 20:32 CET43
Después de nueve años de gobiernos kirchneristas, por primera vez uno de sus integrantes ha sido condenado por corrupción. Un tribunal federal de Buenos Aires ha sentenciado hoy a cuatro años de prisión a Felisa Miceli, a quien en 2007, cuando era ministra de Economía del Ejecutivo del peronista Néstor Kirchner,
la Policía le encontró en el baño de su despacho una bolsa que contenía
100.000 pesos y 31.670 dólares (el equivalente a un total de 39.222
euros). Los tres magistrados la hallaron culpable de ocultamiento de ese
dinero, agravado por su condición de funcionaria, y de la sustracción
del acta policial que había constatado el hallazgo. No podrá ejercer
cargos públicos durante ocho años. El caso de Miceli no es el único que
pesa sobre actuales y antiguos altos cargos de los Gobiernos de los
Kirchner.
“Los noventa y los [años] K [de los Kirchner] cada vez se parecen más”, opinó el senador de la oposición Ernesto Sanz, en una comparación entre dos periodos peronistas bien distintos, el del neoliberal Carlos Menem (1989-1999), que en su momento fue casi sinónimo de corrupción en Argentina, y el de los Kirchner (desde 2003). “¿Habrá condena alguna vez para otros exfuncionarios o solo a los que les sueltan la mano?”, añadió Sanz.
Miceli, de 60 años, había sucedido a Roberto Lavagna como ministra de Economía de Kirchner en 2005. Era la primera mujer que llegaba a ese cargo en Argentina. Ella había trabajado durante años con Lavagna en consultoría y en la función pública. En 2007, después de que en un control de seguridad de rutina la Policía le hallara la bolsa con dinero, la entonces ministra tuvo que renunciar. Era plena campaña de las primeras elecciones presidenciales que ganó Fernández. Prácticamente desde entonces trabaja como economista del centro de estudios de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini.
“No tengo miedo de ir presa”, declaró Miceli tras conocer la sentencia. La exministra prometió que la apelará porque la considera carente de pruebas. Por ahora seguirá libre. Durante el juicio ella sostuvo que una amiga y un hermano le había prestado ese dinero para comprar un inmueble. “Yo cometí un error, pero eso ahora parece que fue un delito. Hay que hacerse cargo de las cosas que uno hace”, admitió. La justicia no creyó su versión sobre el origen del efectivo. Miceli se defendió diciendo que nunca llevó una vida “fastuosa” y destacó que el fiscal aclaró que “no hubo ningún perjuicio contra el Estado”.
“Yo no llegué con una estructura de poder como lo tuvieron otros ministros y lo estoy pagando”, atacó la exministra, que nunca fue peronista, aunque sigue siendo kirchnerista. Aún era afiliada a la Unión Cívica Radical (UCR) cuando estaba en el Gobierno de Kirchner. Las fuertes declaraciones de Miceli aluden a decenas de funcionarios y exfuncionarios kirchneristas en el punto de mira. Existen investigaciones abiertas por supuesta corrupción contra Fernández, el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, los ministros de Planificación, Julio de Vido, y de Salud, Juan Manzur, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Las causas que más han avanzado son las de Boudou y Manzur. También están bajo sospecha otros funcionarios de menor rango. El que ya está imputado en varias causas es el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime, que dimitió en 2009, después de la única derrota electoral que sufrió el kirchnerismo en elecciones nacionales desde 2003 (eran comicios legislativos).
También en la oposición hay dirigentes procesados. Es el caso del alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, que está investigado por presunto espionaje. El actual senador Menem, devenido kirchnerista, tampoco se ha librado de todos los juicios en su contra, mientras que su sucesor en el presidencia de Argentina, el radical Fernando de la Rúa (1999-2001), está siendo juzgado a junto otros miembros de su gobierno por supuestos sobornos.
“Los noventa y los [años] K [de los Kirchner] cada vez se parecen más”, opinó el senador de la oposición Ernesto Sanz, en una comparación entre dos periodos peronistas bien distintos, el del neoliberal Carlos Menem (1989-1999), que en su momento fue casi sinónimo de corrupción en Argentina, y el de los Kirchner (desde 2003). “¿Habrá condena alguna vez para otros exfuncionarios o solo a los que les sueltan la mano?”, añadió Sanz.
Miceli, de 60 años, había sucedido a Roberto Lavagna como ministra de Economía de Kirchner en 2005. Era la primera mujer que llegaba a ese cargo en Argentina. Ella había trabajado durante años con Lavagna en consultoría y en la función pública. En 2007, después de que en un control de seguridad de rutina la Policía le hallara la bolsa con dinero, la entonces ministra tuvo que renunciar. Era plena campaña de las primeras elecciones presidenciales que ganó Fernández. Prácticamente desde entonces trabaja como economista del centro de estudios de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini.
“No tengo miedo de ir presa”, declaró Miceli tras conocer la sentencia. La exministra prometió que la apelará porque la considera carente de pruebas. Por ahora seguirá libre. Durante el juicio ella sostuvo que una amiga y un hermano le había prestado ese dinero para comprar un inmueble. “Yo cometí un error, pero eso ahora parece que fue un delito. Hay que hacerse cargo de las cosas que uno hace”, admitió. La justicia no creyó su versión sobre el origen del efectivo. Miceli se defendió diciendo que nunca llevó una vida “fastuosa” y destacó que el fiscal aclaró que “no hubo ningún perjuicio contra el Estado”.
“Yo no llegué con una estructura de poder como lo tuvieron otros ministros y lo estoy pagando”, atacó la exministra, que nunca fue peronista, aunque sigue siendo kirchnerista. Aún era afiliada a la Unión Cívica Radical (UCR) cuando estaba en el Gobierno de Kirchner. Las fuertes declaraciones de Miceli aluden a decenas de funcionarios y exfuncionarios kirchneristas en el punto de mira. Existen investigaciones abiertas por supuesta corrupción contra Fernández, el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, los ministros de Planificación, Julio de Vido, y de Salud, Juan Manzur, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Las causas que más han avanzado son las de Boudou y Manzur. También están bajo sospecha otros funcionarios de menor rango. El que ya está imputado en varias causas es el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime, que dimitió en 2009, después de la única derrota electoral que sufrió el kirchnerismo en elecciones nacionales desde 2003 (eran comicios legislativos).
También en la oposición hay dirigentes procesados. Es el caso del alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, que está investigado por presunto espionaje. El actual senador Menem, devenido kirchnerista, tampoco se ha librado de todos los juicios en su contra, mientras que su sucesor en el presidencia de Argentina, el radical Fernando de la Rúa (1999-2001), está siendo juzgado a junto otros miembros de su gobierno por supuestos sobornos.
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