Ayer domingo los demócratas de corazón y socialistas de viejo cuño, estabamos atentos a los resultados de la segunda vuelta de la elecciones presidenciales en Chile. Los contendientes: Sebastián Piñera y Eduardo Frei. El primero, importante exponente de la derecha empresarial y el segundo, ex-presidente e hijo de un presidente asesinado por Pinochet.
La derecha se aglutina en dos partidos, RN y la UDI; la izquierda se agrupa en torno a varios partidos que crearon la "Concertación", para poder derrotar en un plebiscito a Pinochet. Veinte años gobernó la Concertación con relativos éxitos económicos, sin embargo la sociedad chilena optó ayer por votar al candidato de la derecha, el carismático Sebastián Piñera, para que gobierne este país recién ingresado a la OCDE, el club de los países desarrollados.
Se inaugura un modelo de gobierno con espíritu empresarial, en el cual el papel del Estado se irá menguando poco a poco para dar paso a la iniciativa privada. En Chile se está privatizando todo: educación, salud, banca, transporte público, etcétera. Esto deja indefensa a una población de escasos recursos, que no podrán pagar por los servicios públicos elementales.
Hoy lunes 18 de enero del 2010, aiento la misma tristeza que me provocó la noticia del asesinato del Presidente Salvador Allende a manos de Pinochet, en el lejano 11 de septiembre de 1973.
El 11 de septiembre de 1973 me encontraba impartiendo clase en la facultad de Antropología en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, cuando supe del golpe de Estado, se me hizo un nudo en la garganta y le pedía a mis estudiantes, entre ellos la hija del Presidente Echeverría, María Esther, que analizaramos los efectos de dicho acontecimiento para la democracia en América Latina. Paradójicamente, el Presidente Echeverría abrió las puertas del país al exilio chileno, que nos vino a nutrir en los campos de la intelectualidad, ya que México se dio el lujo de escoger a los refugiados chilenos, básicamente políticos socialistas, artistas e intelectuales de diversas disciplinas.
A los exiliados chilenos los tratamos en la UNAM y en la UAM, siendo ellos profesores e investigadores de gran nivel. Este paìs le debe mucho al pueblo chileno, porque nos permitió aprovechar los conocimientos de sus mejores hombres y mujeres.
Lamento profundamente este derechazo a la Concertación, lo que viene es previsible a nivel social, unos cuantos serán los privilegiados y la mayoría como siempre están condenados a la marginación de los beneficios del sistema económico.
Los políticos de la izquierda tendrán que evaluar los motivos que impulsa a una sociedad como la chilena, a votar y elegir a un candidato símbolo del éxito empresarial, para preparar el retorno de un candidato de la Concertación para el próximo periodo presidencial.
Hay desolación en mi alma, Chile no se merece esto, al menos eso pienso yo.
Bolivar, finalmente el cambio de política fue resultado de un proceso democrático libre y legítimo, la ciudadanía decidió que los gobiernos de izquierda se irán a la banca por un rato.
ResponderEliminarCreo lo trascendente es que un pueblo que ha sufrido los procesos que Chile ha tenido pueda tomar con libertad el rumbo que más les agrade, aún cuando puedan estar equivocados.
Saludos