“No hemos sabido evolucionar”
Exjugadores del Athletic analizan el declive del equipo de Bielsa tras el éxito del curso pasado
Bielsa, en un entrenamiento del Athletic antes de un partido de la Liga Europa. / Cordon
A Carmelo Cedrún (Amorebieta, Vizcaya, 1930) aún le molesta la
rodilla derecha después del golpe que recibió en 1957 ante el Manchester
United tras una dejada corta de Garay a la que Taylor respondió con una
dura entrada sobre el portero de aquel Athletic. Una caída reciente le
ha vuelto a despertar aquel dolor. “Va bien, pero a ver si se me pasa
del todo”, dice con tono alegre. Aun así, el que fuera uno de los
porteros más reconocidos de la década de los 60, y al que solo Iribar
pudo apartar bajo los palos, le preocupa más la situación actual de su
equipo: “Hay mucho jaleo alrededor, y eso está claro que está afectando a
los jugadores”. Ese sentimiento le hace reflexionar acerca de lo vivido
en la primera parte de una temporada que ha trasladado a Bilbao un ambiente enrarecido tras las tempranas eliminaciones en la Liga Europa y en la Copa.
“La salida de Javi Martínez ha sido clave en muchos aspectos del juego, no solo en defensa. Tenía mucha influencia en jugadores como Iturraspe, que este año no está contando”, comenta. “El equipo se tiene que asentar sobre todo atrás y después en el centro del campo”. Carmelo apunta otro problema: “No hay jugadores con experiencia y de ahí que el grupo no haya conseguido asentarse”.
La salida de Javi Martínez al Bayern Múnich no solo convulsionó al grupo sino que estableció necesariamente un cambio de planteamiento a la hora de gestionar la posesión. “La propuesta de Bielsa pasa por tener el balón y el año pasado contaba en defensa con un jugador de primer nivel mundial que le daba esa posibilidad y ahora no lo tiene”, analiza Goikoetxea, campeón de Liga con el Athletic en 1983 y 1984. “Salvo el gran fichaje de Aduriz, no hay nada que destacar. Solo él ha respondido, incluso por encima de las expectativas. No entiendo lo que ha sucedido”, lamenta.
Otro de los aspectos destacables del grupo que alcanzó las dos finales era la proyección de la mayoría de los jugadores. “El año pasado se presumía de que éramos la plantilla más joven de la Liga y sin embargo este año eso se ha convertido en un hándicap. Cuando han aparecido los problemas no se ha sabido cómo afrontarlos”, señala Goikoetxea. No solo es cuestión de los futbolistas, también del técnico. “Si todos los éxitos del año pasado fueron para Bielsa, los fracasos de este año también son suyos. No ha sabido sintonizar con el grupo después de cómo han ido saliendo las cosas”. Y añade: “Solo se puede salir trabajando día a día, no reformando la manera de jugar, sino trabajando con ellos. Los jugadores están saturados, el conflicto permanente con Llorente sigue ahí y así es muy difícil desconectar”.
La situación del internacional es otra de las cosas que afectan al equipo. “No es un solo aspecto. La temporada se torció en la pretemporada [cuando se produjo el altercado entre Bielsa y el encargado de las obras en Lezama], hubo cosas que influyeron ya desde el principio, temas extradeportivos. Luego, obviamente, ya no es el mismo equipo, porque Javi Martínez ya no está, y el jugador más importante del Athletic en los últimos años no está jugando”, dice Manu Sarabia, uno de los jugadores más desequilibrantes del último Athletic campeón.
“El año pasado se generó una ilusión tremenda con un equipo que era atrevido, que no especulaba y que hacía disfrutar. Se esperaba que la consolidación de muchos de esos jugadores y la llegada de nuevas promesas y de fichajes como el de Aduriz, pudiera ser el inicio de un ciclo bueno para un equipo de cantera. No ha sido así”, sostiene Sarabia. Y apunta a la lista un problema añadido: “Los contrarios nos conocen más, tienen armas para enfrentarse a nosotros, tienen más paciencia y nosotros seguimos teniendo los mismos errores. No hemos sabido evolucionar”. El punto caliente del discurso general se centra en Llorente, pitado cada vez que sale en San Mamés. “Ahora tiene un papel secundario y no ha llegado a ponerse en forma. Yo no le veo en ese papel secundario porque él no es un jugador de recambio”, sostiene Urzaiz, referencia en ataque antes del navarro. “Es inconcebible que la afición pite a uno de sus jugadores”, añade Sarabia. “Nunca antes se había visto algo así”, suma Goikoetxea.
