Cuando hace algunos años me decidi a impartir un taller acerca del amor y la pareja, el cual titulé: "Amores líquidos", no me podía imaginar el tremendo impacto que causó en la ciudad de México, entre los asistentes que fueron varias decenas de ellos muy fieles por cierto.
Siempre he sentido la enorme necesidad de ventilar estos temas, y a veces la universidad me lo permitía pero el espacio natural para esta discusión tiene que ser en recintos extrauniversitarios, de acuerdo a mi experiencia. Las razones son varias: asiste un público un poco mayor que el promedio de edades de los chicos universitarios, son individuos con alguna experiencia amorosa reciente o actual, que aportan una visión propia del tema, pueden pagar una cuota simbólica por asistir, el nivel del debate es elevado y enriquecedor para todos.
Este taller al que aludo, lo programé para que durara unos dos meses, pero el éxito fue tal que se prolongó por espacio de un año; eso si cambiamos de sede varias veces, casi siempre lo realicé en librerías y muy pocas veces en restaurantes de la colonia Condesa. Esto significa que la gente quiere discutir el tema del amor y la pareja en la sociedad actual.
Lo que propuse fue darle un enfoque multifactorial, que incluyera lo social, antropológico, psicológico y lo psicoanalítico. Tomando como telón de fondo a la sociedad posmoderna y a su criatura el "narciso".
La serie que ahora estoy escribiendo tiene que ver con una visión renovada de los mismos temas, faltan algunos capítulos por escribir al respecto, pero también quiero incluir los temas de "las nuevas soledades", eso será inmediatamente después de los actuales temas que he abordado.
Por ahora voy a descansar un poco, me voy a México unos días, y al regreso a Guatemala continuaré escribiendo esta saga.
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