domingo, 3 de enero de 2010

Amor, seamos amigos.

Cuando se pone el acento en la consigna de "el pelearse une". ¿Cuántas veces se consigue así la tensión creativa deseada?, y ¿cuántas veces al final se encuentra el divorcio creativo?.

Hay autores que consideran que existen "divorcios exitosos", porque no creen que esto sea el resultado de un fracaso de la pareja, sino al contrario es la señal de una prueba superada, en que los dos han podido mostrar una autoimagen positiva.

Cuando el amor fracasa otra vez, cuando esta esperanza se apaga cada vez más, hay que inventarse una nueva.

La consigna es "cómo llegar a ser tu mejor amigo". En el mundo posromático, en el que las viejas ataduras ya no existen, sólo hay contratos libres, que acaban libremente. "El centro eres tú: tú puedes ser lo que tú quieras; tú escoges tu vida, tu entorno, incluso tu apariencia y tus emociones".

El feminismo de los años setentas tenía la esperanza que al final de una era de represión hacia la mujer, comenzaría una nueva era con una mejor relación entre los géneros. En pocas palabras, decían las feministas: "El verdadero amor sólo es posible entre libres e iguales".

A continuación veremos la famosa "Declaración de los derechos de la mujer" promulgada en 1972.

"En vano esperar virtud de las mujeres mientras no sean de algún grado independientes de los hombres; es vano esperar esta fuerza de un afecto natural que las haga buenas esposas y madres. Mientras sean absolutamente dependientes de sus maridos serán astutas, mezquinas y egoistas, y a los hombres a los que satisface el afecto de un perro faldero no tienen mucha delizadeza; el amor no se puede comprar...Si los hombres generosamente cortaran nuestras cadenas y se alegraran con nuestra compañía racional en vez de una obediencia esclava, entonces encontrarían en nosotras unas hijas más observantes, unas hermanas más afectuosas, unas esposas más fieles... les amaremos con un afecto verdadero porque habremos aprendido a respetarnos a nosotras mismas."

Seguramente nadie podrá afirmar que las esperanzas orgullosas de entonces se han cumplido ahora en pleno siglo XXI.

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