El cineasta estadunidense que mayor repeto me merece es sin duda Woody Allen, quien siempre me divierte y me hace pensar acerca de las relaciones amorosas y sus problemas cotidianos.
Recientemente, Woody Allen proporcionò una interesante entrevista al periòdico mexicano, de izquierda, La Jornada, donde formulò una serie de consideraciones al respecto de la vejez y sus efectos nocivos en el ser humano, segùn el popular director de cine.
"Envejecer no ofrece ninguna ventaja. Por el contrario, te quedas sordo, te indigestas y te afeas. Mal negocio. Les doy un consejo: si pueden no envejezcan. No tiene nada de romàntico ser el abuelo de la historia. Es mejor ser el galàn y quedarse con la chica", son algunos de los conceptos vertidos por Woody Allen, que reflejan una ideologìa acerca de la tercera edad o de la senilidad, que comparten millones de estadunidenses.
La posmodernidad en el mundo rechaza la vejez y ensalza a la juventud, nadie quiere ser viejo en esta sociedad globalizada. Los viejos se disfrazan de jòvenes y se "enamoran" de chicas veinteañeras, pensando en recuperar la vitalidad y la energìa de una juventud lejana.
El VIAGRA vino a constituir la panacea sexual para muchos hombres que rebasan los cincuenta años, inclusive en el colmo del absurdo los jòvenes latinoamericanos tambièn se han vuelto consumidores de VIAGRA para evitar el temor de no poder responder sexualmente a su pareja. Nadie quiere mostrar algùn indicio de vejez en aspectos cotidianos de la vida, hasta los jòvenes sufren al tratar de ser siempre jòvenes y potentes sexualmente hablando.
Los viejos son los seres invisibles de las sociedad urbanas desarrolladas, principalmente las mujeres maduras dejan de ser notadas por el resto de la sociedad, a menos que salgan a la calle semi-desnudas.
La pelìcula màs reciente de Woody Allen se denomina: CONOCERÀS UN EXTRAÑO ALTO Y OSCURO. En ella narra la historia de un hombre que se niega a envejecer y recurre al viagra para complacer a su joven amante. El mismo Woody Allen es un hombre de setenta y cuatro años que se enfrenta al dilema de envejecer con dignidad y no sabe como.
La paradoja mundial consiste en que cada vez hay menos niños y màs viejos, sobre todo en los paìses occidentales que pertenecen a las sociedades postindustriales. En Europa es frecuente ver los parques infantiles vacìos, pero llenos de viejos que toman el sol y charlan muchas horas.
Si hay miedo a la vejez en la posmodernidad, la mala suerte serà encontrar en cada momento un viejo que como espejo reflejarà la propia imagen del observador.
Las cirugìas estèticas y los tratamientos anti-vejez tienen muchos adeptos en el mundo occidentalizado, aunque al final parezcan esos rostros juveniles a la fuerza, simples màscaras con una mueca que quiere ser sonrisa.
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