“Hay que ser ambiciosos y confiar en un grupo que ha demostrado lo que saben hacer”, confía Sarabia. En la última fotografía, al Athletic se le han cambiado los colores. La falta de estabilidad en el juego, la baja forma de algunos jugadores y un ambiente necesitado de una reacción que no llega parecen haber velado la temporada. Es el último retrato de un año difícil de enmarcar.
“La salida de Javi Martínez ha sido clave en muchos aspectos del juego, no solo en defensa. Tenía mucha influencia en jugadores como Iturraspe, que este año no está contando”, comenta. “El equipo se tiene que asentar sobre todo atrás y después en el centro del campo”. Carmelo apunta otro problema: “No hay jugadores con experiencia y de ahí que el grupo no haya conseguido asentarse”.
La salida de Javi Martínez al Bayern Múnich no solo convulsionó al grupo sino que estableció necesariamente un cambio de planteamiento a la hora de gestionar la posesión. “La propuesta de Bielsa pasa por tener el balón y el año pasado contaba en defensa con un jugador de primer nivel mundial que le daba esa posibilidad y ahora no lo tiene”, analiza Goikoetxea, campeón de Liga con el Athletic en 1983 y 1984. “Salvo el gran fichaje de Aduriz, no hay nada que destacar. Solo él ha respondido, incluso por encima de las expectativas. No entiendo lo que ha sucedido”, lamenta.
Otro de los aspectos destacables del grupo que alcanzó las dos finales era la proyección de la mayoría de los jugadores. “El año pasado se presumía de que éramos la plantilla más joven de la Liga y sin embargo este año eso se ha convertido en un hándicap. Cuando han aparecido los problemas no se ha sabido cómo afrontarlos”, señala Goikoetxea. No solo es cuestión de los futbolistas, también del técnico. “Si todos los éxitos del año pasado fueron para Bielsa, los fracasos de este año también son suyos. No ha sabido sintonizar con el grupo después de cómo han ido saliendo las cosas”. Y añade: “Solo se puede salir trabajando día a día, no reformando la manera de jugar, sino trabajando con ellos. Los jugadores están saturados, el conflicto permanente con Llorente sigue ahí y así es muy difícil desconectar”.
La situación del internacional es otra de las cosas que afectan al equipo. “No es un solo aspecto. La temporada se torció en la pretemporada [cuando se produjo el altercado entre Bielsa y el encargado de las obras en Lezama], hubo cosas que influyeron ya desde el principio, temas extradeportivos. Luego, obviamente, ya no es el mismo equipo, porque Javi Martínez ya no está, y el jugador más importante del Athletic en los últimos años no está jugando”, dice Manu Sarabia, uno de los jugadores más desequilibrantes del último Athletic campeón.
“El año pasado se generó una ilusión tremenda con un equipo que era atrevido, que no especulaba y que hacía disfrutar. Se esperaba que la consolidación de muchos de esos jugadores y la llegada de nuevas promesas y de fichajes como el de Aduriz, pudiera ser el inicio de un ciclo bueno para un equipo de cantera. No ha sido así”, sostiene Sarabia. Y apunta a la lista un problema añadido: “Los contrarios nos conocen más, tienen armas para enfrentarse a nosotros, tienen más paciencia y nosotros seguimos teniendo los mismos errores. No hemos sabido evolucionar”. El punto caliente del discurso general se centra en Llorente, pitado cada vez que sale en San Mamés. “Ahora tiene un papel secundario y no ha llegado a ponerse en forma. Yo no le veo en ese papel secundario porque él no es un jugador de recambio”, sostiene Urzaiz, referencia en ataque antes del navarro. “Es inconcebible que la afición pite a uno de sus jugadores”, añade Sarabia. “Nunca antes se había visto algo así”, suma Goikoetxea.
“Hay que ser ambiciosos y confiar en un grupo que ha demostrado lo que saben hacer”, confía Sarabia. En la última fotografía, al Athletic se le han cambiado los colores. La falta de estabilidad en el juego, la baja forma de algunos jugadores y un ambiente necesitado de una reacción que no llega parecen haber velado la temporada. Es el último retrato de un año difícil de enmarcar.
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