domingo, 24 de enero de 2010

Adios a las armas.

El motivo principal de mi presencia en la bella y colonial ciudad de Querétaro, México, tiene que ver con mi alejamiento voluntario de la universidad despúes de 45 años de impartir clases; naturalmente mi paso por la educación tuvo como destinatarios a los estudiantes del Colegio de Posgraduados de Chapingo, de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, y finalmente de la Universidad de Londres.

Mi ideal en la vida fue siempre servir a los demás, por ello la educación fue un campo fértil para expresar esa necesidad vital; también lo hice a través del periodismo, de la radio y la televisión. La enseñanza de la literatura mediante Talleres de Creación o de Iniciación para personas que deseaban aprender a escribir cuentos, fue una veta rica en experiencias para mi y para los estudiantes también.

A estas alturas del partido, y de mi vida, se pueden hacer grandes confesiones que permitan entender a mis amigos y demás lectores el porqué de algunas posiciones y decisiones en torno a las renuncias a los cargos y cátedras universitarias.

Puedo decir con todas sus letras que llegó el punto en mi carrera docente, en que ya no entendía las necesidades del aprendizaje de mis alumnos, eso ocurrió hace unos 10 años cuando enseñaba en la Universidad Iberoamericana de los jesuitas. Yo había desarrollado una pedagogía basada en el discurso enciclopedista del siglo XIX, con gran erudición y buena oratoria. Pensaba que el arte de enseñar a los demás tenía que hacerse en un ambiente de libertad, no solamente de cátedra sino también en un ambiente libre para que los estudiantes interrogaran y discutieran con su profesor.

Esta actitud de actuar con libertad en el aula, me provocó el cese inmediato en mi cátedra de la carrera de Comunicación en la Universidad Anáhuac, al ser observado por un sistema de vigilancia de dicha institución, cosa que agradezco porque no soportaba el "sistema de enseñanza de los Legionarios de Cristo".

Sn términos generales, siempre ejercí mis cátedras con toda libertad y en todos lados tuve respeto y apoyo a mis ideas críticas acerca de la sociedad en la cual me tocó vivir.

Termino mi larga carrera docente en la Universidad de Londres en donde fungí como Director de la Carrera de Psicología. Agradeciendo el apoyo incondicional de la rectora de esa casa de estudios la doctora Ivonne Winer, y demás personal de la comunidad universitaria.

Retorno al hogar, a la patria, de donde salí en 1964 lleno de ilusiones de conquistar México, y de hacerme un sitio importante en el medio intelectual de ese gran pais, cosa que logré con grandes esfuerzos y apoyos de muchos amigos y colegas.

Hoy vuelvo a Guatemala para continuar con mis actividades literarias y con el propósito de aliviar algunos males físicos que me dejó como secuela la quimioterapia. Tengo una segunda oportunidad en la vida para aportar mi granito de arena a la solución de algunos problemas sociales de mi amado pueblo chapín. Espero que haya proyectos donde mis conocimientos de antropología y psicoanálisis encuentren un cauce a mis inquietudes y saberes.

Me voy de Querétaro consternado por la despedida, que no es definitiva pero si radical, me pienso involucrar más con las instituciones educativas de Guatemala, ya veremos en cuál universidad, me encantaría colaborar con la Universidad de San Carlos, nuestra máxima casa de estudios de mi país. Institución a la cual mi padre le brindo todos sus años productivos y su talento.

Estaré yendo y viniendo de Guatemala a México, porque en México están también mis grandes afectos y amigos queridos.

Digo: Adios a las Armas, porque siempre pelee por mis ideales a capa y espada, ahora tengo una postura más madura, más Zen diría yo, tranquilo y sosegado, para seguir combatiendo por mis ideas.

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